Por. Fernanda Alva Ruiz- Cabañas
En el amplio mundo del arte, Paloma Torres destaca como una creadora multidisciplinaria cuyas obras trascienden las complejidades de lo contemporáneo. No solo se aventura en las capas más profundas de la experiencia humana, sino que teje meticulosamente la intersección entre la vida, el espacio y la sociedad.
En esta entrevista exclusiva, Paloma comparte un viaje íntimo, revelando inspiraciones, experiencias y reflexiones que van más allá de la mera estética, y nos conduce por la conexión intrínseca entre el espacio que habitamos y la diversidad de nuestra existencia social, como individuos y como colectivo.
– Paloma, tu obra refleja una fascinación por el espacio y su impacto en la sociedad ¿Cómo influyen tus experiencias personales en este enfoque?
No diría que mi obra es estrictamente autobiográfica, pero indudablemente abordo temas que me interesan y que se integran con mi esencia.
Provengo de una familia de arquitectos, donde se valora enormemente el espacio, por lo que he tenido la oportunidad desde mi infancia de realizar una exploración continua de cómo el espacio configura el espíritu de la sociedad, por lo que trato de no limitarme a la estética, sino sumergirme en el alma de ese colectivo.
Para mí, la relación entre el concepto de espacio y la individualidad dentro de una comunidad es en un tema fundamental, por lo que lo aparece de forma recurrente en mis creaciones.
– Hablando de inspiraciones ¿Cuáles han sido tus mayores referentes artísticos?
Hablar de mis inspiraciones es hablar de un viaje constante en mi vida. Mi familia ha sido un pilar fundamental en mi desarrollo artístico. Mis padres nos inculcaron desde pequeños el amor por el arte y la cultura, llevándonos al teatro, recorriendo museos y explorando los rincones del Centro Histórico. En casa, se oía música clásica, se leía y se disfrutaban los platillos tradicionales de cada lugar que visitábamos. Sin embargo, recuerdo el impacto que tuvo en mí el viaje a Chichen Itzá y ver aquél bosque de columnas en el Templo de los Guerreros, fue una experiencia que despertó mi fascinación por la historia y la arquitectura.
Con el tiempo, tuve la oportunidad de explorar otros destinos que dejaron una marca indeleble en mi obra como las columnas de Karnak en Egipto o la Columnata de Lorenzo Bernini en Roma. Estos viajes me enseñaron que la cultura es vivir y sumergirse en el espacio del otro, absorbiendo sus tradiciones y su forma de ver el mundo.
Además, he encontrado inspiración en artistas contemporáneos como Ricardo Regazzoni y Martha Palau, por mencionar algunos.
Mi formación académica en la Escuela Nacional de Artes Plásticas también ha sido determinante en mi desarrollo como artista. La conexión con escultores ingleses durante ese tiempo dejó una huella significativa en mi obra, ampliando mi horizonte creativo y enriqueciendo mi perspectiva artística.
–Te oigo hablar y te pregunto ¿Crees que la pasión por el arte se adquiere desde casa, o se trata de algo innato de cada persona?
Desde lo que he vivido, puedo decir que tanto la educación en casa como la predisposición innata juegan un papel importante en el desarrollo de la pasión por el arte.
En mi caso, mi conexión temprana con la lectura y la influencia de mi entorno familiar, sin ir más lejos, mi papá era muy amigo de Tapio Wirkkala o de Kenzo Tange, artistas con lo que tuve la fortuna de convivir, ellos fueron impulsores significativos de mi vocación artística.
Sin embargo, creo que también hay una parte de la pasión por el arte que es innata en cada individuo, una chispa creativa que puede ser alimentada y desarrollada a lo largo del tiempo.
Te diría que es una combinación de ambos factores lo que moldea la pasión por el arte en cada persona.
– Mencionaste la ciudad, sus espacios y arquitectura, como una fuente inagotable de inspiración ¿Cómo se manifiesta esto en tus obras?
La ciudad para mí, es un ley motive, una joya inagotable de inspiración. Desde los cambios de luz hasta la arquitectura que la compone, cada rincón cuenta una historia.
En alguna época hice exposiciones con temas sobre el cielo como ‘Horizontes Fragmentados’, que tenía que ver con los cables de luz, la mirada hacia cierto horizonte, espacios públicos; también monté la intervención “Bosque Restaurado” en el Centro Cultural Helena Garro, a base de puertas de cimbra, para mostrar como nosotros destruimos la naturaleza para construir ciudades, y la importancia de los espacios culturales en la construcción del espíritu de una sociedad.
Mi obra refleja cómo nos acercamos a las cosas, cómo cada individuo ve el mismo espacio de manera diferente, y cómo los objetos se aproximan de manera única a cada persona.
– En este sentido ¿Cuál es tu perspectiva sobre el arte y su papel en la sociedad?
Sin duda, el arte tiene un papel fundamental en la sociedad, especialmente cuando se trata de abordar problemas como la conexión entre la violencia y la falta de espacios urbanos adecuados.
Creo firmemente que el arte es un instrumento de cambio, una forma de restituir el tejido social y que se deben proporcionar espacios dignos para el desarrollo con mayor número de áreas verdes.
Para mí, el arte no solo es algo visual, sino una herramienta poderosa para generar conciencia y catalizar transformaciones sociales.
– Sobre este aspecto ¿Cómo percibes la educación artística en la actualidad?
