Me impresionan algunas pocas dedicatorias célebres. Pienso, por ejemplo, en la que escribió Rubén Bonifaz Nuño, para su libro El manto y la corona que,
La perversión que envuelve la maldad nace hermanada con la envidia, el resentimiento, la discriminación y el rencor enmascarado en una argumentación de falacias. Comenzó