Por. Adriana Luna
@adrianalunacruz
Al seno de la numerosa familia Hernández podría faltar cualquier cosa, menos la música y la danza. Caminar juntos por el camellón repleto de frondosos árboles en la colonia Seattle de Zapopan o ir a Plaza Patria un domingo en la tarde. Esos eran los momentos de felicidad, porque estaban juntos.
Héctor y Laura, eran bailarines de ballet clásico y tenían 11 hijos. El patio de la casa se convertía en un salón de clases de danza. Sin imaginar que cada una de las lecciones nutrían directamente el corazón de sus hijos, los frutos no tardaron en evidenciarse, a Isaac y Esteban les apasionaba brincar y hacer piruetas.
Mientras transcurría el tiempo, iban dejando el patinaje o las artes marciales, soñaban con verse bailando en los grandes escenarios del mundo. Las becas comenzaron a llegar, los niños dejaron su terruño para aprovechar las oportunidades y ser instruidos por grandes personajes de la danza mundial.
Hoy Isaac es el primer bailarín del American Ballet Theater en Nueva York y Esteban es bailarín principal del Ballet de San Francisco. Los genes de las bellas artes pasan generaciones. Isaac disfruta cuando su hijo Mateo lo acompaña en escenarios neoyorkinos, a esa fraternidad los une la música, la danza. Bailar es la versión más honesta de tu vida, bailar es sentir que tu cuerpo no tiene limitaciones, nos explica Isaac al conversar sobre los extraordinarios logros que ha obtenido en su carrera profesional.
Uno de sus legados a la industria de la danza contemporánea es definitivamente Despertares. Sin embargo, Isaac Hernández quiere más, anhela que todos los niños mexicanos desde temprana edad puedan tener acceso a las bellas artes. Que la música, el baile, el teatro, puedan ser opción profesional para los niños y adolescentes que amen el escenario dancístico. Esa pasión puede cambiar totalmente su vida, su futuro.
A Isaac le emociona pensar que es inspirador para un montón de niños, y trabaja para ser referente, para hacer historia en la danza contemporánea mundial. Que los pequeños vean que cualquier sueño es posible. Tal como él visualizaba al argentino Julio Bocca. Hoy sabe que los sueños se construyen desde la infancia con cada decisión que se toma para pulir los talentos.
Isaac es disciplinado para poder sumar un año tras otro y seguir disfrutando de los escenarios y la danza. Cuida su cuerpo y su mente en busca de la perfección. Sin embargo, sabe que no siempre bailará profesionalmente y también se prepara para ello. Visualiza escenarios para que su mente esté preparada cuando llegue el tiempo de la transformación vocacional.
Por lo pronto, tiene claro que su misión es concretar germinación de nuevos talentos con Despertares. El próximo 30 de agosto regresará el espectáculo a la Ciudad de México.
Isaac Hernández, hoy treinteañero y en la cumbre del éxito, sigue soñando en que tal vez a futuro, las políticas públicas para impulsar las bellas artes en el sistema de educación básica sean una realidad en México. Que miles de pequeñitos reciban desde su tierna infancia, la instrucción elemental para lograr que se enamoren de las bellas artes, como le ocurrió a él cuando aprendió a volar bailando.