«EL ARCÓN DE HIPATIA»: Solteras ¿codiciadas? - Mujer es Más -

«EL ARCÓN DE HIPATIA»: Solteras ¿codiciadas?

Las bodas: entre lo personal y lo social

“…y la tía Cristina cumplió 20 años, sin que nadie le hubiera propuesto ni siquiera un noviazgo de buen nivel”, Mujeres de ojos grandes, Ángeles Mastretta 

De niña recuerdo haber leído alguna vez el cuento de la Tía Cristina. Es la historia de una joven mujer poblana que, llegados sus 21 años, no se ha casado ni tiene una propuesta de matrimonio formal. Algo casi trágico en la conservadora sociedad poblana de hace poco más de medio siglo. Me llamaba la atención sobremanera cuál era la angustia por casarse, ya que a mis 10 años yo soñaba con trabajar en una universidad y ser doctora, pero jamás con una boda.

Tal vez si hubiese vivido en algún otro lugar, no en la tradicional ciudad de Monterrey, este pensamiento no hubiera causado la conmoción que provocó en una reunión de señoras que me preguntaron a qué edad me quería casar. Con mi vocecita, y sin mi mamá presente para suavizar la respuesta, dije: "A ninguna". Creo que el efecto de mi declaración, en medio de un grupo donde se dice que “la mujer nace pensando en dos vestidos, el de sus XV años y el de la boda”, fue dramático. Una niña a la que no se le antojaba ninguno de ellos debía de sufrir un trastorno serio.

De este evento ya han pasado unos cuantos años. Hoy en día, esa declaración tal vez no suena tan descabellada en ciertas ciudades. El INEGI ha presentado informes, donde se afirma que entre 2000 y 2013 el número de matrimonios ha descendido y aumentado la edad de aquellos que deciden contraer nupcias. Pero cabe destacar que una cosa son los números y el discurso social, donde se aprueba la soltería por elección, y otra es la aprobación de esta decisión en los pequeños núcleos, y en ciudades en las que aún permea una mentalidad conservadora.

En algunas publicaciones el término "neosoltero" (soltero por decisión) y otros tecnicismos más son acuñados para revalorizar la soltería. Sin embargo, a la larga terminan estereotipando más. ¿Alguien ha escrito textos explicando el por qué se casa? Entonces, ¿por qué se tienen que buscar argumentos aceptables socialmente para una decisión de índole personal?

Actualmente, la soltería tanto para hombres como para mujeres es una realidad que no se puede ocultar. El INEGI nos muestra cómo en nuestro país existen poco más de 20 millones de solteros (de los más de 112 millones que somos en México), tomando en cuenta el rango de los 15 a los 40 años exclusivamente.

A partir de estos datos, es común encontrar textos que mencionan lo anterior como un reflejo del nivel de desarrollo alcanzado por la mujer en nuestros días. Por un lado, se exalta la independencia de la mujer y, por otro lado, en la charla cotidiana surge la pregunta inevitable que toda soltera escucha en algún momento: "¿y la boda?", pregunta cargada de reconvención, especialmente cuando se está por iniciar algún compromiso laboral o académico de trascendencia. Pregunta que implica un “está bien, pero no pierdas de vista tu meta: el matrimonio”. Es como si un mandato social no escrito estipulara que la boda es el destino ineludible de toda mujer.

Aun cuando la sociedad occidental ha sufrido cambios vertiginosos en los años recientes, parece que los bloques del muro de la estigmatización hacia la mujer soltera no han terminado de caer. Las libros de Jane Austen, novelista británica con humor un tanto irónico y  ácido, retratan a una sociedad victoriana donde no había peor suerte que el desafortunado porvenir de una mujer pobre, sin posibilidades de ofrecer una dote atractiva. Esto propiciaba una infructuosa espera del pretendiente dispuesto a comprometerse con ella. No había otra expectativa en su destino que la soltería irremediable. Ese discurso, que en el tiempo se nos antoja lejano, no dista mucho de la estigmatización que sigue existiendo alrededor de la soltería femenina.

El número de mujeres que deciden no casarse y alcanzar otras metas sin un compañero va en aumento. Entonces, ¿por qué permitir que una decisión de índole personal entre a juicio social?

Derribar diques morales fuertemente arraigados es difícil, más no imposible. En el mundo académico, la doctora Bella DePaulo, profesora de psicología en la Universidad de California, ha escrito libros importantes para reconceptualizar la soltería que están defendiendo cada vez más mujeres: Singled Out: How Singles Are Stereotyped, Stigmatized, and Ignored, and Still Live Happily Ever After (2007, St. Martin's Griffin) y Singlism: What It Is, Why It Matters, and How to Stop It (2011, DoubleDoor Books).

Como reacción al concepto chino de mujeres sobrantes, utilizado para referirse a aquellas que sobrepasan los 27 y siguen solteras, ya existe defensa. "La toma del mercado de matrimonio" es un corto documental de cuatro minutos realizado por la empresa japonesa de belleza SK-II. En una declaración, el presidente de SK-II, Markus Strobel, dijo que el anuncio era parte de "una campaña mundial para inspirar y empoderar a las mujeres para elegir su propio destino".

Sí, el propio destino. Porque ser empoderada no es sinónimo de soltería, pero la soltería tampoco es sinónimo de desgracia. La desgracia es no tener derecho a elegir cómo vivir cada quién su vida.

Tal vez llegue el día donde sea una realidad la propuesta de Wilde: “Los solteros deberían pagar más impuestos. No es justo que unos sean más felices que otros”.

Saraí Aguilar Arriozola | @saraiarriozola
Es coordinadora del Departamento de Artes y Humanidades del Centro de Investigación y Desarrollo de Educación Bilingüe en Monterrey, Nuevo León. Maestra en Artes con especialidad en Difusión Cultural y candidata a doctora en Educación.

 

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