sábado 18 mayo, 2024
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«CEREBRO 40» Todos a marchar

 

Como en la vida había visto, esta semana salió todo el mundo a marchar.

No solo en México, hubo marchas en diferentes partes del mundo y por diversas razones. En contra del calentamiento global, por problemas políticos de cada país y también en contra de la violencia de género, el racismo y la homofobia.

Los mexicanos nos manifestamos como nunca en la historia, incluso quienes siempre han condenado las marchas públicas este domingo salieron a la calle con pancartas y altavoces.

Cada quien su causa, razones para quejarnos nos sobran a todos.

Gran polémica causó la marcha de feministas y activistas contra la violencia de género, por miles avanzaron de la Alameda Central al Zócalo, mientras iban dejando pintas en monumentos históricos y destrozos a su paso. Finalmente frente a Palacio Nacional interpretaron la ya emblemática canción “Un violador en tu camino” del colectivo “Las Tesis”. En lo personal me pareció un momento por demás simbólico y emotivo, ese grito desgarrado de auxilio, se hizo ya un himno de nuestra generación; mujeres no solo en México, en todo el mundo, exigiendo, rogando por respeto y seguridad de todas las maneras posibles; imágenes y consignas que le rompen el corazón a cualquiera, increíblemente sectores de la sociedad no sienten empatía y lejos de apoyarlas las critican, ignorando su valor y desesperación.

Tal vez no pudieron ver que detrás de cada destrozo está una herida real, una víctima con la vida rota por culpa de la violencia, alguien que ya no pudo acudir a la marcha pero que es representada por una hermana anónima que clama justicia para ella, para todas.

El domingo cumplió un año el gobierno del Presidente Andres Manuel López Obrador y dos grandes contingentes se dieron cita, uno en Reforma y otro en el Zócalo, de igual manera simpatizantes de ambas corrientes hicieron lo propio en el interior de la República.

De blanco y con exigencias de seguridad y paz para las familias mexicanas miles de personas buscaron manifestar su inconformidad con el gobierno de la llamada 4T.

Más tarde, en el Zócalo capitalino el Presidente de México dio un discurso afuera de Palacio Nacional, amenizado por la Sonora Santanera.

Si me preguntan con cuál de las tres marchas estoy de acuerdo yo, obviamente les contestaría que únicamente con la de mujeres en contra de la violencia de género, es la única marcha que me parece legítima y auténtica, aunque francamente no veo pronta respuesta para los pedimentos de miles de mujeres que se saben inseguras en una sociedad indiferente e ignoradas por un gobierno impune y que no entiende ni quiere entender la gravedad de los hechos.

Como ciudadana estoy a favor y siempre lo he estado de la libre expresión, todo el mundo tiene derecho a manifestar sus inconformidades y externar su enojo.

Pienso también que como activistas que ahora somos todos de uno u otro bando, también deberíamos tratar de poner ejemplo de civismo y solidaridad, y demostrar que todos queremos que México salga adelante.

Los que por años fuimos oposición ahora nos vemos señalados por quienes ahora están inconformes con el gobierno y está bien, es imposible pensar que alguna vez estaremos todos de acuerdo porque cada quien tiene una concepción distinta del buen gobierno, pero manifestarse ayuda siempre a calmar los ánimos y a informar al gobierno en turno cómo está su aceptación en los diferentes sectores de la sociedad.

A manera de broma se me ocurrió comentar, -y conste que el consejo va para ambos bandos- pero creo que deberían las instituciones y las empresas privadas haber aprovechado el agrupamiento masivo para jalar agua a su molino.
No sé, que tal que habiendo tanta gente exigiendo cuentas, habría sido una buena idea colocar módulos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Publico invitando a la sociedad indignada y responsable a regularizar sus deudas y poner al día sus impuestos, dejar el comercio informal, la venta de facturas y todos los trucos fiscales e ilegales de los que hace uso tanta gente para evadir impuestos. También hubiera sido bueno un kiosko del IMSS para que las buenas almas, cansadas de la injusticia y la desigualdad dieran de alta a sus trabajadoras y trabajadores del servicio doméstico, por ejemplo.

Se me ocurre también que en el camino de los contingentes habría sido buena idea solicitar apoyo para las ONG’S que tan noblemente buscan ayudar a causas como niños sin casa o sin posibilidades para ir a la escuela y a los que ignoramos groseramente afuera de las tiendas de autoservicio.

También hubiera sido útil repartir folletos informativos sobre cuánto cuesta vivir todos los días en esta ciudad a la clase media baja, cuánto pagan de transporte público, de asistencia médica y demás servicios a los que todos los mexicanos tienen derecho, información real sobre qué subsidia y apoya el gobierno y que no.

Un centro de acopio para víveres, ropa de invierno y ayuda para la gente en miseria extrema, para enviar a los que están más lejos y no piensan en marchas sino en comer mañana. Sería maravilloso que cada persona que asistió a los mítines hubiera aportado una cantidad razonable que apoye a madres solteras, niños con discapacidad y gente en condición de calle, y que aparte representando a todos aquellos que no pudieron darse el lujo de ir a marchar porque tienen que trabajar los domingos aporten en donativos económicos o en especie, no lo que les sobre sino lo que de verdad les haga falta a los millones de trabajadores mexicanos.

De todo se aprende, ojalá que pasar tiempo en las calles nos ayude a valorar el trabajo de tantísima gente invisible que no conoce otra realidad.

Estoy segura que esta semana, después de haber manifestado nuestra inconformidad en la calle, todos seremos ahora sí, mejores mexicanos y mexicanas, pagaremos debidamente nuestros impuestos, generaremos empleos con sueldos justos, trataremos con respeto y sin racismo a la población indígena del país y no escatimaremos en propinas y apoyos económicos a quienes lo necesiten.

También creo que a partir de esta semana las almas honestas y caritativas dejarán de comprar facturas falsas, de hacerse locos con los aguinaldos y las prestaciones de ley, y que nunca jamás nos quedaremos callados cuando nos pregunten si estamos a la altura del México que demandamos.

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