Si 1929 es recordado como el año de la Gran Depresión económica mundial, el año 2020 muy probablemente será recordado como el año de la Gran Transformación mundial; el año del cambio de paradigmas. Un microorganismo, el virus que produce la Covid19 ha sido el detonante de una revolución no sólo en el campo de la salud, sino de una reacción en cadena que ha impactado los ámbitos económico, político, social, religioso, filosófico, artístico e incluso espiritual. Las estructuras del mundo pre-Covid19 se estremecen. Se está construyendo un mundo nuevo que dejará atrás mucho de lo que antes vimos como “normal”. Habrá que aprender nuevas habilidades para hacer frente a los retos del nuevo mundo y en ese proceso de aprendizaje una palabra clave habrá de ser “cooperación”. Aquel que no sepa sumar no sólo cifras, sino voluntades, quedará rebasado por la nueva dinámica social. Se trata de un gran salto para la humanidad, un salto evolutivo, y la evolución no se detiene.
El fantasma del voto de castigo por mal manejo de crisis
El año 2020 ha sido un año de pesadilla para todos los gobernantes en turno, porque ninguno estaba preparado para las sorpresas que trajo la pandemia. A unos más que a otros, pero a todos se les reclama haber tenido un mal manejo no sólo de la crisis sanitaria, sino de todas las consecuencias que se han derivado. En un ambiente marcado por la incertidumbre, el miedo, el hartazgo y las presiones económicas, muchos gobernantes se preparan para enfrentar procesos electorales clave en los que muy probablemente la ciudadanía exprese su descontento ante lo que muchos ven como una visión negacionista, creadora de falsas expectativas.
En ese contexto es muy probable que la oferta de cambio de rumbo resultará atractiva para muchos votantes, especialmente para los que han perdido su empleo y/o a algún ser querido que murió sin poder ser atendido por los servicios de salud que en todo el mundo mostraron los estragos de decisiones políticas que dejaron sin dinero a médicos, hospitales e investigadores en materia de salud. Quienes diseñaron políticas públicas que recortaron presupuestos al sector salud tuvieron mucha culpa, pero mucha culpa tuvimos también quienes los dejamos actuar, mirando hacia otro lado cuando destazaban los presupuestos o corrompían las compras de medicamentos y equipo médico.
En México, la cifra de muertos por Covid19 ha superado ya los 50 mil. Son números que se traducen en padres, hermanos, abuelos, amigos, maestros, médicos, seres humanos todos que se fueron en medio del sufrimiento que ocasiona esta cruel enfermedad. Heridas abiertas que llenarán de pus muchas conciencias.
La táctica de confrontación empaña la convocatoria a la corresponsabilidad
El día en que México superó los 50 mil muertos, un reportero preguntó al presidente López Obrador si estaba en sus planes cambiar la estrategia. El presidente respondió que la estrategia había sido un éxito porque no la manejaban los políticos, sino un grupo de científicos, considerados “eminencias”.
El mandatario presumió, con justa razón, que algunos empresarios dueños de hospitales privados y televisoras se sumarán a los esfuerzos para tratar de enfrentar la pandemia. Son encomiables los esfuerzos por sumar, por convocar a la cooperación, pero ninguno de ellos fue articulado por la Secretaría de Salud, donde lo que predomina, según ha trascendido, es la división interna y la disputa por cotos de poder. Así lo exhibió la subsecretaria Asa Cristina Laurell cuando presentó su renuncia el 18 de junio de 2020.
Los funcionarios en la Secretaría de Salud no saben sumar, pero es en ellos (y en especial en López-Gatell) en quienes el presidente ha delegado la responsabilidad de definir la estrategia, aunque haya quienes digan que el presidente le ordena a López-Gatell lo que tiene que decir respecto al cubrebocas, giras presidenciales, pruebas, semáforos para beneficiar o perjudicar a algunos gobernadores, campañas negras contra el gobierno y otros temas.
