Por. Bárbara Lejtik
No seré egocéntrica y reconoceré que todo es cuestión de estilos y de gustos, pero no dejo de sorprenderme, me resulta increíble al menos en cuestión de cine que en este país sigamos siendo tan mediocres con lo que vemos y pagamos en salas de cine, habiendo demostrado ya de sobrada manera que en México hay talento y que nuestros actores y directores son competitivos como el que más y capaces de realizar obras maestras teatrales y cinematográficas. Conociendo a montones de producciones espléndidas que no llegan a ver la luz por falta de apoyo y quedan en el olvido sin presentarse nunca en salas ni escenarios, me entristece que se siga ofreciendo al espectador cine de tan baja calidad
¿Qué fue lo que me indignó? Este fin de semana fui con mi princesa rockera al cine queriendo ver algo novedoso y si, con mi eterna obsesión de priorizar producciones mexicanas entramos a ver Señora Influencer. No llevaba el film ni cinco minutos cuando yo ya estaba consciente del error que habíamos cometido y de verdad me quedé hasta el final no solo por el kilo de palomitas que ya me había comprado, sino para dar un voto de confianza o bien entender qué había detrás de todo esto. Y no, la película nunca mejoró, es más llegó a niveles inusitados de mediocridad. El tráiler no era malo, la propuesta me pareció interesante, la protagonista Mónica Huarte, a quien he visto en programas de comedia me parece ingeniosa y pensé que el tema de enredarse siendo un personaje en las redes sociales puede tratarse desde muchos ángulos, todos interesantes, que analiza no solo la capacidad que tenemos los usuarios de redes sociales para disociar la realidad y llenar nuestros vacíos con falsas verdades virtuales.
En serio creo que para atacar este tema no se necesita gran preparación, pues es algo en lo que casi todos hemos estado involucrados y de cierto modo conocemos. Lo difícil era teniendo un buen argumento y dinero para la producción es que hayan hecho algo tan malo, se nota el presupuesto de principio a fin, el casting no es barato, muchas locaciones y buenos ingenieros de audio, iluminación y edición, pero la película para mi no tuvo un minuto rescatable y no creo que sea porque no entendí el contexto, por el contrario, me resulta difícil creer que haya pasado tantos filtros y lograra presentarse en salas comerciales.
Fátima, una mujer adulta con una condición mental que la hace pensar y actuar como una niña pequeña, se encuentra de repente frente a las redes sociales y decide ser influencer.
Me parece un atentado a la inteligencia cómo se define el personaje, pues si bien hay personas con condiciones neurológicas de este tipo y muchos hemos conocido a alguien así, es muy absurda la forma como se presenta el perfil del personaje. Una mujer en forma, vestida como Alicia en el país de las maravillas, hablando como niña chiquita, pero con un pelo rojo incandescente y peinado de horas en el salón, atado con un absurdo moño, con botox, impecables dientes, ojos tatuados y labios pintados que en su inocente intención de hacer amigos y ayudar a la gente se ve expuesta a burlas y críticas, como les pasa a la inmensa mayoría de celebridades de las redes sociales. Entonces a pesar de comportarse como niña pequeña aprende a usar aplicaciones, defrauda económicamente a su padre, contrata servicios, compra en línea y hace transacciones varias. Por consejo de una pseudoterapeuta deja de tomarse la medicina que le da su padre para mantenerla “amansada” y uso este término porque no puedo poner el verdadero, pues en realidad es una mente psicópata en potencia, ni en la peor producción de telenovelas de los ochentas alguien hubiese presentado un guion tan falto de sustento e improvisado.
Que pena si les conté la historia, pero mi principal recomendación es que no tiren su dinero a la basura y no expongan su mente a algo tan violento contra la inteligencia humana. Creo que en el entretenimiento, igual que en la política, es importante rebelarse ante la ineptitud y exigir con y sin nuestro apoyo buenos resultados y producciones. El tema o el género pueden ser diversos, llámese comedia, ciencia ficción, terror, suspenso, drama, lo importante es cómo están contadas las historias y lamentablemente para mi y mi hija ésta fue sin duda una de las peores experiencias que he tenido en cine, no soy coda pero si supiera en dónde solicitar un reembolso por mis entradas, lo haría.
