El presidente López Obrador propuso a los partidos políticos renunciar al 50 por ciento de sus prerrogativas para destinar esos recursos a paliar la crisis sanitaria provocada por el COVID-19.
Dos partidos, dice el presidente, aceptaron su propuesta: MORENA y el PES, este último, ya sin registro federal, pero con presencia en algunos estados (hay prerrogativas locales y tienen legisladores federales y locales de donde pudieran obtener algún recurso) y el resto ha decidido condicionar la entrega de ese dinero.
Hagamos números. México tiene 127 millones de habitantes. Los partidos políticos, todos juntos, no suman más de 4 millones 280 mil 465 militantes. Es decir, los grillos del país son bien pocos.
Para 2020, los partidos políticos habrán recibido 5 mil 239 millones de pesos en prerrogativas. El presidente les pide renunciar a la mitad, es decir, a 2 mil 619 millones 500 mil pesos.
El INE ya señaló que los partidos no pueden donar ni devolver los recursos que ya recibieron de enero a abril y que los partidos que renuncien a las prerrogativas lo podrán hacer a partir de mayo.
Además, en caso de que algún partido regrese el dinero, se ingresaría a la Tesorería de la Federación y, en ese momento, el INE ya no tiene facultad para verificar hacia dónde o en qué se utiliza.
Este año no habrá elecciones, se suspendieron las locales de Coahuila e Hidalgo. Los partidos bien podrían optar por hacer cuentas y quedarse con los recursos para su gasto corriente (pago de nóminas, rentas de locales, impresión de sus documentos básicos) y destinar el resto a la emergencia.
Mucho les hemos dado a los partidos políticos. Es hora de la correspondencia.
Más de 5 mil millones de pesos, en esta época de crisis, son un lujo que los mexicanos no nos podemos dar.
De algo estoy seguro: los partidos políticos no están a la altura de los mexicanos, ni tampoco trabajan para la sociedad a la que dicen representar. Requieren de esos recursos para seguir con sus privilegios, pagar a sus clientelas para obtener votos en el 2021.
En cuanto pase la crisis, deberíamos reconsiderar la forma de financiar a los partidos. Ahí está la fórmula que propuso Pedro Kumamoto, Sin voto no hay Dinero. Los partidos son, y seguirán siendo, un lastre para México.
La Letrina
Mal, muy mal está un país cuando un grupo de personas que se hacen pasar por “periodistas” y/o “comunicadores” quieren decidir quienes entran y quienes no a un evento del presidente de la República. Eso no pasa en una democracia.