«INTERÉS SUPERIOR»: Jaque a los derechos culturales - Mujer es Más -

«INTERÉS SUPERIOR»: Jaque a los derechos culturales

El presupuesto para derechos culturales es el màs bajo desde 2009. 

La semana pasada, el Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo, dio a conocer ganadores en ocho categorías de ese reconocimiento para el 2015. Cinco corresponden a mujeres y uno de ellos se otorgó a Pilar Sánchez, en la categoría de Divulgación Artística y Cultural, por la producción audiovisual Nicte-Ha.  

 

La historia no tiene nada que ver con la leyenda maya del príncipe convertido en pájaro cardenal, para cantarle a su amada en la forma de flor acuática. En este caso, Nicte-Ha es una niña adoptada que vive feliz, amada y protegida en un hogar con dos papás. Mensaje de respeto y tolerancia a la diversidad sexual; lo más relevante es su construcción, ya que a partir de una canción, con letra de Emilio Lome y música del grupo BaNdula, Pilar desarrolla un taller de animación digital con niñas y niños del Centro DIF de Temixco. Son ellos a partir de la propuesta metodológica de “Anímate”, quienes le dieron vida a los personajes. Originalidad, relevancia social e incorporación de la creatividad de la niñez, son los atributos que el jurado señala para justificar la selección de este producto, que además recibió el apoyo de difusión del Instituto Morelense de Radio y Televisión y financiero del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia. Este último, por cierto desparecido en el proyecto del PEF 2017.   

 

Esa misma semana, con sede en la ciudad San Francisco de Campeche, declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, se desarrollaba la reunión nacional de coordinadores estatales del Programa Alas y Raíces. Sin duda la apuesta más consistente del Estado mexicano para promover los derechos culturales de niñas, niños y adolescentes.

 

Con 21 años, Alas y Raíces, ha sobrevivido tres cambios sexenales y generado con un presupuesto, casi siempre raquítico, múltiples intervenciones y acciones. Entre ellas la colección Poesía para Niños, que inicia en 1998 con Brochazo de sol. Pellicer para niños y continúa con: Al téquerreteque (J. Sabines); Alma mía de cocodrilo (E. Huerta); En los cabellos del árbol (E. Nandino); Que me bautice el viento (E. Ochoa), y Paraíso de Compotas (López Velarde).

 

Interrumpida por una década, la colección se reactiva este año con “El árbol habla, Paz para niños”. Al igual que el resto, estos libros son ilustrados por niños y niñas, que se acercan a los autores y su obra, y desde sus miradas los traducen. En este caso a partir de una selección de Carmen Leñero, fueron niños de la primaria pública Independencia, ubicada en el barrio de Mixcoac, en donde nació Octavio Paz, los encargados de generar poemas, pintando poemas.

 

Estos son ejemplos de cómo garantizamos los derechos culturales de infantes y adolescentes, que no se limitan al acceso a los museos o las bibliotecas, sino que comprenden tal y como señala la Convención de los Derechos del Niño, su derecho a crecer y ser educado respetando su contexto cultural. Que no se reducen a la visión instrumental de las expresiones artísticas, sino al ámbito de lo gozo estético y la felicidad.

 

Obligación de los Estados, dice la Convención de que las personas menores de 18 años accedan a una vida cultural y artística; de que propicien oportunidades apropiadas, en condiciones de igualdad, para que participen de ella. Obligaciones establecidas en su artículo 31, pero que el propio Comité de los Derechos del Niño reconoce que es poco comprometido por la mayoría de los países del mundo.

 

De ahí que el 2013 genere la Observación General 17, para entre otros aumentar en los Estados la visibilidad, la conciencia y la comprensión de la importancia central de los derechos culturales para la vida y el desarrollo de todo niño, e instarlos a elaborar medidas para asegurar su disfrute efectivo.

 

A pesar de lo anterior, hoy los derechos culturales están en jaque, con un anteproyecto de PEF, cuyo presupuesto para ese rubro es el más bajo desde el 2009. Con una asignación de 10 mil 300 millones de pesos, 30.7 por ciento menor que el del año pasado y que entre otros desaparece los fondos para los estados y las actividades municipales y comunitarias. Adicionalmente hay que considerar que solo el 10% de esa cantidad está destinada de manera específica a la niñez.  

 

*Falleció Shimon Peres, en su memoria cabe recordar lo que señalaba en su última visita a nuestro país y Latinoamérica: “son imperios culturales. Ustedes han mostrado que se puede ser pobre en términos materiales y muy rico en términos culturales”. Seguir castigando los derechos culturales, consagrados no nada más en instrumentos internacionales, sino en nuestro artículo cuarto constitucional, es poner en jaque nuestra mayor riqueza y la vida plena y gozosa de los 40 millones de niñas, niños y adolescentes de nuestro país. 

 

 

 Nashieli Ramírez. Directora de Ririki Intervención Social. Experta en infancia, adolescencia y sus derechos. 

 

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