«CEREBRO 40» 'Matola, violola, descuartizola' - Mujer es Más -

«CEREBRO 40» ‘Matola, violola, descuartizola’

 

Yo si recuerdo ese típico encabezado de la revista Alarma, famosa durante décadas, por lo general la frase iba acompañada de imágenes sangrientas y grotescamente explícitas, fotografías de mujeres asesinadas y descuartizadas, yaciendo muertas, expuestas, anónimas, víctimas de alguien y, a la vez, responsables de su propia desgracia. En la contra portada había siempre una gráfica enorme de alguna chica con generosas curvas y pose sugerente, semidesnuda o tapando sus genitales y pezones con estrellitas negras.

Nada más contradictorio y a la vez estruendosamente obvio, por un lado la consecuencia de encender las bajas pasiones de los hombres, del otro lado la absurda justificación al salvaje comportamiento, el pecado y el perdón, el error y la defensa.

La violencia contra la mujer en todos los aspectos ha existido siempre, en todas las épocas y en todas partes del mundo, durante la inquisición fuimos acusadas de ser brujas y sometidas a las más crueles torturas, hemos sido esclavizadas, sodomisadas, violentadas, cosificadas desde siempre.

De cada tres mujeres asesinadas una muere dentro de su propio hogar a manos de su pareja y qué decir de las violaciones, la mayoría suceden también dentro de la casa por un familiar o amigo cercano.

Cada que ocurre un nuevo feminicidio nos indignamos como sociedad, queremos salir a marchar y pedir justicia y al mismo tiempo nos tapamos los ojos.

El fervor social dura algunas semanas y se calma, vuelve a incendiarse cuando hay un nuevo caso y así, cíclicamente, por lo general optamos siempre por el desahogo más fácil, culpar al gobierno.

Pero, ¿es en realidad responsabilidad de los gobernantes en turno?

A excepción de los políticos que abusando de su investidura ejercen también violencia y abusan de las mujeres subordinadas a su cargo para solicitarles favores sexuales a cambio de seguridad laboral u hostigándolas, prometiéndoles una promoción.

¿Quién es el culpable de esta situación?

¿Únicamente los hombres?

Vivimos en una sociedad machista y patriarcal muchas veces promovida también por las mismas mujeres.

Cada madre que enseña a sus hijas a ser serviciales con su marido y que espera que la esposa de su hijo sea una “verdadera mujer”, que sepa planchar, cocinar y barrer, está violentando también al género femenino.

Cada vez que las mismas mujeres nos señalamos e insinuamos que las víctimas se lo buscaron por vestir como vestían o por andar en la calle de noche. Cada vez que nos indignamos por las marchas que entorpecen el tráfico y ensucian la ciudad.

Me parece increíble que en los antros de moda suene la canción “La culpa no era tuya” y la gente, hombres y mujeres la bailen a manera de mofa. ¿Qué nos pasa? ¿De qué estamos hechos?

Somos la única especie sobre la tierra que viola, somete y tortura a los de su misma raza.

Y cuando alguien se atreve a levantar la voz lo señalamos y acusamos de revoltoso, esperamos que todo lo solucione el gobierno, y culpar al gobierno de esto me parece la más grandes de todas las hipocresías. La única solución a la violencia de género está en la educación, no hay gobierno que pueda frenar el odio de generaciones, ni crear conciencia sobre la sociedad, si en sus propias casas no se les forma con valores y equidad, ojalá pudiera haber cámaras en cada casa, que activaran una alarma cada que una madre manda a su hija a lavar la ropa de su hermano, o a buscar un novio con dinero, o critica a su nuera porque no sabe cocinar, ojalá sonara una alarma cada que alguien ofende y hace menos a una mujer.

La UNAM, una de las fuerzas políticas y sociales más grandes de este país, la máxima casa de estudios como muchos la llamamos, la institución de educación e investigación más importante de América Latina entró en paro, varias facultades y preparatorias cancelaron sus clases indefinidamente, hasta que se dé solución al problema y sean despedidos tanto docentes como personal administrativo y expulsado cualquier estudiante que ejerza algún tipo de acoso sexual u hostigamiento contra las estudiantes y demás miembros de la Universidad.

A grandes males grandes soluciones, pensaría yo. ¿Qué tenemos que hacer para frenar esto? ¿Para ser visibles?
Anoche en la entrega de las instalaciones de la Prepa 6, agentes internos y externos acusaban a los manifestantes como porros, los llamaban cobardes y revoltosos, les gritaban que ellos no representaban al cuerpo estudiantil y los estigmatizaban como parte de un sistema que busca desestabilizar al país.

Estamos muy lejos de entender, muy lejos de ser empatices y poder ponernos en los zapatos del otro.

Y yo quiero decir por este medio, que esos manifestantes, encapuchados y malvivientes de la Preparatoria número 6, Antonio Caso, no son ningunos delincuentes, tal vez las cámaras de televisión no puedan ver sus caras, pero yo si sé quiénes son, yo si los conozco, conozco sus nombres y a sus familias. Han estado en mi casa y los he escuchado hablar, son jóvenes, estudiantes, hombres y mujeres hartos de la impunidad, desesperados por la ignorancia e indiferencia, son chicos valientes, los más valientes que yo conozco. Empáticos y solidarios, dispuestos a luchar hasta el final, a dejar la vida por su causa, a defender a sus compañeras, a sus hermanas, a cualquier mujer que haya sido ignorada en su denuncia, son héroes que no buscan fama ni visibilidad, que luchan por el respeto y los derechos de sus compañeras, deberíamos reconocerlos, agradecer su valor y conciencia social.

Estos chicos hijos de nadie, anónimos, encubiertos, son en realidad el presente y el futuro del país, son la mejor parte de nuestra sociedad, se dice que les pagaron por estar ahí, cuando ellos prefirieron hacer guardia que irse de reventón como los jóvenes de su edad, me consta que pasaron frío y hambre, que fueron horas interminables de incertidumbre y que lo único que los mueve a ellos y ellas es la justicia.

¿Cuántas veces más se va a repetir el problema?

¿En 10 años serán los hijos de ellos los que estén pidiendo justicia y equidad?

¿Cuántas generaciones más faltan para que sintamos un cambio? ¿Para que hagamos conciencia? ¿Para que actuemos como una sociedad responsable y emocionalmente inteligente?

Las estadísticas no me dan muchas esperanzas, aún así, mientras haya alguien dispuesto a luchar y denunciar, alguien capaz de sentir el dolor ajeno como propio, alguien a quien le parezca humillante y ofensivo que las mujeres por el simple hecho de ser mujeres vivan con miedo e inseguridad siempre.

El camino apenas empieza, hemos avanzado muy poco y retrocedemos con cualquier pretexto.

Pero creo que para eso estamos en este mundo, para buscar la manera más justa y amorosa de vivir, para superarnos y perfeccionarnos como entes pensantes que somos, para ser mejores y no una aparente prueba error de la naturaleza.

A mi si me representan chicos, manifestantes, luchadores sociales, yo espero sólo estar a la altura de sus espíritus y su honestidad, el mundo entero, algún día se los va a agradecer. Yo se los agradezco hoy, gracias por no rendirse, por pelear sin tregua por esta causa, por creer qué hay una mejor manera de vivir y de convivir en este mundo en el que tanto hombres como mujeres somos estrictamente necesarios.

 

Related posts

“Mujica y la marea” de fake news: desenmascarando la desinformación

ACTOS DE PODER: ¿Tienen futuro los partidos? El PRI (III)

ACTOS DE PODER: ¿Tienen futuro los partidos? El PAN (II)