Expertos de la UNAM chocan con López-Gatell
El manejo de crisis del gobierno y específicamente de López-Gatell ha sido cuestionado por reconocidos científicos en la salud y la epidemiología. La doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie, jefa del laboratorio de Genética Molecular de la UNAM, recriminó a las autoridades que insistan en que esta ha sido una estrategia exitosa sólo porque hay disponibilidad hospitalaria. En declaraciones citadas por Carlos Urdiales (La Razón 8 de agosto 2020), la doctora dijo que esto significa que (los que diseñaron la estrategia) nunca entendieron su trabajo, pues el principal objetivo debe ser no perder ni una sola vida, no tener disponibilidad de camas. Para la doctora Ximénez-Fyvie, las conferencias del vocero López-Gatell sólo sirven para la numerología que nada aporta, pues “parece que viven en una realidad alterna”.
Las críticas de la doctora Ximénez-Fyvie se suman a las de otros expertos de la UNAM como Alejandro Macías, Susana López Charretón o Malaquías López. Algunos de ellos forman parte del Consejo Asesor de la Secretaría de Salud. Sin embargo, López-Gatell suele desacreditar sus planteamientos.
Cofepris, un obstáculo más…
El subsecretario de Salud es el rostro más visible de quienes se han encargado de crear un ambiente de polarización. Pero también se han dado fuertes cuestionamientos contra la Cofepris, el órgano encargado de regular las prácticas médicas. Las decisiones de Cofepris contra las pruebas de plasma en pacientes recuperados aplicadas por el Centro México ABC suscitaron indignación, a tal grado que el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado envió un escrito al secretario de Salud para que frenara a la Cofepris ((Reforma, 17 mayo 2020).
Tuve conocimiento de otros obstáculos que la Cofepris ha puesto a quienes buscan apoyar en el tratamiento de Covid19 por una charla con Isaac Goiz, mexicano experto en biomagnetismo. Su consultorio fue clausurado por Cofepris después de que Goiz conversó con medios de comunicación sobre sus investigaciones relacionadas con la Covid19 y el interés que éstas habían despertado en países como Venezuela, Cuba y China. Según me comentó, él ha tratado de hablar sobre sus hallazgos con autoridades mexicanas, pero ha topado con un muro, pues no han mostrado disposición por lo menos a escucharlo. Isaac Goiz es una figura polémica que desde hace mucho tiempo ha tenido que enfrentar campañas de desprestigio promovidas por quienes consideran sus terapias como una amenaza a la medicina alópata (cuento esta historia a detalle en el texto titulado “Salud en México: Las heridas abiertas por Covid19).
Sánchez Cordero y científica mexicana víctimas de intolerancia
La incomprensión hacia la medicina tradicional, hacia la medicina alternativa, la ha padecido incluso la secretaria de Gobernación, quien tuvo que enfrentar las burlas de diversos medios y las críticas de autoridades de salud de la CDMX y Edomex cuando se refirió al tratamiento que ella utilizaba y había compartido con colegas de gabinete y gobernadores. De nada valió que dijera que era un tratamiento desarrollado por una exitosa científica mexicana, haciendo referencia a Gabriela León, ingeniera bioquímica industrial de la UAM-Iztapalapa, que cuenta con el aval del INER, la secretaría de Economía, el Foro de Davos y la ONU. Los prejuicios prevalecieron y, hasta donde se sabe, las investigaciones de la científica mexicana no son tomadas en cuenta por las autoridades de salud y el vocero López-Gatell sigue en guerra de baja intensidad con la titular de Segob, que tiene que realizar “operaciones cicatriz” ante todos los frentes de batalla que abre el funcionario.
Hay quienes consideran que el talante político de Andrés Manuel López Obrador no da para que pueda ser el líder que requieren estos tiempos de crisis porque ha sido, es y seguirá siendo un líder contestatario, que se nutre del conflicto. Muchos dicen que lo suyo es dividir e ir contra el gobierno, aunque en esta ocasión sea él quien encabece el gobierno. El gran reto de Andrés Manuel López Obrador será demostrar que sí puede dejar de ser el “eterno candidato” al que sólo le interesa la próxima elección. México necesita un líder que nos convoque a sumar voluntades. Andrés Manuel tendrá que crecer; a todos nos toca exigirle que crezca o cada vez habrá más mexicanos que paguemos las consecuencias.
