- Es el nuevo Director Musical y Artístico de la Filarmónica de Nueva York
Por. Cut Domínguez
Hace unos días, en breve e inesperada llamada desde Düsseldorf, Alemania, una amiga venezolana me anunció de un logro más del superestrella de los directores de orquesta. La noticia ya era conocida internacionalmente, sin embargo, destacó: “En 2025, Gustavo Dudamel tomará la batuta de la Filarmónica de Nueva York y con esto mueve el mundo”, dijo. No acabé de valorar dicha información hasta que se convirtió en recuerdo. “Oiga, parece que fue ayer cuando, en Caracas, lo vimos dirigir usted y yo la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, siendo él casi un chamo”. Evocó entusiasmada.
Luego de ese diálogo rememoré, como una imagen imperecedera, el viaje que hice, en 2008, a la tierra del joropo y las arepas; no solo porque a mis 56 años con él me esperaban tres “primera vez”: una, salir de México y montarme en un avión, conocer el mar; y la tercera que a mi regreso comenzaría a ver el quehacer musical de otra manera. Así, en una inolvidable velada rebosante de música y color, en el teatro Teresa Carreño, conocí a un Gustavo Dudamel arropado de rizos y gestos exagerados; pero sobre todo de mágica batuta. Desde entonces, es mi referente internacional.
A los 18 años, Dudamel fue titular de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, puesto que ocupa hasta la fecha. A los 23 años, ganó el concurso de dirección Gustav Mahler, en Bamberg, Alemania, y dos años después debutó en el Teatro Scala de Milán; para ocupar posteriormente el puesto de Director Musical de la Ópera de París. Antes de sumar los 30, ocupó la dirección orquestal de la Filarmónica de los Ángeles.
Conviene mencionar que el joven maestro ha sido pretendido por grandes agrupaciones como la Filarmónica de Berlín y la Filarmónica de Viena; de igual modo, se ha presentado en un espectáculo de medio tiempo del Súper Bowl, también, como Trollzart en el dibujo animado Trolls Gira Mundial; dirigió la música de la versión fílmica de Steven Spielberg, de West Side Story e inspiró un personaje desmelenado en la serie de Amazon Mozart en la Jungla. En 2019, recibió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Tanto el músico como la Simón Bolívar son resultado del mundialmente reconocido Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles, programa gratuito subsidiado por el gobierno venezolano, cuyo lema “Tocar y Luchar” fue concebido por el Maestro José Antonio Abreu. A propósito del mentor Gustavo Dudamel ha declarado a medios europeos: “Fue un padre para mí. Recuerdo sus conversaciones, no sólo de música, también de filosofía o poesía. Es la base de mi carrera”.
¿Pero cómo llega al podio del ensamble neowyorkino? Según reportes de la prensa internacional, después de 17 años con la Filarmónica de Los Ángeles y en una ciudad que le dio su primera oportunidad en Estados Unidos, profundizando una transformación que hizo de su orquesta un modelo cultural, es el momento oportuno para un nuevo desafío. Dudamel será una pérdida, no solo para la agrupación musical, sino también para la ciudad. Dudamel el genio, el superestrella de la batuta, se convirtió en un emblema del poder y la prominencia de la comunidad latina y ha sido fundamental para el ascenso de Los Ángeles como capital del quehacer cultural durante las últimas dos décadas.
Sobre el escenario del Lincoln Center, el pasado 20 de febrero, fue presentado el joven músico como nuevo titular de la Dirección Musical y Artística de la Filarmónica de Nueva York; puesto por el que, de igual manera, fueron reconocidos celebridades como: Gustav Mahler, Arturo Toscanini, Leonard Berntein y Lorin Maazel, entre otros.
“Es un sueño estar en un sitio tan emblemático, su pasado impresiona, pero veo también todas las posibilidades que ofrece el futuro; no solo como institución, como orquesta, sino como factor de identidad de una comunidad y como herramienta de transformación social”, expresó luego de la ceremonia.
Añadió que ser el primer latino al frente de esta agrupación es algo para enorgullecerse y destacó tal distinción como reflejo del trabajo y el esfuerzo. ¡Dudamel mueve el mundo!
