Con credencial en mano y una fila de espera que inició tres horas atrás, los estudiantes llegaron a la primera cita de lo que ellos mismos llamaron #SinMiedoAlaIbero.
El fantasma del #YoSoy132 de hace seis años quedó en el recuerdo.
Pero tampoco fue una mañana de campo.
Los estudiantes bombardearon con preguntas al candidato Ricardo Anaya.
Y mientras en el auditorio, el abaderado del Frente PAN-PRD-Movimiento Ciudadano era interrogado sobre su mala ubicación en las encuestas, las descalificaciones del expresidente Felipe Calderón y los días del Pacto por México, afuera, unos disfrutaban las preguntas y otros festejaban las respuestas.
Durante dos horas, decenas de jóvenes que interrumpieron sus vacaciones de verano, atestiguaron, el rudo y feliz momento en que el candidato del Frente respondió al Ricky Riquín Canayín:
“A mí me da, de verás, un poco de pena ajena, el que alguien que aspira a ser Presidente de México se conduzca de esa manera, porque, pues un debate presidencial no es un concurso para bufón del pueblo, ni una competencia para ver quién pone los mejores apodos. Yo creo que un debate presidencial es para discutir ideas”, expuso el candidato.
En tiempos de guerra electoral, lo que importa es seguir en la batalla, y ésta, al menos ésta, Anaya se la ganó a López Obrador y Meade, quienes al rechazar la invitación de los universitarios perdieron esa oportunidad por default.
