Beltrones y AMLO coinciden en la visión de que se necesita un gobierno del cambio.
Hace unos meses, uno de los políticos más avezados de este país le propuso al presidente Enrique Peña Nieto remover a los miembros de su gabinete. Le recomendó formar un equipo de transición.
Andrés Manuel López Obrador le pidió en junio que conformara un gobierno para reconciliar al país.
La semana pasada, otro político se pronunció por los gobiernos de coalición.
En un diálogo con José Woldenberg y Roberto Gil Zuarth, organizado por el Grupo Galileos del PRD, Manlio Fabio Beltrones se pronunció por que en México se haga un cambio institucional para pasar de un régimen presidencialista a uno de gobierno de coalición.
Según el ex dirigente del PRI, la enfermedad de México ya no soporta más cortisona, sino que ya hay que hacer una cirugía mayor.
La idea de ambos, de Beltrones y López Obrador, toma sentido ante el escenario de nuestro país. La violencia crece; el crimen organizado tiene bajo su control grandes extensiones de territorio; los secuestros no bajan: la extorsión campea en casi todo el país. Más grave aún, los feminicidios van en aumento.
Y si el miedo por la inseguridad no fuera poco, la incertidumbre económica y laboral tiene estresados a los mexicanos.
Dicen en el gobierno que hay generación de trabajos como nunca. Sin embrago, los salarios son los más bajos de nuestra historia. El salario mínimo no alcanza para cumplir el precepto constitucional de dar vida digna con esa remuneración.
Y la tormenta perfecta se genera con la impunidad y la corrupción. No hay municipio, estado o dependencia del gobierno federal que no sirva a intereses distintos, e ilegales, para los que fueron creados.
Los escándalos en los que se ha metido el presidente Peña, desde los inmobiliarios hasta los diplomáticos, hacen percibir un gobierno sin rumbo, pero con una meta: la acumulación de bienes por parte de sus miembros.
Los malos resultados en todos los rubros de la vida pública mantienen lo que Peña denomina el “Mal Humor Social”. Ni las reformas estructurales han dado resultados, aunque algún editorialista extranjero diga que Peña sí salva a México.
Por ello, la propuesta de un gabinete de coalición en estos momentos no es sólo una ocurrencia. Si se llegó a un Pacto por México, bien podría generarse un Gobierno por México para intentar salir del hoyo negro en que nos han metido los gobiernos de los últimos 16 años.
Ese gabinete tendría que profundizar la guerra contra la corrupción, que se combate dándole cara a la impunidad en todos los niveles y sectores de la sociedad.
Ese gabinete tendría la encomienda de generar una política industrial netamente nacional.
También debería marcar un nuevo rumbo económico y, en ese sentido, darle al salario mínimo la capacidad de cumplir con la Constitución para regenerar el mercado interno y así estar mejor blindados ante las tormentas que vienen del extranjero.
López Obrador y Beltrones ya vieron que México está en una crisis tal que es responsabilidad de todos aquellos que han llevado al país al abismo, al despeñadero, que hagan algo por tomar un camino que le convenga a todos los mexicanos.
