«COLUMNA INVITADA»: Caminando - Mujer es Más -

«COLUMNA INVITADA»: Caminando

Lo asombroso de lo cotidiano…

Como si no fuera suficiente con la difícil transición que es para mí cada 365 días cambiar de año, empezando este 2017 con una fila de noticias y situaciones verdaderamente complicadas, la natural indigestión después de mis excesos en las vacaciones, no hay manera de no aceptar con humildad el inicio o no sé si continuación de la famosa cuesta de enero que más bien parece ya sólo va hilvanando las deudas de 2016, 2015 y para atrás… Como si todo eso no fuera suficiente, mi camioneta me muestra un poco amable letrerito luminoso de “Urge Servicio”. Veo cómo un cargo más se suma a mi ya comprometida tarjeta de crédito.

 

Una amable señorita uniformada me recibió en la mañana, me ofreció un café, me pareció muy atenta, cuando vi la factura del servicio entendí nuevamente que nada es de a gratis.

 

Ya despojada de mi flamante transporte, me vi en la necesidad de realizar varias diligencias, como todas eran por el rumbo y “el horno no está para bollos”, descarté la opción del taxi y con mis gastados tenis morados me lancé a caminar por las calles de mi amada delegación: Depósitos en el banco, junta en el colegio, compras, descanso para apreciar una exposición de fotografía en la casa Jesús Reyes Heroles y proseguir mi camino para recoger a la adolescente que vive en mi casa, de la preparatoria de niños fresas y problemáticos a la que asiste. Ya en la tarde tocó el turno de llevar a mi otro adolescente a la peluquería y luego irme caminando de nuevo a la Agencia de coches por mi vehículo.

 

Todo lo que vi mientras caminaba es lo que de verdad merece ser mencionado, cientos de imágenes pasaron frente a mis ojos, grafitis, gente de lo más diversa, anuncios, conversaciones escuchadas al aire… La ciudad es tan diferente cuando se camina, sonidos, aromas, cualquier cantidad de imágenes de lo más surrealistas, decenas de restos de árboles navideños esperando su turno en las equinas para ser recogidos por el servicio municipal, miembros y orgullosos representantes de todas las tribus urbanas imaginables.

 

También personas que al parecer no se dedican a nada en particular, sólo deambulan por las calles con rumbo indefinido, tan naturales en la calle como cualquier banca o cualquier señal vial, letreros de protesta, publicidad de eventos, algunos rarísimos. No puedo dejar de cuestionarme: ¿De dónde sale tanta gente tan diversa? ¿Qué hacen para subsistir? ¿En dónde viven? ¿Cómo son sus familias? ¿Cómo le hacen para financiar sus gastos? ¿Pensaran también que este año pinta complicadísimo, o simplemente se concretan a cubrir sus cuotas de cada día, a cumplir las metas que se trazan a sí mismos o que la vida les demanda, van fluyendo con la vida entre sonidos de claxon y olor a mofle en las calles, repasando sus problemas en sus mentes, comiendo lo que encuentran en cualquier esquina?

 

¿Tendrán una rutina? ¿Serían capaces de unirse a un golpe de Estado, o simplemente anhelarán llegar a sus casas a convivir con sus familias, parejas o mascotas?

 

Sin duda vivimos en un país tan diverso como fuerte, con un profundo orgullo y arraigo.  

 

Con una historia de siglos de resistencia, que tiene realidades alternas, que sobrevive en donde cualquiera hubiese perdido la esperanza, que ama y se solidariza en donde otros habrían iniciado una guerra, que se ocupa de su propia vida, lee, estudia, trabaja, se divierte, se enamora, mientras el nombre de nuestro país pareciera arder en llamas. 

 

Bárbara Lejtik, Licenciada en Ciencias de la Comunicación, Queretana naturalizada en Coyoacán. Me gusta expresar mis puntos de vista desde mi posición como mujer, empresaria, madre y ciudadana de a pie.

 

 

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