Quien sabe qué pasará por la mente de algunos estrategas o asesores de candidatos o precandidatos al 2018 que pretenden en pleno siglo XXI basar gran parte de las estrategias para sus clientes en discursos e imágenes clasistas, seguramente a falta de propuestas reales y creíbles.
Propuestas como: de qué manera resolver la inseguridad, cómo acabar con la corrupción, cómo mejorar los niveles de vida, los salarios, la transparencia en la administración de los recursos, cómo brindar mejores oportunidades de empleo, cómo acabar con los feminicidios y la violencia contra las mujeres, cómo mejorar el nivel educativo, el acceso a la seguridad social, a los servicios de salud, entre muchos otros pendientes con la sociedad no resueltos en décadas.
Hoy basan la promoción de los candidatos en querer dar a entender que hay aspirantes a la candidatura presidencial de la República de diferentes rangos o niveles sociales, pero terminarán por lucir clasistas y ofensivos para el grueso de los mexicanos; ya que se les olvidó que la de por si marcada desigualdad social y económica que impera en México es producto, precisamente del mal e ineficiente ejercicio político, social y administrativo del poder de muchos de los que ahora buscan mantenerse en el poder o conservarlo.
Esa clase política que ahora supone o le han hecho creer que puede hacerse pasar o lucir como Ricky Ricón, sin ofender a millones de mexicanos, que no tienen, ya no digamos lujos, ni siquiera oportunidades a mínimas condiciones de vida digna, precisamente por el abuso del poder, anda más que extraviada, o de plano es autoritaria e intolerante y poco le importa lo que piensen los votantes potenciales y cuánto los pueda denigrar.
¿Será que la soberbia no les permite ver el descontento y repudio social que existe hacia la clase política, por los más grandes agravios a los mexicanos, como han sido: el abuso del poder, la corrupción, la impunidad, el enriquecimiento inexplicable de una clase política, indistintamente de su color o presunta ideología o partido, de derecha, de izquierda, y esa misma arrogancia les hace pensar que hagan lo que hagan, y ofendan lo que ofendan, podrán seguir adjudicándose el poder ?
Alejandro Rosas, historiador, expresaba en Milenio: “México padece un clasismo permeado de soberbia, autoritarismo e impunidad presente en todas las épocas y que prevalece en pleno siglo XXI, es el México de las ladies de Polanco y de la Lady chiles; es el México del “qué naco” o del “eres un indio”.
Recurrir a la psique social racista o clasista como una alternativa para conseguir votos, sólo demuestra como también lo afirma Rosas: intolerancia, política, social, religiosa, sexual e ideológica y un menosprecio humillante al mexicano común, ese que no vive de la política.
Richie Rich (Ricky Ricón en hispano-américa o Niño Rico en España) es una película protagonizada por Macaulay Culkin en la que interpreta al hijo de una familia rica al que le faltan amigos de su edad, es el hijo de un magnate con una fortuna de más de $70 mil millones de dólares, que usa ropa cara, autos lujosos, tiene una gran mansión, muchos empleados, mayordomo personal (mucha cargada, claro interesada), pero al final resulta que no tiene ni siquiera la lealtad del administrador de la empresa de su padre, no tiene algo que no se puede comprar con dinero, amigos, algunos niños aceptan ir a jugar con él a su gran mansión, sólo porque reciben algo a cambio, en este caso, un pago por ir a jugar béisbol.
¿De no haber recibido algo a cambio hubieran ido a jugar con el niño Ricón? Algo como la cargada interesada, que: ¿estaría ahí sino fuera a recibir algo a cambio?
Las filias y fobias políticas exacerbadas impromtu (improvisadas) ¿en verdad son espontáneas y desinteresadas?
Acuerdos con aroma de café
Ahora resulta que todas las diferencias y rivalidades políticas se pueden arreglar con una comida o con una buena taza de café.
¿Y si nos ahorramos todas las campañas políticas, las prerrogativas a los partidos políticos, los spots insoportables, la guerra de encuestas, la publicidad basura, y mejor organizamos una comilona o una cafeteada mayor y… tan-tan… asunto arreglado?
Canciones recomendadas:
No te olvides de mí.
Es por ti.
Frente a Frente.
Moriría por vos.
Enganchado a ti.
La calle del olvido.
Hoy romperé tus fotos.
Paloma Ruiz. Comunicóloga por la UNAM, con especialidad en Marketing por la Universidad de Berkeley. Ha combinado a lo largo de su vida profesional el análisis político en diversos medios de comunicación nacionales e internacionales, con el diseño de estrategias de comunicación y las relaciones públicas. Amante del mar y el buceo.