Será la gran noche o la peor noche para alguno de los dos. Virtualmente empatados en las encuestas, los candidatos a la presidencia de Etados Unidos, por el partido demòcrata Hillary Clinton y Dobald Trumpo se verán frente a frente.
Será la gran noche o la peor noche para alguno de los dos. Virtualmente empatados en las encuestas, los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, por el partido demócrata Hillary Clinton y Donald Trump se verán frente a frente. Cada gesto, pausa, titubeo pestañeo, será vistos en vivo y en directo por millones de personas en televisión y en redes sociales. En los debates no hay punto medio: o se gana o se pierde.
En el ring mediático estarán en un esquina; una mujer con alta preparación académica, experiencia política, acostumbrada a guardar compostura aún en las peores circunstancias – hay que recordar su gesto imperturbable cuando las cámaras la filmaban en medio del escándalo sexual entre su marido el entonces presidente Bill Clinton y la becaria Mónica Lewinsky- Y por el otro a un auténtico showman, acostumbrado a las cámaras, a generar polémica a decir barbaridad y media, reírse de sí mismo y de los demás. ¿Quién ganará el primer debate? Y la pregunta que flota en muchas cabezas ¿Podría definir el futuro del próximo inquilino o inquilina de la Casa Blanca?
Paul Watzlawick, psicólogo y filósofo estadounidense escribió un libro con un título muy sugerente “No es posible no comunicar” . Ahí plantea entre otras cosas de la comunicación que aún con los silencios se dice algo. “El sinsentido, el silencio, el retraimiento, la inmovilidad (silencio postural) o cualquier forma de negación constituyen en sí mismo una comunicación”. “Un gesto o una expresión facial pueden revelar más que cien palabras” o como diría el socorrido refrán chino, una imagen vale más que mil palabras.
Hace 56 años se transmitió por primera vez un debate en la televisión. Fue entre los entonces candidatos por el partido republicano Richard Nixon y por el demócrata, John F. Kennedy. Lo que pasó fue motivo de mucho análisis posterior. Las cámaras vieron a un Nixon demacrado – había rehusado a maquillarse- sudoroso y cansado y a un Kennedy apuesto, relajado y sonriente. Quienes siguieron por radio ese histórico debate oyeron a Nixon ganador pero quienes lo siguieron por televisión vieron a Kennedy el claro vencedor y al presidente de los Estados Unidos. En la civilización del espectáculo como magistralmente describió Vargas Llosa a los tiempos actuales altamente mediatizados, ¿qué pesarán más, las ideas o la imagen, el poder de la reflexión y las palabras o el desenvolvimiento escénico?
Hillary lo vivió recientemente: un desvanecimiento momentáneo reveló en segundos que no estaba Los expertos en imagen política saben el reto que enfrentan sus clientes. bien de salud y lo que es peor: que había ocultado información. El resultado: caída en las preferencias de los electores hasta ponerla en empate virtual con Trump. Ante la evidente falta de ideas, ignorancia y diarrea verbal incontrolable, la pregunta que muchos nos hacemos es ¿Hasta dónde será capaz Trump de llegar esta noche con tal de ganar la audiencia? ¿Sacará algún ramo de flores de su traje de payaso? ¿O veremos a un Trump moderado para tranquilizar al electorado, Wall Street y al mundo?. Me temo que no podemos anticipar nada: Trump es alguien totalmente impredecible. Ya se supo que entre los invitados especiales de Trump a acompañarlo esta noche en el debate, figura Gennifer Flowers, a quien también se le relacionó sexualmente con Clinton.