Por. Adriana Luna
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María Rita de la Trinidad Pérez Jiménez, nació el 23 de mayo de 1779, en una famosa hacienda de la Región de Los Altos de Jalisco, específicamente en San Juan de los Lagos, entonces provincia de la Nueva España. Ella, durante la Guerra de Independencia, fue una heroína de la Insurgencia, por ello sus restos descansan en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres.
Rita se casó con Pedro Moreno, hacendado y activista antiespañol. Tuvieron seis hijos. Juntos se sumaron al movimiento independentista. Él luchó abrazando sus ideales de libertad. Mientras que ella se encargaba de hacer preparar y distribuir los alimentos para su esposo y la tropa; también cuando se necesitaba realizaba labores de primeros auxilios y atendía a quienes llegaban malheridos.
Tras un ataque al Fuerte del Sombrero, fue capturada y acusada de rebeldía. Ingresó a prisión en León, Guanajuato, a pesar de estar embarazada, corría el año de 1817. Entonces su esposo Pedro Moreno y Javier Mina lograron huir.
Rita observó la ejecución de su hijo cuando luchaba por la independencia de la nación. Su hija fue presa y puesta al servicio de la monarquía española. Otros dos de sus pequeños murieron por hambre y malos tratos al interior de la cárcel.
Estando presa le llegó la confirmación de que su esposo Pedro Moreno había sido asesinado el 27 de octubre de 1817, mientras combaría un ataque de los realistas en el rancho El Venadito. Rita fue liberada el año siguiente, por el virrey Juan Ruiz de Apodaca. Ella decidió regresar a su tierra natal. Fue cuando se enteró que su familia había sido despojada de sus propiedades y finalmente, falleció en agosto de 1861.
Sin embargo, con el argumento de que “es tiempo de mujeres”, hoy la polémica radica en si debe permanecer su estatua con el nombre que usó estando casada Rita Pérez de Moreno o si debe mantener su nombre de soltera, Rita Pérez Jiménez.
El regidor de Morena en el Ayuntamiento de Guadalajara, Juan Alberto Salinas, y la fracción guinda, presentaron ante el cabildo tapatío, ‘una iniciativa para reivindicar la lucha histórica de las mujeres en el país’. Quieren entonces, que sea cambiado su nombre de casada Rita Pérez de Moreno, como está actualmente en La Rotonda, a su nombre real, de soltera.
Las opiniones que ha generado la iniciativa son diversas, por un lado, hay quienes aplauden la medida, considerando que debería pesar su trabajo individual en la lucha independentista. Pero otras voces argumentan que en aquel tiempo, Rita, como muchas otras mujeres, estaban orgullosas de portar el apellido de su esposo. Consideran esta iniciativa como una necedad, habiendo muchas otras necesidades en la urbe tapatía, en lugar de andar borrando piedras.
Cabe mencionar que son pocos los nombres de mujeres que durante los tiempos de la Independencia de México, estuvieron desde sus hogares trabajando arduamente por la libertad especialmente con estrategias de inteligencia, mientras simultáneamente cuidaban de sus hijos.
Ellas desempeñaron diversos roles que iban desde el espionaje, enviar correos ocultos, garantizar alimentación, proveer recursos económicos y hasta armamento para ‘sus hombres’ enlistados en el ejército rebelde al frente de batalla. Tal vez se recuerdan a Leona Vicario, doña Josefa Ortíz de Domínguez, María Ignacia ‘La Güera’ Rodríguez de Velasco, Gertrudis Bocanegra, Mariana Rodríguez del Toro, Luisa Martínez de García de Rojas y María Petra Teruel de Velasco, pero hubo muchas más que quedaron en el olvido, sin el crédito que merecían.
Estas mujeres arriesgaron sus vidas con la esperanza de un mejor futuro para sus familias. Cuando eran descubiertas en el complot, solían ser cautivas, recibiendo insultos y malos tratos, se les recluía en casas de recogidas. Algunas enviudaban de forma temprana, pero les enorgullecía portar el nombre de su esposo.
Hoy se le quiere cambiar el apellido a Rita Pérez de Moreno, quizás después ¿le siga La Corregidora? ¿o será la corregidera?