La educación artística es vital, no solo para impulsar a futuros artistas, sino para ampliar la perspectiva de cada individuo.
La música, la literatura, la gastronomía y otras formas de arte son esenciales para razonar de manera diferente y entender el mundo que nos rodea.
La cultura y el arte son fundamentales en la identidad de una sociedad, pues amplían nuestros horizontes y brindan una perspectiva única de la vida, fortaleciendo las relaciones y la comprensión del mundo.
– Has tenido la oportunidad de exponer en varios lugares del mundo ¿Hay alguna experiencia en particular que destaque?
Todas, cada experiencia tiene su propio encanto, pero recuerdo con especial cariño la residencia que hice por ser miembro de la Academia de Cerámica en Innsbruck, que me llevó a visitar la Bienal de Venecia, una experiencia reveladora.
También, mi estadía en Fuping, China, me permitió convivir con 29 artistas de diversas culturas mientras trabajábamos juntos en una fábrica de tabiques durante dos meses. Estas vivencias se vuelven clave en mi trabajo y te hacen darte cuenta que uno no está aislado.
– A lo largo de tu carrera ¿A qué desafíos te has enfrentado para exponer tu obra?
Afortunadamente, he tenido apoyo a lo largo de mi carrera. Recuerdo la transición de la Academia de San Carlos a la ENAT, y aunque enfrentamos cambios significativos, el apoyo de la comunidad artística fue crucial.
– Y como mujer en el mundo del arte ¿Has sentido alguna diferencia?
Sí, he enfrentado desafíos.
Mi primera experiencia de misógina fue en la ENAT donde se menospreció mi obra debido a prejuicios de género porque mi iba a casar y dejaría de ir a la facultad.
Sin embargo, persistí y continué trabajando en ese entonces con mi querido amigo Javier Marín, nos íbamos a unos hornos por la Secretaría de Marina, porque en ese entonces en la escuela no había, lo que me llevó a que me hicieran invitaciones significativas como la exposición en el Museo de Arte Moderno de Dallas.
El Dr. Agustín Arteaga fue quien nos hizo la invitación no sólo a Javier y a mí, sino a otros compañeros como Miriam Medrez y Gerardo Azcunaga y montamos la exposición “Terra Incógnita”
Recuerdo otra ocasión en la que enfrenté discriminación por ser mujer. Fue en el 12/12/12, cuando se organizó una exposición en la India como una ofrenda a las diosas, presentando obras de Durga y la Virgen de Guadalupe para ser arrojadas al río Ganges en conmemoración de la fecha simbólica.
Apliqué para estudiar en la Universidad de Visva-Bharati en Shantiniketan, Bengala, y conseguí una residencia de dos meses. Aunque fue una experiencia única, enfrenté discriminación por parte de los profesores (masculinos) que alegaban no conocer mi trabajo. Pasé mucho tiempo tratando de ser aceptada y tuve que superar numerosos exámenes que no eran solicitados a mis compañeros hombres.
– Sobre los cambios en el mundo del arte ¿Cómo describirías la competencia en esta industria?
Siempre ha existido, siempre ha sido palpable, pero creo que en la actualidad los artistas tanto emergentes como consolidados nos enfrentamos a desafíos adicionales como una reducción en los apoyos económicos o de intercambios cualitativos.
Sin embargo, es la constancia y el amor a lo que hacemos, lo que nos va dando las pautas necesarias para seguir desarrollando nuevas propuestas y ajustarnos a lo que se demanda en la actualidad.
– Si pudieras ponerle un nombre a tu generación de creadores ¿Qué nombre le podrías?
Como parte de una generación, no me adscribo a ninguna específica, pero si tuviera que decir cómo llamarla, te diría que somos de la ‘Generación Sándwich’, ya que evidentemente no estamos directamente vinculados con el movimiento de la Ruptura y tampoco en lo que se conoce como el arte conceptual.
Lo que sí te puedo decir es que nuestra generación ha demostrado una riqueza artística notable y una capacidad para seguir creando después de más de cuatro décadas en la escena artística.
– ¿Cuáles son tus proyectos a futuro?
Tengo emocionantes proyectos en camino, desde exposiciones internacionales, hasta colaboraciones con artistas destacados. Actualmente tengo una exposición en el Senado de la República, también estoy emocionada por la entrega de piezas para Arabia Saudita.
Quiero que el arte se perciba de manera diferente, más allá de lo decorativo, que sea una herramienta para entender y enriquecer nuestras vidas.
– Finalmente, es imposible no hablar de tu participación en Zona Maco 2024 ¿Cómo te fue?
Mi participación en Zona Maco 2024 fue un logro significativo para mí.
De entrada, tuve la fortuna de haber sido invitada por la Galería Teresa Diaque (TD Arte) a participar y quedé después de varios filtros y opiniones de curadores a los que les interesó mi obra.
Debo mencionar también, mi agradecimiento a Octavio Aguilar Valenzuela, como miembro de la Galería, quien me apoyó desde un inicio.
Paloma Torres tiene una visión y un enfoque apasionado del espacio que nos rodea. Sus creaciones son un testimonio vivo de la intersección entre la vida y el arte como parte de una sociedad, que nos invita a explorar el arte desde nuevas perspectivas.
Destaca como una voz que nos recuerda que el arte es mucho más que formas y colores; es un reflejo de la vida misma.
Aquí les compartimos una liga que muestra parte de su vasta obra:
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