martes 08 octubre, 2024
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COLUMNAS SARAÍ AGUILAR

«EL ARCÓN DE HIPATIA» Aprender en casa: si no tienen tele ni compu, “ai” se ven

 

Recién comenzó la suspensión de clases a causa de la pandemia en México, la UNICEF lanzó un comunicado alertando sobre la necesidad de dar cobertura a todos los estudiantes del país.

“Mantener la continuidad educativa entre la población infantil y adolescente es crucial para su futuro”, señaló la UNICEF el 17 de marzo en un comunicado.

La suspensión de clases presenciales debería de ir acompañada de medidas que permitan que niñas, niños y adolescentes adquieran los conocimientos necesarios para aprobar el año lectivo correspondiente, indicó la organización.

Y en papel se hizo. Christian Skoog, representante de UNICEF en México, mostró agrado con la estrategia digital que la SEP puso en marcha para evitar el rezago.

No obstante, se olvidó como siempre a los invisibles. Es claro que no todas las niñas y niños de México cuentan con las mismas oportunidades de acceso a las tecnologías digitales.

La Secretaría de Educación Pública (SEP) informó que se han integrado 11 millones 111 mil 458 estudiantes al programa Aprende en Casa, de 28 millones de estudiantes que hay en México de educación básica y media superior. Es decir, sólo 40 por ciento del total.

Lo que se presume como triunfo deja de lado que ese 60% no es sólo una cifra. Son niños que han sido sistemáticamente relegados por el sistema de educación pública. Y es precisamente ésta la encargada de reducir la brecha existente en el acceso a la educación.

Un ejemplo es Tlaxcala. El estado cuenta con una población cercana al millón 380 mil personas, en donde casi la mitad no cuenta con los servicios básicos. Según el Informe Anual Sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social 2020 que publicó la Secretaría de Bienestar, en Tlaxcala 48.4% de la población (667 mil 925.32 personas) viven en situación de pobreza (El Sol de Tlaxcala 22-04-2020).

En Tlaxcala, por ejemplo es diferente el panorama. Por otro lado, la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares 2018 indica que en ese año sólo 113 mil 825 hogares de Tlaxcala disponían de internet (de 332 mil 886 hogares), lo que significa una tercera parte de las viviendas.

En la zona rural de México, sólo el 47.7% de la población es usuaria de internet, muestra la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares 2019, y 43.6% de hogares no tiene internet con conexión fija. También se estima que en el área rural el porcentaje de usuarios de teléfonos móviles es de 58.9%, es decir, casi un 40% carece de esta tecnología.

A pesar que el secretario de Educación presumió que 94% de la población estudiantil tiene acceso a los contenidos vía televisión, una vez más los números y los testimonios lo contradicen. En medio de la Sierra Negra, por ejemplo, no llega la señal para ver los canales de televisión ni estaciones de radio de la SEP. “Sólo tenemos acceso a cuatro canales de TV Azteca y son abiertos. Los canales que nos piden están en Sky, en Dish, en Megacable. Aquí no tenemos para comer, cómo vamos a pagar un servicio de televisión por cable o de Internet. Quedamos limitados. También buscamos la estación de radio y tampoco llega hasta aquí” (Sin Embargo 02-05-2020).

Esto es el reflejo del 15.9% de los hogares mexicanos, unos 5.7 millones, tiene sólo televisión análoga, según muestra la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019.

¿En verdad es un triunfo anunciar la marginación de los sectores más vulnerables? Al parecer, para el Covid podemos encontrar medicina, pero no para la marca que deja la desigualdad social.

Al fondo del arcón

En su conferencia del viernes, el presidente le atribuyó a la secretaria de Gobernación y a la titular del Inmujeres el dato de que 90% de llamadas para denunciar violencia contra las mujeres son falsas. A reserva de que ellas lo confirmen, el problema es que López Obrador comparó estas llamadas con las falsas alarmas de sabotaje en el Metro. O piensa que son obra de ociosas, o de plano para él el tema es una ociosidad. Difícil saber qué es peor.

 

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