Los expertos en Mercadotecnia comenzaron a utilizarla como una estrategia para posicionar alguna marca. La palabra “viralizar” no existe en la Real Academia Española. Y la idea, como la lógica indica, es expandirse y replicarse como un auténtico virus.
Los expertos en Mercadotecnia comenzaron a utilizarla como una estrategia para posicionar alguna marca. La palabra “viralizar” no existe en la Real Academia Española. Y la idea, como la lógica indica, es expandirse y replicarse como un auténtico virus. Antes de las redes, la “viralización" se lograba, según mercadólogos, en el “boca en boca”
La “viralización” es el sueño de muchos individuos que hoy en día, desde el más sencillo teléfono móvil, suben imágenes y videos con la esperanza de conseguir el mayor número de likes o reuits, en el menor tiempo. Entre más likes o retuits recibo, entonces existo. Si no estás en Facebook o en Twitter, la sociedad te condena al ostracismo.
¿Hasta dónde puede llegar una persona para alcanzar la “viralización? Ya lo hemos visto: mostrar cualquier parte de la anatomía, sacar las mejores “dotes” artísticas, filmar las cualidades de una mascota, las travesuras del hijo, declararse gay, descargar el enojo contra algún político, promover causas sociales –las famosas cubetadas de agua helada o “Ice Bucket challenge” para atraer la conciencia sobre una enfermedad y recaudar fondos millonarios–, por ejemplo.
“Me hice viral” se ufana tal vez miles de individuos en alguna parte del planeta al ver su imagen o su idea, replicada en un segundo por miles y hasta millones de seres humanos. Pero la imaginación para replicarse ,“viralizarse”, no conoce límites. Algunos para sembrar el terror como lo hace el Estado Islámico al subir videos en las redes con decapitaciones masivas. Otros para hacer el ridículo en incluso autodenigrarse, problamente sin tener conciencia de ello.
La televisión mexicana es el
reflejo de la misoginia y el
machismo que se vive en el país
Un video tomado de un canal local de Televisa, en Ciudad Juárez, provocó en pocas horas, revuelo en las redes sociales. Alcanzó portales y portadas de la prensa nacional e internacional . El caso no era para menos. Alguna vez un periodista del periódico El País de España, al referirse a los feminicidios, decía que la televisión mexicana era reflejo de la misoginia y el machismo que se vive en el país. Bastaba con ver, describía, a las conductoras del clima.
Subido en las redes, un fragmento del programa “A toda máquina”, mostraba a una conductora, –Tania Reza–, haciendo “aspavientos” para “librarse” de la “lascivia” de su compañero conductor, Enrique Tovar. El punto climático del “forcejeo” televisivo fue cuando el barbudo conductor LE TOCÓ UN SENO a la “desesperada” Tania , quien finalmente se quitó el micrófono y “salía” del aire con toda la “indignación”, no sin antes escuchar la frase de su compañero: “Ya saben ustedes, los problemas hormonales".
Frente a este caso, las redes se prendieron de inmediato en insultos contra el conductor del programa grupero. Era una muestra en “vivo y directo” de acoso sexual y una oportunidad para los eternos enemigos de Televisa, de despotricar contra la empresa televisiva por solapar el acto.
En cuestión de horas, “el acoso sexual televisado” fue condenado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Secretaría de Gobernación, a través de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres.
De inmediato, TELEVISA ANUNCIÓ EL DESPIDO DEL CONDUCTOR del programa y se comprometió a investigar qué era lo que exactamente había ocurrido. El caso, sin embargo, ya estaba en las primeras planas.
Trascendió que la ocurrencia
había surgido del joven productor
del programa grupero
La historia del “acoso televisado” daría un vuelco horas después. Los mismos conductores aparecía, otra vez en un video difundido en redes, en los que explicaban que entre ellosHABÍA UNA AMISTAD. Que todo había sido una ocurrencia para hacer algo que se “viralizara" de inmediato. Y sí, lo habían logrado. Finalmente, trascendió que la ocurrencia había surgido del joven productor del programa grupero. El cese de los conductores y el productor fue fulminante. También en cuestión de horas, la empresa anunció la reinstalación de sus conductores.
Es cierto que hechos como éste, ilustran lo que Mario Vargas Llosa llama la “Civilización del espectáculo”: la búsqueda a toda costa de los “cinco minutos” de fama, sin medir consecuencias. Aquí y en China.
Acostumbrados a los montajes televisivos, este último del “supuesto” acoso sexual –habría que investigar a fondo– quedará probablemente para la anécdota. Aunque el hostigamiento sexual se castiga hasta con 4 años de prisión, trivializarlo, no hace más que dejarnos en claro que sí, efectivamente la televisión refleja parte de lo que somos: hay quie