El próximo año será vital para el proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador y de los políticos que están en la oposición de cara a la elección del 2021.
En el primer trimestre, el mayor obstáculo al que se enfrentará el gobierno federal es el de la violencia que se registra en todo el país. Reducir los índices de muertes dolosas será un reto en el que deberán involucrarse gobernadores y presidentes municipales.
Para el segundo semestre, la situación económica tendría que mostrar un repunte para evitar el estancamiento. Para ello, el gobierno tendría que evitar a toda costa los subejercicios y destinar a la infraestructura todos los recursos disponibles para que se generen empleos.
Si en esos dos rubros se registran números positivos para la sociedad, en el segundo semestre el gobierno podrá intensificar sus programas sociales y acentuar el combate a la corrupción.
Del otro lado, la oposición, casi nula en el primer año del gobierno de López Obrador, requerirá de un dirigente que sepa encauzar las demandas de quienes no se sienten representados por el actual gobierno. La tarea no será nada fácil pues no se ve quién pueda convertirse en la amalgama de la inconformidad.
Peor aún, la alianza del PAN con el PRD resultó un desastre en el 2018 y siguen pagando las consecuencias del Pacto por México que solo sirvió para “apantallar” al respetable y que no trajo beneficios palpables.
En donde hay que poner la mira es en lo que sucede en MORENA, el partido del presidente. La guerra intestina que ahí se generó por la ambición desmedida de individuos y tribus (como en el PRD) ponen en riesgo la obtención de mayorías en el 2021. Los grupos de poder al interior de MORENA ya se reparten, desde hoy, las candidaturas y van a dejar a los cuadros más preparados fuera. Para afianzar el Proyecto Alternativo de Nación que consolidaría la Cuarta Transformación del país requiere de candidatos preparados y no personajes sacados, literalmente, de una tómbola. La mayoría de los legisladores, locales y federales de MORENA han tenido una actuación mediocre.
Pero el mayor reto de todos es que la ciudadanía tome conciencia de que solo con su participación hará que los gobiernos, federal, estatales y municipales, actúen de acuerdo con las necesidades y las demandas de la gente. Sin la participación social, ni las mejores intenciones del gobierno se pueden realizar, ni en materia de seguridad ni de desarrollo económico.
Demandemos pues, gobiernos profesionales pues es lo que merecemos.
La Letrina. Cuando una alta funcionaria te mande a La Tapo, solo recuérdale que tú tienes el poder de tu voto. Esa altanería deja ver a una “conservadora” acostumbrada a no ver ni oír lo que la sociedad dice. Salinismo puro.