Son los tiempos líquidos, como apuntaría el filósofo Zymunt Bauman: nada es seguro para nadie. Son tiempos de sobresalto, de incertidumbre y de que las cosas pueden cambiar en cuestión de meses, días y tal vez horas ¡Uff, respira Francia y el mundo! (por el momento). El resultado de la primera vuelta electoral en ese país deja claro que en política nadie puede cantar victorias anticipadas. El electorado ya no quiere saber nada de los partidos tradicionales; que un político con ideas nuevas, frescas, puede conectar perfectamente y que una participación masiva en las urnas –el 70%–, es clave.
La primera vuelta electoral francesa también nos revela que ni el estruendo ni las posturas radicales fueron suficientes para ganar. Algo bueno ha dejado la llegada de Donald Trump entre los ciudadanos del planeta. Y por supuesto, habrá que tomar en cuenta el nivel educativo y democrático de los franceses.
Emmanuel Macron, empresario de 39 años de edad, definido como centrista con su novel movimiento “En marcha”, se disputará la segunda vuelta electoral prevista para el 7 de mayo con la ultraderechista y xenófoba Marine Le Pen. Las encuestas vaticinaban que ambos llegarían a la segunda vuelta, la mayoría daba ventaja a Le Pen, especialmente tras el último atentado terrorista en pleno Campos Elíseos. De ganar Macron, tampoco la tendrá fácil. Habrá que negociar con las principales fuerzas políticas para poder gobernar.
Lo que resulta interesante es que el movimiento “En Marcha” tiene apenas dos años de creación. En cosa de meses, la popularidad de Macron subió como espuma ante las problemáticas internas de los partidos tradicionales; ya saben ustedes: corrupción, nepotismo, ineficacia y grillas. De Macron, a quien llaman el “Golden boy” francés, es sabida su cercanía con el actual presidente Francois Hollande. Fue ministro de Economía. En 2016 se retiró del cargo para dedicarse al movimiento político “En Marcha”, sí, un partido surgido de las filas socialistas y que lleva las iniciales de su nombre: Emmanuel Macron.
¿Ingredientes de política a la Macron? Liberal, favorable a la globalización, optimista, moderno, reformista y multilateralista. Y sin duda, honestidad: “no soy ni de derecha ni de izquierda”, habría dicho. Dice que le sirvió estar en el gobierno para ver la vacuidad de los políticos. ¿Será?
Macron nació en 1977. Es amante de la filosofía y las letras. Se enamoró de su profesora de literatura veinte años mayor que él, con la cual se casó, según un perfil del periódico “El Observador”.
Macron se enfrentará a Marine Le Pen en una segunda vuelta electoral. Las encuestas ya lo favorecen. Habrá que ver qué sucede en los próximos días. Una gran lección para quienes cantan victoria de manera anticipada: En estos tiempos líquidos, nada ni nadie puede sentirse completamente seguro… y en política, menos. Unos cuantos puntos los separan. Habrá que ver sus estrategias. Tampoco hay que desechar que la ultraderecha de Le Pen, gana terreno en Francia.
