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«POTENCIAL»: Maestras de primarias rurales

Las mujeres que nacen en el campo aspiran a ser maestras. 

Las he visto en los plantones en Chiapas, en la plaza de la República, en la Ciudadela, pero más he conocido las historias de las maestras rurales en las primarias del Estado de México, donde desarrollo proyectos sociales con mi Universidad.

 

Oigo a los comentaristas de radio enlazar un discurso descalificador como si no fuera requisito del periodismo contrastar, investigar y conocer la historias personales, para tener una opinión independiente del gobierno. Estrechan, con su corta visión, la encrucijada más importante de nuestro país: la recuperación de la educación pública.No tengo una buena opinión de la CNTE, el sistema clientelar que maneja los hilos del poder en el SNTE me parece de lo más corrupto, y con pocas excepciones los funcionarios de la SEP, incapaces.

 

El ex alcalde de Medellín, Sergio Fajardo, quien innovó en gobierno, obra pública, combate al narcotráfico y en cultura, por sólo mencionar algunos aspectos de su exitoso gobierno, al explicar los pilares de su credibilidad y fortaleza como político, enfatiza en la misión central que tiene la educación como promotora del desarrollo y de la reducción de la brecha entre pobres y ricos. Y señala que si no se pone énfasis en mejorar los sistemas educativos el desarrollo no es posible, y esto es perfectamente aplicable a las escuelas rurales de México y en el primer plano están las maestras.

 

El 70% del profesorado de educación básica en México son maestras, a pesar de lo cual ganan menos que sus colegas: los varones ganan 76.4 pesos la hora, y ellas 70.1. A pesar de esto la profesión de maestra, junto con la de enfermera, es una de las pocas opciones de las mujeres que han nacido en el campo mexicano, donde casarse y tener hijos es el patrón usual de pueblos de alto grado de machismo.

 

En los pueblitos puede haber un preescolar multigrado, una primaria que si no pasa de poco más de 100 alumnos tendrá también grupos multigrados y para la secundaria hay que caminar varios kilómetros, aún esa opción engañosa como lo son las telesecundarias, y comúnmente hasta allí se cierra el universo de millones de mujeres rurales, muy pocas familias pagarán el costo de ir y venir a las preparatorias y menos a la universidad; así que las normales rurales y la carrera de pedagogía son, de hecho, opciones de alto costo si se toman en cuenta los salarios o ganancias de los productos agrícolas.

 

Para estas jóvenes excepcionales ingresar al gremio magisterial es asegurar un salario para el resto de sus vidas y escapar de la variabilidad de los ciclos agrícolas, de la caída en picada de los precios de las artesanías y otras variables que impiden el desarrollo del campo mexicano.

 

Visto desde afuera la carrera magisterial y la estructura clientelar que la sustenta, son poco atractivo para la población urbana, pero son un gran camino para millones de mujeres en el campo mexicano.  

 

La solución al problema del modelo educativo, un compromiso por mejorar la educación pública y becas específicas para niñas y jóvenes, son urgentes para mejorar la condición de las mujeres rurales. La cruzada contra el hambre, los programas como lo fue Solidaridad, Oportunidades, son paliativos. Si no se mejora las condiciones de las profesoras de educación básica, estamos de bruces  y sin salida al terrible pobreza que no ha desaparecido, a pesar de la farsa del INEGI por maquillarla.  

 

 

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