«VÍA LIBRE»: ¿Dónde estaba la gente gay después del temblor? - Mujer es Más -

«VÍA LIBRE»: ¿Dónde estaba la gente gay después del temblor?

Nos pusimos la misma camiseta solidaria.

Un amigo me suelta la pregunta como si los voluntarios tuviesen que llevar una etiqueta que los separara por grupos basados en sus preferencias sexuales, creencias religiosas y/o políticas.

Le dije que la gente gay estuvo ahí, como todos.

La gente gay también tiene familia y amigos en la Condesa, en Iztapalapa y en San Gregorio, Xochimilco.

No había una “Brigada Gay” como las de la UNAM o Tv Azteca.

Las manos de la comunidad gay también removieron escombros. No nos da miedo ni asco manchar nuestras limpias y “manicuradas” manos.

También donaron y empacaron comida y despensas.

También hicieron fila en el supermercado para comprar gasas, alcohol y curitas.

Seguro entre los rescatistas hay hombres y mujeres homosexuales. Entre los médicos, enfermeros, bomberos y paramédicos, seguro también.

Varios amigos-gays juntaron ropa limpia y en buen estado y la llevaron a los centros de acopio.

Muchos no durmieron pensando en sus familias y en la seguridad de las mismas.

Muchos también tuvieron ataques de pánico y de incertidumbre, como todos los demás que sentimos el terremoto. Porque no fue un temblor, fue un terremoto.

¿Será que hay gente que piensa que por ser gays no sentimos lo mismo que los otros, o que deberían ponernos en un cuarto aparte para no padecer junto a la gente “normal”?

Sí señor, como todos los habitantes de Morelos, CDMX, Chipas, Oaxaca y Tabasco, nos pusimos la misma camiseta. La de la solidaridad. La del amor a la patria y a nuestros hermanos. La camiseta del orgullo y de hacer el bien. La camiseta del honor y del respeto a nuestros semejantes.

Esa camiseta que muy pocos se han puesto por nosotros.

 

Raúl Piña es egresado de Ciencias de la Comunicación (UNAM). Extrovertido, el mejor contador de chistes y amante de las conversaciones largas. Fiel a su familia, de la que adopta honor, valor y mucho corazón. Vive en Toronto, Canadá, desde hace 20 años, pero sus raíces sin duda son 100% mexicanas. Escribe como le nace y como dijo Ana Karenina: “Ha tratado de vivir su vida sin herir a  nadie”. 

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