Por. RAÚL PIÑA
Laura Núñez es sin duda la mujer más fiel en la vida de José José.
Desde pequeña se convirtió en fan del cantante y como cuenta ella; se iba de pinta con sus amigas a hacer guardia afuera de la casa del ídolo a esperar a verlo. Anel -dice la admiradora- les hacía sandwiches para que aguantaran el tedio de la espera.
Hizo ahorros para poder verlo en “El Patio” y a partir de ahí, se hizo presente en todos los eventos importantes de José Rómulo, que éste con agrado, decidió contratarla como su asistente personal. Laura, dejó la carrera de periodismo para dedicarse en cuerpo, alma y espíritu a su adorado artista.
Cuenta Núñez, que muchas veces ni cobraba porque el cantante tenía muchas deudas. Pero su lealtad era a prueba de fuego. Nunca se iba a ir de su lado.
Quizás el momento más difícil fue cuando le diagnosticaron cáncer de páncreas. Ella no se movió ni un ápice de su lado.
Se fue a vivir con él. Le cocinó, le leyó, le conversó, pero más que nada, fue su compañía a toda prueba.
Otro momento álgido es cuando Sarita -hija menor- la hace a un lado y la corre de sus vidas. Momento muy triste para Laura.
Fue testigo de cómo ésa misma hija, con notario y bolígrafo en mano, lo hizo firmar para cederle sus derechos y bienes, y convertirla en su albacea. Núñez trató de convencerlo de no hacerlo, pero fue imposible. El paso ya estaba dado y Sarita ganaba la batalla.
Laura sufrió desprecios, fue echada del hospital en Miami por la policía, por orden de la hija menor.
No pudo estar cerca de su ídolo. Qué dolor.
Ella estuvo más cerca de él que sus propios hijos. Más que Pepito y Marysol. Más que Anel. Más que Sara Salazar. Más que Sarita Sosa Salazar.
Fue una sombra fiel. Siempre.
En el último jalón de la lucha, Laura sólo quería cumplir la última voluntad del cantante. Ser enterrado junto a su madre. Era Guadalupano.
Era creyente.
Un hombre que sufrió una enfermedad terrible como el alcoholismo y que seguramente vivió un infierno, y luchó contra sus muchos demonios internos.
Pero Laura Nuñez, siempre estuvo ahí como su ángel guardián.
Como una sombra siempre fiel.
Ella, también merece un aplauso y un abrazo.
Raúl Piña. Egresado de Ciencias de la Comunicación (UNAM). Extrovertido, el mejor contador de chistes y amante de las conversaciones largas. Fiel a su familia, de la que adopta honor, valor y mucho corazón. Vive en Toronto, Canadá, desde hace 20 años, pero sus raíces sin duda son 100% mexicanas. Escribe como le nace y como dijo Ana Karenina: “Ha tratado de vivir su vida sin herir a nadie”
