Por PATY BETAZA
Era una niñita cuando mis papás me llevaban a Catemaco a ver a mi abuelo Quico. Don Quico Betaza era el dueño de la Ola –no sé si exista aún- un restaurante típico de comida veracruzana, con sus picaditas, tegogolos –caracol de esa laguna- carne de chango –hoy sé que era ahumada- pegada a la Laguna de Catemaco.
A mi memoria vienen algunas imágenes de aquellas veladas interminables en casa de mi abuelo cada vez que llegaba José José. Pepe, así le decían, estaba siempre acompañado por doña Margarita, su madre; Alejandro, su hermano y algunos amigos.
Solo sabía que durante las larguísimas parrandas, Pepe agarraba la guitarra y cantaba, mi favorita, Tus ojos.
Ahí, en casa de mi abuelo conocí a Anel que me sorprendió por su altura y belleza, y en ese lugar tan alejado de la fama, Pepe casó con ella. Mi abuelo, amigo de toda la vida, fue el padrino de bodas.
Y hoy cuando una tragicomedia familiar rodea al Príncipe de la Canción, comparto esta foto de aquella boda mítica, allá en Catemaco. Mi abuelo Don Quico y su esposa Paulina junto a los recién casados.