Cada minuto, por cáncer de mama, muere una mujer en el mundo. También, cada minuto hay dos nuevos casos diagnosticados en el planeta. Una enfermedad de la que cada vez hay más acciones para sensibilizarnos de su mortal magnitud.
Octubre es el Mes Rosa, los edificios emblemáticos de las grandes urbes se iluminan con ese color, hombres y mujeres portan un moño rosa, hay eventos deportivos, conferencias, mesas redondas, campañas y mensajes, para concientizarnos de prevenir esta afección que mata principalmente a mujeres y también a hombres.
Es evidente que hoy, las mujeres tienen más posibilidades de realizarse un ultrasonido de mama o una mastografía gratis o a bajo costo. Sin embargo, aún se cuentan por millones, las que nunca se han hecho un estudio de estos, incluso, algunas ni siquiera saben que existe.
Hace unos meses, una persona muy querida y cercana tuvo la necesidad de ir a la ranchería donde nació, en Veracruz, porque su tía estaba muy grave. Fue la única información que recibió en la llamada telefónica. A su regreso, me contó que la tía, de 69 años, murió de cáncer de mama. La familia se enteró de la enfermedad cuando el cáncer estaba muy avanzado y ya no había nada que hacer.
“Allá por el pueblo, nadie se hace esos estudios, ni los conoce uno, le tocó a ella y Dios nos cuide para que no nos agarre la enfermedad esa”, me dijo resignada por la muerte de su tía.
El cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres mexicanas mayores de 25 años. Cada dos horas muere una mexicana por esta enfermedad.
El 95 por ciento de estas muertes no ocurrirían si se detectara oportunamente.
El éxito del tratamiento contra el cáncer depende de la etapa en la que se encuentre al ser diagnosticado. En la etapa casi inicial hay 95 por ciento de probabilidad de supervivencia; en la etapa I, del 88 por ciento; en la II, del 66 por ciento; en la III, del 36 por ciento y en la IV, del 7 por ciento de supervivencia.
¿Qué falla en México? ¿Por qué el 90 por ciento de los casos son detectados en las etapas III y IV?
Es claro que el sistema de salud es insuficiente. En las poblaciones lejanas las mujeres no tienen acceso a estos estudios.
Especialistas en el tema reconocen el avance que ha tenido México en las medidas de prevención y detección, pero detallan que ha fallado el financiamiento. Solo se destina el 3.3 por ciento del PIB, cuando en los países miembros de la OCDE se invierte el 7.7 por ciento.
Otros datos indican que en nuestro país solo el 46 por ciento de las unidades de radioterapia están en el sector público. En Chile, por ejemplo, están el 100 por ciento.
En Estados Unidos y algunos países europeos, por cada millón de habitantes hay 12 radio-oncólogos. Mientras que en México solo hay dos.
Son solo algunas cifras de porqué el diagnóstico es tardío en nuestro país.
El 19 de octubre es el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, sirva este día y todo el mes para hacer conciencia que, detectarlo a tiempo, abre la posibilidad de erradicarlo y esa es la diferencia entre la vida y la muerte.
