La historia de una violación tumultuaria
Muchas veces me pregunto si el ser humano cada vez se denigra más o es que ahora nos enteramos de que la barbarie es inherente a él, gracias a las redes sociales. Entré en shock al enterarme de una violación tumultuaria de una joven brasileña exhibida en internet. Bueno, hasta una selfie se tomó uno de los agresores teniendo como fondo a la víctima desmayada.
Al menos 30 sujetos, entre ellos el novio, –la policía aún no sabe con exactitud cuántos–, violaron a la jovencita en una favela de Río de Janeiro. Como si la bestialidad humana no conociera límites, tres de los sujetos comenzaron a difundir las imágenes internet con comentarios machistas, "aplastaron a la chica".
Desde la destituida presidenta Dilma Roussef, el actual mandatario Michel Temer y muchas voces de la sociedad brasileña repudiaron el crimen. La indignación traspasó las fronteras de Brasil. Periódicos en todo el mundo publicaron en primera plana el lamentable suceso. Las primeras investigaciones revelan que el novio de la víctima fue quien "organizó" la violación colectiva porque pensó que lo engañaba.
Aunque las autoridades buscando castigo para todos los involucrados este hecho deleznable refleja el machismo arraigado en una sociedad como la brasileña donde una mujer es violada cada 11 minutos, según algunas organizaciones no gubernamentales.
Pobreza, drogas y violencia combinación perfecta para la barbarie. Algo que no me extraña.
La mujer de 16 años, madre de un niño de tres años –se embarazó a los 12 años–, fue vista caminando con la ropa ensangrentada por las calles de su favela. Como sucede con muchas víctimas, llegó a su casa y no dijo nada a su familia.
Fue a través de las imágenes y videos como días después se enteraron de la violación que la dejó con el cuerpo y el alma rotas. Se supo que había quedado de verse con el novio y de ahí solo recuerda verse rodeada de hombres armados, al parecer fue drogada.
Al saber de la amplia difusión y respuesta solidaria la joven subió en el face el siguen comentario: "Realmente creí que me iban a juzgar mal, pero no. No me duele el útero, me duele el alma por el hecho de que existan personas crueles que queden impunes". Otro reflejo también de la cultura del machismo es que la afectada siente que "fue su culpa" haber sido agredida.
Muy contradictoria la condición humana. Por un lado ha creado un mundo tecnologizado donde cada vez más individuos con algún aparato móvil pueden estar conectados y por el otro, actos como este nos regresan a las cavernas. Tengo la impresión de que efectivamente el mal siempre ha estado ahí, pero hoy nos impacta más porque lo conocemos mediante las redes.