«DESDE WASHINGTON»: “De muro a reja”. El nuevo Trump - Mujer es Más -

«DESDE WASHINGTON»: “De muro a reja”. El nuevo Trump

Trump, ya presidente electo, baja el volumen de estridencia.

De la muralla que había amenazado con construir en la frontera con México, Donald Trump ahora sólo habla de una reja. Así también ha comenzado a bajar el volumen de su estridencia. En su primera entrevista como presidente electo, un Trump irreconocible—mesurado y conciliador—dijo en el programa “60 Minutos” que las minorías que están aterradas por la persecución que presienten vendrá bajo su mandato, “no tienen nada que temer”. Trump aseguró a la periodista Leslie Stahl que, por el contrario, le daba mucha tristeza saber que sus simpatizantes estaban atacando a grupos minoritarios en todo el país. “¿Por qué entonces no les pide que se detengan?”, lo presionó Stahl.  Directamente a la cámara, Trump dijo: “No lo hagan. No sé si sirva de algo, pero, ahí está”. De cualquier manera, dijo que sólo iría tras los inmigrantes que hayan cometido actos criminales, “como, de hecho, ha estado haciendo la administración Obama desde hace ocho años”, mencionó sin faltar a la verdad.

 

Por otra parte, aseguró que rechazaría el sueldo que le toca ganar como presidente (alrededor de 400 mil dólares anuales). “Tengo dinero de sobra; no estoy en esto por razones económicas”, aseguró Trump y se deslindó también de otra de las causas que abrazó por conveniencia durante su campaña: el matrimonio gay. Dijo que ese asunto ya había sido decidido por la Suprema Corte y que no hará nada para repelerlo. Y fue aún más lejos diciendo: “y está bien que sea así”. Esas palabras le traerán de seguro muchas críticas, empezando por su propio vicepresidente, Mike Pence, cuya postura ante la homosexualidad ha sido de lo más reaccionaria.

 

Al parecer, llegó el momento en el que Trump, como todo candidato en su transición a presidente, dejará de decir las cosas más estridentes que le servían para atraer a sus seguidores más radicales.

 

Acompañado de su esposa e hijos en su espectacular pent-house en Nueva York, Trump se mostró como un hombre razonable y aseguró que la versión extremista de su persona era una creación de los medios. En ese sentido, defendió su proclividad a mandar tuits y aseguró que esa manera directa de comunicarse con sus seguidores era lo que había contrarrestado la mala propaganda que le hizo la prensa tradicional.

 

Trump sí se sostuvo, por otra parte, en las posiciones más cercanas al partido Republicano: se declaró pro-vida y defensor del derecho a portar armas. Trump insistió en que el involucramiento de Estados Unidos en el Medio Oriente era un error y aseguró que con los tres trillones de dólares que el conflicto bélico había costado al país, se podrían haber realizado las muchas obras de infraestructura que se necesitan aquí. Empleos, son finalmente lo que dice que será su prioridad.

 

En el aire también quedaron las amenazas de perseguir judicialmente a Hilary Clinton por sus email y lo más sorprendente de todo: Trump sostuvo sus críticas al sistema electoral estadounidense. “El que haya ganado, no quiere decir que haya algo tremendamente mal en cómo funciona”.  

 

En fin, no nos queda más que esperar que de todos los Trumps que hemos visto, este sea uno de los que más arraigo tenga. 

 

 

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