lunes 06 mayo, 2024
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COLUMNAS COLUMNA INVITADA

Nuestra primera taquiza de la Conquista

Por. Rodrigo Llanes

Yo Bernal Díaz del Castillo, ¿cómo olvidarla? Acababa de entrar el sol en la constelación del Toro, cursaba el año de 1519 de nuestro señor Jesucristo. Acabábamos de fundar la Villa Rica de la Vera Cruz y nos entró un hambre de gilipollas. Y los tocinos y bizcochos escaseaban, que nos quedábamos sin nada que comer.

Así que acordamos de “enviar a Pedro de Alvarado la tierra adentro a buscar maíz y bastimento y [les cuento] lo que más pasó”[1]. En verdad les digo que “en el real pasábamos mucha necesidad”[2], ¡Joder! Nos urgía encontrar una fuente de abasto segura.

Y miren lo que pasó, que es para alucinar pepinillos: Pedro de Alvarado y sus hombres llegaron a un poblado en donde  “[hallaron] en todos los más de aquellos cuerpos muertos sin brazos y sin piernas, que dijeron otros indios que los habían llevado para comer, de lo cual nuestros soldados se admiraron mucho de tan grandes crueldades”[3].¿Cómo pensaban estos naturales que nos íbamos a comer aquellos cuerpos crudos y todo chorreado de sangre? Pedro de Alvarado continuó buscando pueblos dónde hallar comida, pero en esos días la mayoría de los poblados fueron abandonados por el temor y la desconfianza a nuestra presencia, así “que aquella noche no hubo que cenar”[4].

Lo que nosotros no sabíamos es que los indígenas del poblado y los espías de Motecuhzoma se habían escondido para ver qué sucedía. Dicen que era parte de un plan: “[el tal Moctezuma] envió cautivos con que [nos] hicieran sacrificio: quién sabe si quisieran beber su sangre. (…) Pero cuando [Pedro y los suyos] vieron aquello sintieron mucho asco, escupieron, se restregaban las pestañas; cerraban los ojos, movían la cabeza. Y la comida que estaba manchada de sangre, la desecharon con náusea.”[5] Y dicen que así ellos confirmaron que nosotros no éramos dioses.

Al día siguiente Pedro de Alvarado se fue a caballo tratando de cazar un venado por la selva cerca del Real “y estando en esto vimos venir doce indios que eran vecinos de aquellas estancias donde habíamos dormido [y que no hubo que cenar], y venían de hablar a su cacique, y traían gallinas y pan de maíz, y dijeron a Cortés con nuestras lenguas que su señor envía aquellas gallinas que comiésemos, y nos rogaba fuésemos a su pueblo”[6].

El pan de la tierra es como una tortilla hecha de masa de maíz y se enrolla como taco. Y se usa para agarrar los guisos. Así que a la forma que tienen estos indios de comer con la tortilla le llamamos tacos.

Pero después de la comida estos indios acostumbran de postre la política. Llegó un cacique de un lugar llamado Cempoala, estaba gordo quizás por comer muy bien. Y estaba quejándose de Motecuhzoma y sus gobernadores con Cortés, diciéndole que “les tiene tan apremiados que no osan hacer sino lo que les manda”[7]. Y eso fue picando nuestra curiosidad y nuestra ambición por conocer al tal Motecuhzoma.


[1] Bernal Díaz, op. cit., p. 96.
[2] Díaz del Castillo, Bernal. Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España. México. Espasa- Calpe. 1989. p. 96.
[3]Ibid. ,  p. 96.
[4]Ibid .,  p. 97.
[5] Sahagún, Bernardino (fray). Historia general de las cosas de la Nueva España. México. Porrúa. 1989. p.766.
[6]Díaz del Castillo. Op.cit.  p. 97.
[7] Ibid ., p. 97.

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