La etapa universitaria es una muy buena época para prepararse para la vida profesional y hay que saber que no es suficiente estudiar una licenciatura o una ingeniería; es necesario cultivar las actividades complementarias que nos darán un diferencial en el momento en que solicitemos un trabajo; hay al menos tres caminos para lograrlo y uno que nos lleva al sendero del lobo.
En una entrevista de trabajo se da por hecho que una universitaria tiene los conocimientos básicos de su área disciplinar y en general es muy raro que el promedio sea determinante para obtener un puesto, pues todavía hay una gran diferencia entre el mundo académico y las actividades del ámbito laboral.
Los idiomas son un diferencial importante y la mayoría de las universidades cuentan con un centro de idiomas donde se ofrece una gran variedad. Además de los idiomas de origen europeo como lo son el inglés y francés, están los de las economías emergentes como China, Corea y Alemania. La dificultad para aprenderlos es también la principal ventaja y los 5 años de universidad es excelente oportunidad para comenzar y si además se complementa con un año de estudios en esos países mediante los múltiples convenios que se tienen, se acorta el tiempo del dominio.
Los cursos de verano son una excelente oportunidad de apuntalar los saberes técnicos y más especializados en los temas que son de interés dentro del abanico de opciones que una carrera representa, además de ser de un costo menor al de una materia. Para una joven egresada son un buen material que añadir al CV y de entrada no se ve escaso, y al mismo tiempo utilizar los más de dos meses de vacaciones sin tener que sacrificar el descanso.
Las actividades de servicio comunitario o voluntariado le dicen mucho a los empleadores de la candidata, son una buena manera de desarrollar habilidades de liderazgo. En países como Estados Unidos es fundamental esta área social y de hecho se espera que en las aplicaciones a Universidades para especialidades y maestrías se ofrezca evidencia de estas actividades, sin las cuales la candidatura sería débil.
En México tenemos un concepto errado en la elaboración de la currícula y pensamos que sólo debemos incluir actividades remuneradas; mientras que las hojas de vida de nuestros alumnos de intercambio son muy nutridas por las actividades de voluntariado.
El camino del lobo tiene el atractivo del cuento: el profesor rondará la intimidad de las alumnas aprovechando su jerarquía y ofreciendo como una fruta prohibida una calificación.
Contaré, como ejemplo, lo que me pasó: un profesor que me hizo leer frente al grupo el testimonio de Xaviera Hollander (famosa prostituta) que había hecho para una revista de “caballeros”. Aguanté la prueba y por supuesto ignoré toda insinuación.
Cada semestre tenía una amante diferente de entre sus alumnas. Salí bien en la materia por mis méritos académicos. Más tarde cuando me lo encontré en los medios me trató con todo respeto y me pregunté ¿qué necesidad de andar poniendo altos? Hoy me queda claro que es una estrategia para hacernos fracasar. No vale la pena.
Genoveva Flores. Periodista y catedrática del Tec de Monterrey.