El drama de ser Millennial - Mujer es Más -

El drama de ser Millennial

Tanto la política como la mercadotecnia se basan en el manejo de expectativas, crear necesidades o detectarlas. De hecho, la vida misma es una secuencia infinita de búsquedas de ese tipo.

No tener esperanzas de un mejor futuro debe ser terrible. Ver el futuro más como amenaza que como promesa, hace que se pierda el impulso vital que nos mueve hacia la superación personal.

Algo de eso parece que les acontece a muchos de los llamados Millennial. Aunque hay varias definiciones del término, una de las más socorridas es la que dice que son los nacidos entre las décadas de los años Ochenta y Noventa, y que comenzaron su vida adulta en el Siglo XXI.

Para algunos, ese segmento poblacional es el futuro de la Humanidad, en ellos radica la apuesta por un mejor mañana. Una generación que es más consciente del medio ambiente, del emprendedurismo, del impacto social de los negocios.

Pero para otros, se trata de una tribu que desestima los procesos democráticos, no participa electoralmente y en su mayoría se enfoca sólo a conseguir un empleo que le permita irla pasando, solventar sus gastos más primarios y vivir perpetuamente con roomies, ante la imposibilidad real de hacerse de un patrimonio inmobiliario propio. Tampoco aspiran a comprar coche porque se trasladan en Uber o Didi.

Hay quien dice que los Millennial, en su mayoría, están destinados a prosperar económicamente menos, que sus padres, algo que jamás había ocurrido en la era moderna. Y es que las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, amenazan de manera estructural a las nuevas generaciones.

Cientos sino es que miles de puestos de trabajo han desaparecido por causa de las computadoras. Efectivamente, los procesos se han agilizado, la productividad y eficiencia de los negocios han mejorado a nivel global, pero me temo que al paso que vamos, si es que no colapsa antes el medio ambiente, pronto desaparecerá el mercado al no haber un suficiente número de gente empleada.

Los jóvenes de hoy son los primeros humanos que se enfrentan en el mercado laboral, a máquinas, para competir por un puesto.

Ser Millennial pues, no es fácil, sobre todo si agregamos otros fenómenos como por ejemplo las aplicaciones de ligue, donde es más fácil conseguir parejas sexuales que amistades. Una época en donde la fidelidad, la monogamia, el compromiso, carecen de sentido o tienen vida útil efímeramente, y las enfermedades de transmisión sexual vuelven a convertirse en un desafío para los sistemas de salud, precisamente por el desenfado de los chavos con esos temas, o por ignorancia de los mismos.

Las redes sociales, por su parte, generan ansiedad, depresión y aislamiento, pues ahí la gente sólo muestra la parte bonita de sus vidas, y los demás interpretan que la suya es la única existencia incompleta de la raza humana.

Sin duda este desafío social, en términos generales, conlleva la necesidad de impulsar valores, moral, ética, principios y límites, en los jóvenes. Sin embargo, no está claro quién lo hará.

El Estado no puede invadir la esfera personal y es políticamente incorrecto que hoy los padres se atrevan a dar sermones al respecto, además de que como generación, los progenitores dejan mucho que desear. En tanto, los planes educativos han dejado de lado materias como la ética.

Sólo queda apostar al criterio personal de cada individuo. Pero los hábitos de lectura de los jóvenes son muy pobres y cuando leen, básicamente se remiten a ciencia ficción, tecnología o entretenimiento.

Ojalá la 4T tenga un plan secreto para México a ese respecto, y Ebrard logre proponérselo a su nuevo brother, Donald Trump, para la salvación mundial.

Raúl Rodríguez Rodríguez.
Analista y escritor
Twitter: @rodriguezrraul
ig: raulrodrodmk

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