El presidente de Perú, Pedro Castillo, se entregó a las autoridades policiales, después de haber sido destituido por el Congreso de la República, al ser acusado de haber intentado perpetrar un golpe de Estado.
Horas antes, Castillo había declarado la disolución del Congreso e instaurado un Gobierno de Excepción, que derivó en la renuncia de varios funcionarios de su gabinete, entre ellos la vicepresidenta Dina Boluarte, como un golpe de Estado.
“Rechazamos el quebrantamiento del orden constitucional y exhortamos a la población a respetar la Constitución Política y a mantener la calma. Asimismo, confiar en las instituciones del Estado”, escribió la Policía minutos antes de confirmar la detención de Castillo.
Pedro Castillo fue ingresado en la Prefectura de Lima, acusado por el Procurador General del Estado, Daniel Soria Luján, de sedición, abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública.
Este mismo miércoles, el Parlamento tenía previsto debatir la destitución de Castillo para apartarlo de la jefatura del Estado.