A siete meses de las elecciones presidenciales y a dos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador platiqué con Francisco Abundis, director de Parametría para conocer qué ha pasado durante este tiempo en los ánimos de la opinión pública de este país. Abundis participa también en el libro AMLO y la Tierra Prometida, coordinado por Bernardo Barranco.
De la elección a los primeros dos meses de gobierno ¿qué balance haces?
– Hay todavía muchas cosas qué explicar. El comportamiento electoral es un indicador de lo que está pasando socialmente. Tenemos un mal hábito de separar las cosas como si lo político, político- electoral no tuviera qué ver con lo que está sucediendo como ciudadano; como elector y yo creo que es algo que esta elección nos permitió y nos hizo muy evidente, y que hay que conectar: el malestar social, lo que algunos colegas llaman el humor social, nuestras percepciones sobre todo en tres variables como corrupción, impunidad, inseguridad, crimen…
Parametría –me consta por las entrevistas que tuvimos durante el proceso electoral- puedo decir, le atinó desde el principio a los resultados de la elección presidencial. ¿Pocos le atinaron?
– Dar un número con precisión y la magnitud que implicaba o el riesgo que implicaba, en nuestro caso- nosotros reportamos 30 puntos de diferencia un mes antes-. Para nosotros los últimos tres meses -previos a la elección- poco cambió. Surgen varias preguntas, la más evidente sería cómo llegamos aquí, cómo seguimos aquí, cómo alguien puede llegar con un mes de gobierno- el número que quieras ver, 60 ,70, 80 de aprobación- no es un número común y normal. Cómo un presidente con una política, que algunos juzgan errónea en su estrategia, como el combate al robo de combustible, con el problema desabasto que hubo, cómo no le puede pasar nada. Hay varias cosas que explicar, una que es muy preocupante: el cansancio de la gente con la inseguridad, la corrupción y la situación económica.
Y el cómo llegamos aquí, es una historia que nos remite, tan larga como quieras – estos tres temas se han desarrollado en los últimos 12 años de manera más crítica- con otro elemento: los fenómenos de comunicación, la manera en que la gente se informa ha cambiado substancial y radicalmente. Siendo justos con lo que pasó con Enrique Peña Nieto, él enfrentó sistemas de comunicación que ningún otro presidente había enfrentado y lo mismo está pasando con López Obrador. Habrá que ver cómo se impone y responde a eso; si se impone, para su fortuna. Hoy todo el tema de redes sociales representa una incógnita y cómo lo va a manejar en términos de comunicación y cómo lo va administrar.
Las redes sociales han estado detrás de los movimientos políticos disruptivos en el mundo. ¿Llegaron para quedarse?
– Sin duda. Te ponen mucha presión como gobierno, como autoridad y creo que requiere de otra forma de comunicación para lidiar con eso. Él –López Obrador- es bastante capaz y apto para eso. No es casual que en uno de los discursos claves tras el triunfo, habló de las “benditas redes sociales” y está consiente de ello. Me atreverías a decir que está gobernando para ellos o para ese público, pero ciertamente está bastante conectado, mucho más que el presidente anterior, que los otros presidentes simplemente porque no tuvieron este reto. Hoy creo que si estás como autoridad, estás obligado a estar pendiente y conectadísimo de estos públicos atentos
Las fake news ¿inevitables?
– Inevitables porque también circulan por redes. A diferencia de antes donde tenías noticias que eran validables en fuentes tradicionales- en el momento que ya no tenemos esa confianza en esos medios, entonces hay otras fuentes alternativas. La posibilidad de que estés consumiendo noticias que no son necesariamente validables es altísima.
Dice Noam Chomsky que ya dudamos de la realidad. ¿Lo crees?
– Porque tenemos que validar esa información y ya los validadores aquellos se acabaron. Al final también vamos a quedarnos con medios que, si quieres algunos van a confirmar nuestros prejuicios, pero otros van ser medios que en principio si los retamos con otra información, van a pasar esa prueba. Todos acabaremos consumiendo noticias de un medio de preferencia.
¿Las redes también dificultan trabajo de los encuestadores?
– Ojalá y fuera nada más eso. No sólo es un tema de inmediatez. Es un tema de mala información que pasó mucho en esta campaña, la gente te cuestionaba tus datos, con datos de las redes sociales y lo que circulaba.
¿Se acabó el voto duro?
– Cada vez tenemos más volatilidad. La identidad partidista cada vez va cayendo más y cada vez es más difícil explicar una elección solamente por la identidad partidista. Lo que tenemos es un elector sofisticado, informado, volátil.
¿ Los indecisos, también son cosa del pasado?
– Me parece más un concepto de estrategas -los que hacen opinión pública- que intentan dar esperanza a alguna fuerza política que no está siendo favorecida y acaban diciendo los indecisos son la esperanza. Los indecisos frecuentemente son NO electores, son gente que no va a salir a votar.
¿Hay una tendencia mundial hacia personajes carismáticos, disruptivos?
– Es un perfil. Es un perfil disruptivo, pero todo eso te habla mucho de la condición del electorado. En qué condiciones debió estar el electorado estadounidense para votar por Trump, en Brasil para votar por Bolsonaro y en México por López Obrador que son las opciones de cada país las más radicales.
¿Dices que hay un alto índice de aprobación del presidente a pesar de que hay muchos que hablan de errores de estrategia en la lucha anti robo de combustible y a pesar de una tragedia?
– En el momento en que el presidente en enero propone esta medida, él viene con niveles de 69 de aprobación, que es un número que medimos tres semanas después de que toma posesión. Nada más el hecho de ser autoridad -corroborado con otros expresidentes como Calderón- subió 14 puntos. Eso lo hace un emisor de mensaje, de argumentos muy poderosos. Cuando él propone algo como la lucha contra el robo de combustible, la Guardia Nacional, estás hablando de un emisor con 80 puntos de aprobación. Te propone algo que es completamente consistente con su lema de campaña, la lucha contra el crimen y la corrupción. Está siendo muy coherente.
Abundis dice que le preocupan los niveles de polarización en la sociedad mexicana, pero esos ¡ya serán otros números!