«EL ARCÓN DE HIPATIA»: 'Spotlight', que las mujeres dejen de ser una cifra - Mujer es Más -

«EL ARCÓN DE HIPATIA»: ‘Spotlight’, que las mujeres dejen de ser una cifra

 

México es uno de los cinco países de América Latina a los que se destinarán 50 millones de euros (58 millones de dólares) para combatir violencia de género y feminicidios, en un proyecto impulsado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea.

La iniciativa llamada Spotlight busca solucionar deficiencias legislativas y de políticas, reforzar instituciones, promover la igualdad de género y ofrecer servicios para supervivientes y reparaciones para las víctimas de violencia y sus familias.

Fue anunciada en un acto paralelo a la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, con representantes de esas naciones y de los propios organismos internacionales.

La actriz mexicana Cecilia Suárez se unió a la ONU para el lanzamiento de #SpotlightEndViolence, que pretende hacer un llamado contundente a la comunidad internacional sobre la violencia de género en América Latina.

Una de las declaraciones que marcó su discurso fue: “Estoy harta de esta forma de vida”.

Una frase que cala hondo en cualquiera. Basta recordar que en México hay un promedio de 7.5 mujeres asesinadas cada día, 15 mil 466 desaparecidas, más de 50 mil víctimas de trata, 36.5 violaciones diarias, códigos penales que criminalizan el aborto y 20 millones de mujeres que refieren haber sufrido algún tipo de violencia sexual, de acuerdo con un informe que publicó el pasado 8 de marzo la Red Todos los Derechos para Todos (Red TDT), que aglutina a 87 organizaciones civiles.

En 2017, al dar a conocer la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016, la cual mide las experiencias de violencia que han enfrentado las mujeres de 15 años y más que residen en el territorio nacional, el Inegi reveló el panorama al que se enfrentan las mujeres en México: 49 por ciento sufrió violencia emocional; 41.3 por ciento ha sido víctima de agresiones sexuales; 29 por ciento padeció violencia económica, patrimonial o discriminación, en tanto que 34 por ciento manifestó haber experimentado agresiones físicas a lo largo de su vida en al menos un ámbito y ejercida por cualquier agresor.

Asimismo, según el reporte de la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito, publicado en diciembre de 2016, cada año más de 21 millones de personas son víctimas de las redes de trata que operan hasta en 124 países. La ONU asegura en su informe que, en América, México es el quinto país de mayor flujo de trata de personas entre Norte y Centroamérica y el Caribe, por detrás de Estados Unidos, Trinidad y Tobago, Barbados y Panamá, que son sobre todo los principales destinos para las víctimas. México, entre tanto, es tanto punto de origen como de destino final para las víctimas de este delito.

Tanto en Norteamérica como en Centroamérica y el Caribe, la mayoría de la víctimas (cerca del 70 por ciento) de trata de personas fueron mujeres, dice la ONU. Y en América Central y el Caribe la mayoría de las víctimas eran niñas, mientras que en Norteamérica predominan las mujeres, agrega dicho informe.

Vivir en un panorama así cansa. Porque precisamente no es vivir, sino la lucha por sobrevivir la que se enfrenta día a día. Luchar porque se nos tome en serio, no con las frivolidades de la clase política de todos los signos, con representantes electos que bromean (en el mejor de los casos) con zumbarse a una mujer o conseguir padrotes, o que responden a los cuestionamientos de las reporteras con un beso en la mejilla no consensuado.

Me quedo con las palabras que Cecilia Suárez dijo en entrevista con El Universal: “Las mujeres tienen que ser escuchadas, ellas no son cifras, no son números, son personas que ya no están (…) que también sea un mensaje para los hombres, en donde les digan: no puedes hacer esto, no es normal”.

 

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