- El joven Simón Bolívar de 15 años y 7 meses en la Nueva España
Por. Raúl Jiménez Lescas
Cuando el joven Simón Bolívar, futuro Libertador, desembarcó en el puerto de Veracruz, contaba con tan sólo 15 años, meses y días. Jamás se imaginó que el 13 de marzo de 1824, 25 años y un mes después, Fray Servando Teresa de Mier, diputado constituyente del México Independiente, propondría que se “nombre a Simón Bolívar ciudadano de la República Mexicana”. Así nada más: ciudadano de la República Mexicana.
El texto es digno de volverlo a leer, ¿no creen?
“Se leyó por primera vez una proposición de los Sres. Mier, Marques, Gomez Farias, Osores, Barbabosa, Guerra (D. José Basilio), Saldivar, Rodríguez, Paredes, Garcia, Marin, Seguin, Paz, Ximénez y Ahumada sobre que se conceda carta de Ciudadano al Libertador de Colombia Simón Bolibar” (sic).
En realidad el Libertador de Colombia se llamaba Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco y, se escribía Bolívar no Bolibar como redactó el secretario del Congreso Constituyente.
En segunda lectura, del 17 de marzo de 1824, leemos: “Se leyó por 2a vez una proposición sobre que se declare solemnemente que el Libertador Simón Bolibar es ciudadano de la República Mexicana. Se acordó desde luego tomarla en consideración, y fue aprobada, mandandose que por lo tocante al Diploma y manera de entregarlo, informe la comisión de puntos constitucionales. Se levantó la sesión a las dos de la tarde”. Dieron fe, Juan Ig. Godoy, presidente y Luis G. Gordoa, D. S.
De tal suerte que a partir del 17 de marzo de 1824, Simón Bolívar, el Libertador, fue ciudadano mexicano, para nuestra fortuna y de Nuestra América. Se desconoce sí el Diplomado le fue entregado en sus manos y tampoco la respuesta del prócer. Nos la imaginamos: de agradecimiento a los mexicanos.
Siempre admiré a don Fray Servando y no precisamente porque viví en la ciudad de México cerca de la avenida Fray Servando y, también a Simón Bolívar, pero nunca me puse a reconstruir esa excelente relación entre el primero y el segundo, a la distancia, años después de conocerse en Londres y, años después de que Bolívar leyera la Historia de nuestra Guerra de Independencia escrita por el primero, leído por el segundo, que entusiasmado siguió peleando por nuestras Independencias y la unidad de Nuestra América.
Pero vamos por partes.
¿Por qué el joven Simón Bolívar se quedó en la Nueva España? Algunos dicen que quería conocer a la “Güera Rodríguez”, otros que venía a conspirar por la Libertad… Nada de eso. Nos encanta el romanticismo y crear mitos. En realidad, el navío San Ildefonso, necesitaba transportar el oro y la plata novohispana para la “Madre Patria” y, no es como ahora, que todo es en tiempo real. A fines del siglo XVIII, había que tener algo más que paciencia, así que nuestro joven quinceañero, decidió conocer la Nueva España. Además, en esos momentos los ingleses mantenían uno de los tantos bloqueos sobre Cuba.
Pasó por el puerto de Veracruz, donde no existía aún la Parroquia, luego se fue a Xalapa, obvio, la futura capital jarocha y, como Cortés, Scott y todos, pues hizo la ruta que llamamos “Ruta de Cortés”. Sus biógrafos señalan que en la Ciudad de México “… convivió con destacadas personalidades del ámbito político y social novohispano, como el oidor Guillermo de Aguirre, el virrey Miguel de Azanza y las hermanas María Josefa y María Ignacia Rodríguez de Velasco, entre algunos más. El 20 de marzo, de vuelta en Veracruz, continuó su viaje hacia tierras españolas en donde se instruyó en idiomas, arte y conocimientos matemáticos y se convirtió en un asiduo lector. Regresó a Caracas, casado con María Teresa Rodríguez del Toro, pero permaneció un breve periodo ahí, pues al morir su esposa decidió regresar a España.”.
En efecto, Simón Bolívar conoció a la Güera Rodríguez y a su hermana María Josefa. Otros apuntadores del Libertador, nos recuerdan que la casa donde se hospedó el joven Simón fue de la marquesa de Uluapa (ubicada en el cruce de la calle de las Damas y de Ortega, hoy Bolívar y Uruguay). Cabe distinguir que no se trata de la llamada popularmente la “Casa de la Marquesa de Uluapa”, situada en el número 18 de la avenida 5 de febrero, también en el actual Centro Histórico de CDMX.
Esos recuerdos de Bolívar de México serán convertidos en frases y palabras de El Libertador años después, como veremos más adelante.
Fuentes:
Augusto Mijares, prólogo; Manuel Pérez Vila, compilación notas y cronología; Gladys García Riera, bibliografía, Doctrina del Libertador, Venezuela, Fundación Biblioteca Ayacucho, 3a. edición 2009.
Simón Bolívar. Ciudadano de la República Mexicana, Homenaje al Libertador en el Bicentenario de su nacimiento, México, Cámara de Diputados LII Legislatura, 1983, pp. 25-27.
Por la libertad: Bolívar y México. Antología Documental. Áurea Dominga Ávila Rojas / Diana Guadalupe Pérez Moncada (Compilación documental, introducción, semblanza y cronología). México. INEHRM. 2020 (Series Antologías INEHRM).
Rafael Pérez Gay. Esquina donde vivió el libertador Simón Bolívar. CDMX. Centro Histórico. Recuperado el 17/08/2021, en: https://www.cdmx200lugares.com/esquina-donde-vivio-el-libertador-simon-bolivar/#.YRyhtY5KjIU
Manuel Romero de Tereros. Una casa habitación del siglo XVIII en la ciudad. México. Anales del IIE/UNAM, Volumen I, número 4, 1939.
Rafael Heliodoro Valle, compilación, prólogo y notas, Bolívar en México, 2a. reimp., México, Acervo Histórico Diplomático, Secretaría de Relaciones Exteriores, 1993, pp. ix-x.