lunes 20 mayo, 2024
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COLUMNA INVITADA

«EL RING DE LOS DEBATES»: Incendio en el “paraíso”

La violencia en la Riviera Maya es producto del enfrentamiento entre dos cárteles. 

Los signos de la descomposición estaban ahí desde hace mucho tiempo, pero nadie los quiso ver… hasta que fueron imposibles de ocultar.

 

La madrugada del lunes 16 de enero, en la celebración de un festival de música electrónica, un sujeto armado entró al hotel Blue Parrot en Playa del Carmen, Quintana Roo, y abrió fuego contra la multitud, lo que provocó la muerte de cuatro personas. Una más perdió la vida de una caída y otras 15 resultaron lesionadas.

 

Un día después, el terror se extendió a Cancún. Aproximadamente a las 16:00 horas, sujetos armados con rifles de asalto lanzaron dos granadas de fragmentación y balearon las instalaciones de la Fiscalía General del estado y del Centro de Control, Comando, Cómputo y Comunicaciones (C4).

 

La agresión derivó en una persecución y enfrentamiento entre sicarios y policías en donde murieron el agente Humberto Mora Ochoa, con 25 años de servicio, y tres criminales. Se activó el Código Rojo.

 

Hasta después de las 20:00 horas, el gobernador Carlos Joaquín González, desde su cuenta de Facebook anunció el despliegue de fuerzas federales en Quintana Roo para proteger a ciudadanos y turistas.

 

Dijo que el ataque a la Fiscalía General era resultado del combate a la impunidad y al crimen organizado, y aseguró que su gobierno va en el camino correcto. “No bajaremos la guardia”, declaró.

 

Paralelamente, aparecieron narcomantas en distintos puntos de esa ciudad de la Rivera Maya. En ellas, Los Zetas se adjudicaron el ataque. La Federación envió 300 efectivos de la Gendarmería que se sumaron a los 400 que ya estaban en la zona.

 

Si bien no se ha determinado con exactitud que ambos hechos estuvieran conectados, sí se puede establecer que en el fondo tienen un denominador común: el narcomenudeo, la venta de protección, el pago de “derecho de piso” y el ajuste de cuentas.

 

La Riviera Maya, ¿el Acapulco del Caribe?

 

El deterioro de la seguridad en la Riviera Maya se ha acentuado en los últimos años.

 

En septiembre de 2010, integrantes de Los Zetas lanzaron botellas con gasolina contra el bar “Castillo del Mar”. Ocho personas murieron en el incendio, dos de ellas mujeres embarazadas. Con el ataque pretendían lanzar un “mensaje” al dueño del negocio, quien se había negado a pagar la extorsión y había denunciado el delito.

 

En marzo de 2013, sicarios ingresaron al bar “La Sirenita” con la intención de asesinar a un líder del sindicato de taxistas, ya que le debía dinero al “Apá”, líder de una célula de Los Zetas. En la agresión, siete personas perecieron.

 

En octubre del año pasado, hubo ataques a otros bares de Cancún. En “La Oficina”, dos personas murieron y dos más resultaron heridas; mientras que un vendedor de chicles fue acribillado con ráfagas de metralleta en “La Xtabay”.

 

Esa violencia es producto del enfrentamiento entre Los Zetas y el Cártel del Golfo. De acuerdo con informes de inteligencia, éste último controlaba el estado y en una alianza con la pandilla de “Los Pelones”, habían logrado desterrar al primer grupo criminal.

 

En agosto de 2014, Guillermo Aparicio, “El Willy”, líder de Los Zetas en Playa del Carmen, murió en una emboscada, lo que desató una ola de ejecuciones y desapariciones. Al final, el grupo delictivo de la última letra se afianzó en la región y creció durante la gestión del ex gobernador Roberto Borge.

 

No resulta difícil pensar que los hechos de la última semana son consecuencia de esa escalada de violencia que podría no tener fin y matar a la otra “gallina de los huevos de oro”: el turismo. La primera, el petróleo, como lo dijo el propio presidente Enrique Peña Nieto, ya fue estrangulada.

 

¿Estrangular a la otra “gallina de los huevos de oro”?

 

Durante el primer cuatrimestre de 2016, México captó seis mil 778 millones de dólares por la actividad turística internacional, según cifras de la Secretaría de Turismo (Sectur). Equivale a casi el doble de lo que obtuvo el país por la exportación de petróleo crudo en el mismo lapso.

 

Datos de Petróleos Mexicanos (Pemex) señalan que en los primeros cuatro meses del año pasado, la venta de crudo al exterior sumó tres mil 722 millones de dólares.

 

Por hechos como los de Playa de Carmen y Cancún, la imagen que se proyecta de México en el exterior está teñida de sangre. Acapulco es un claro ejemplo. El turismo extranjero dejó de visitar el puerto al grado de que se canceló el famoso “spring break”.

 

Si los gobiernos federal, estatal y municipal se hacen de la vista gorda y tratan de minimizar el problema, la Riviera Maya puede convertirse en el Acapulco del Caribe y la primera fuente de divisas puede secarse. Y nos quedaríamos sin huevos de oro y sin gallinas que los produzcan.  

 

Hannia phixr

Hannia Novell. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, realizó estudios en Periodismo, Literatura y Seguridad Nacional en diversas instituciones como la Universidad Iberoamericana, el Centro de Comunicación, Radio Educación y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Especialidad en corresponsalía de guerra en La Universidad de Jerusalem (Israel) y una especialidad en comunicación política en George Washington University. Titular del noticiario estelar de Proyecto 40 en su edición nocturna. 

 

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