Cuando la agenda de la nueva era puede ser dictada desde las redes sociales.
Los gobernantes de ahora ya no necesitan cámaras ni micrófonos para dictar agenda, crear crisis diplomáticas, desestabilizar mercados, desatar miedo, indignación y sembrar odio. Una frase que cabe en 140 caracteres del Twitter es más que suficiente. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “inauguró” esa nueva “estrategia” de comunicación que ya tiene entre sus imitadores al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.
Netanyahu tuiteó: “El presidente Trump está en lo correcto. Yo construí un muro en la frontera sur de Israel. Paró toda la inmigración ilegal. Gran éxito. Gran idea”. En segundos, la indignación se apoderó –con razón– de la red social. Comenzaron la críticas y condenas al primer ministro israelí, quien además de provocar un posible conflicto diplomático con México, abrió la puerta al estigma. Me sorprendió leer el comentario de una amiga judía en Facebook: “Gracias, Netanyahu por ayudar a que nos chinguen en México. Nos deslindamos”.
El efecto de Twitter es apabullante y eso lo saben muy bien Trump y sus imitadores. Pero una cosa son los ciudadanos y otra los gobernantes. Conscientes de los posibles efectos que podría traer el tuit de Netanyahu, personalidades de todos los ámbitos de la Comunidad Judía en México expresaron su condena y repudio a lo publicado por el primer ministro israelí. Tuvieron que remarcar que ante todo son mexicanos y que apoyan a su presidente; es decir, el de México. Otro amigo publicó: “Como judío inmigrado en México desde 1959, me enfurece y avergüenza la declaración del primer ministro de Israel”.
La cancillería mexicana expresó su extrañeza, rechazo y decepción por el comentario de Netanyahu, quien no se libró, según leímos, de la fuerte crítica de la prensa y oposición israelíes, que lo acusaron de provocar un conflicto innecesario con México. El vocero de Netanyahu tuvo que “matizar” el tuit de su jefe. “El primer ministro se refería a que estamos dispuestos a compartir con otras naciones nuestra particular experiencia en seguridad”.
Es sabido que Trump no confía en los medios tradicionales –prensa, radio y televisión– e hizo de la red social Twitter su principal herramienta. Ya no hay que esperar las tradicionales conferencias de prensa en la Casa Blanca. Hay que despertarse temprano y estar atentos a sus ocurrencias que caben en 140 caracteres. Desafortunadamente el “modelo” Trumpiano de comunicación ya se empieza a replicar. Ahora sí más atentos que nunca a lo que escriban Trump, Netanyahu y Putin… ¡y que tiemble el mundo!
