Las conferencias de prensa de los equipos de futbol se han convertido en el lugar en donde se pueden hacer preguntas incómodas por parte de los periodistas hacia los directores técnicos y/o jugadores, con el fin de sacar de sus casillas a los entrevistados y así “dar la nota”.
Muchos colegas provocan para conseguir el encabezado, otros tantos hacen preguntas básicas o de cajón, cuya respuesta suele ser la misma pero con diferente personaje y otros, realizan buenas preguntas, que también provocan el enojo o desconcierto de la figura a la que se está entrevistando, hay de todo.
¿Hasta dónde, el periodista deportivo debe de conocer el deporte en cuestión para que al entrenador no se le haga absurda, ridícula, o incluso estúpida la pregunta? Y me refiero a aspectos técnicos o tácticos- ¿Hasta dónde debe aguantar una y otra parte antes de explotar? Al fin somos seres humanos, pero siempre debemos mantener la cordura ante una situación incómoda, o de lo contrario, podríamos perder hasta el trabajo, si no me creen, pregúntele a Miguel Herrera, que por un impulso, terminó por dejar de ser el DT de la Selección mexicana.
Todo esto lo saco a raíz de lo ocurrido con Pedro Caixinha, quien tomó las riendas de Cruz Azul, todo funcionaba de maravilla, llegaron a la final de Liga y…bueno, ya sabemos qué ocurre cuando la máquina llega a esa instancia. Cuando todo parecía miel sobre hojuelas, ante el cuestionamiento de un reportero, el portugués se alteró y contestó: “me vale madre lo que puedan decir”.
A Caixinha seguramente ya lo regañaron y lo multarán, pero ¿qué hubiera ocurrido, si el periodista explota y le contesta? Estaríamos hablando o de un respaldo total del medio al que representa con el fin de crear más polémica, o lo empezarían a relegar, de tal forma que iría desapareciendo, ya que lo podrían vetar los encargados de la comunicación del club e incluso de más equipos de la Liga.
Considero que debería de existir un código de conducta y respeto más exigente por parte de la Liga MX en cuestión de las conferencias de prensa, sobre todo las que son después de un juego, ya que hay ocasiones, en que sin importarles el tiempo de los periodistas, que en muchas ocasiones están con el reloj en mano porque tienen que enviar su nota, salen hasta 30 minutos después del silbatazo final a poner una cara de pocos amigos, responder por compromiso o a responder lo mínimo, sin decir nada importante.
Ambas partes deben mejorar, tanto la de medios como la de los equipos, ambos se necesitan, ninguno le hace un favor al otro, sin uno, el otro no sería lo que es ahora.
Los dejo con una bonita frase de aquel Pedro Caixinha del 2015 cuando era entrenador de Santos, que sin duda dio la nota en su momento, pero que no aportó absolutamente nada bueno, al contrario, todos los niños que lo escucharon, se llevaron un mal ejemplo del uso del lenguaje : “No somos los pendejos de este torneo, y merecemos respeto”.
