Por. Alfonso García Pérez
Luz Elena Chávez González justificó de alguna manera a AMLO, al filtrar la versión de que, cuando era Jefe de Gobierno del DF (2000 – 2006), convocó a una junta secreta para preguntar a su equipo que: ¿Quién más había recibido dinero en efectivo del empresario Carlos Ahumada, a parte del profesor Bejarano y de Horacio Duarte? Y que entonces, Carlos Ímaz de Sheinbaum confesó que sí. Y es memorable cuando este dirigente reconoció ante la prensa su pecado político.
Ciertamente AMLO ya estaba raspado desde antes de la entrevista de Brozo al señor de las ligas y los fajos de billetes en la gabardina, pues su secretario de Fianzas del DF había sido cachado en Las Vegas, Nevada, derrochando y apostando millones de pesos, mostrando que el corazón del gobierno de AMLO era básicamente corrupto y burgués.
Pero esta versión de un AMLO indagando sobre quién era corrupto de su equipo, es un contrasentido, pues haiga sido como haiga sido, todas esas operaciones corruptoras de Ahumada eran para el fondo de campaña de AMLO hacia la grande, y eran en reciprocidad a licitaciones o concesiones que el Gobierno de AMLO hubiera concedido a dicho empresario, o para futuras, y por lo tanto, todas estaban bajo la autorización y la supervisión directa de AMLO, o de su mano derecha y padrino, René Juvenal Bejarano Martínez.
El profe René fue el secretario particular del Jefe de Gobierno del DF en los primeros dos años y medio, y los tres últimos años de la gestión chilanga de AMLO, fue presidente del Poder Legislativo local, por lo cual, no había persona más cercana a AMLO que Rene Juvenal.
Esto se explica en que AMLO no era de la Ciudad de México, y que fue una idea del astuto profe René el importarle desde Tabasco para ocupar a la máxima y más segura posición del PRD, ahora que Porfirio Muñoz Ledo había hecho berrinche y no quiso ser candidato del PRD a Jefe de Gobierno del DF, en su obsesión por ser él el candidato presidencial y no Cuauhtémoc Cárdenas, brindando así la coyuntura al grupo Unión Nueva Tenochtitlan de Lola, Martí y René Juvenal, patrocinados por Camacho Solís y Salinas de Gortari, para arrebatarle al Inge Cuauh el control de la Ciudad de México.
El profe, y su hijo putativo Martí Batres Guadarrama, anunciaron esa candidatura del tabasqueño, ayudaron a inventarle una residencia falsa en el DF, y después lo llevaron a todas las colonias que ellos dominaban en las Ciudad de México, para presentarlo como su futuro Jefe de Gobierno. La raza perredista no podía creerlo, hacia muecas y muchos fuchis, pero como eran fieles a Profe Rene Juvenal…
Esto lo explico para que quede claro que AMLO y Bejarano eran uña y mugre, la mancuerna perfecta y sin secretos. Y para quienes tratamos de gestionar asuntos en los primeros dos años del gobierno tabasqueño en la Ciudad de México, sabemos que el control absoluto lo tenía Bejarano. Nada se movía sin su voluntad, pues AMLO ni conocía a la Ciudad de México ni a la raza. Así cualquier tranza de Bejarano la sabría AMLO y viceversa.
Recordemos también que el triunfo del desconocido AMLO sobre Santiago Creel, el candidato panista a Jefe de Gobierno en el 2000, fue muuuy cerrado, y de hecho cuestionado, sobre todo por la detección de fraudes en casillas de Álvaro Obregón. Definitivamente AMLO llegó a Jefe de Gobierno gracias a René Juvenal.
También debe quedar claro que: EL MODUS OPERANDI DE CORRUPCIÓN DE AMLO DE 2000 – 2006 ERA EL MISMO QUE EL ACTUAL: VENDER CONCESIONES Y LICITACIONES, Y RECIBIR DINERO EN EFECTIVO DE LOS EMPRESARIOS BENEFICIARIOS, EN CONCURSOS DE LICITACIÓN SIMULADOS, O SIN CONCURSO ALGUNO, POR VULGAR DESIGNACIÓN, FUERA DE TODO REGISTRO, EN LUGAR DEL TRADICIONAL PECULADO.
Lo otro que quiero aclarar a la maravillosa periodista Luz Elena es que, el histórico dirigente del Consejo Estudiantil Universitario, CEU (1986 – 1991) Carlos Ímaz Gispert, no era del equipo de AMLO. Y ni su esposa Claudia Sheinbaum Pardo. Ambos eran parte del equipo de Rosario Robles Berlanga desde dicho movimiento estudiantil, y Rosario era la lugarteniente del Ingeniero Cárdenas. Previo a la elección interna para definir el candidato a Jefe de Gobierno, se realizaron en 1999 las elecciones internas del PRD para definir su dirigencia estatal en el DF, y contendieron Dolores Padierna contra Imáz, ganado el CEUista Carlos por pequeño margen gracias al apoyo tramposo de la Jefatura de Gobierno bajo las garras Chayo – Cuauh.
La duda es, después de que cerraron filas y ganaron la elección en el DF ¿Por qué es entonces Claudia Shienbaum la roblesista- cardenista designada por AMLO para integrarse a su gabinete, en la Secretaría de Medio Ambiente del DF? El tema es que Claudia no tenía experiencia en el gobierno ni era dirigenta, pues la verdad es que el dirigente siempre había sido su pareja sentimental Ímaz Gispert, a quien ella siempre apoyó, pero a quien jamás le rivalizó.
Efectivamente AMLO habló de tener la cortesía de dar espacios al equipo perredista contrario, pero también confesó: “Es que Claudia conoce muy bien a la gente del sector empresarial, ella sabe, además de que es una gran científica”.
Y en efecto, por esa razón, AMLO designa ilegalmente a Claudia Sheinbaum Pardo para construir el “Segundo Piso del Periférico”, allá en Mixcoac y San Antonio, cuando por ley, dicha obra debió haber sido llevada a cabo por la Secretaría de Obras Públicas.
De hecho, al principio no hubo registro de licitaciones legales ni de concursos para dicha obra, sino hasta unos seis meses después de realizada, en un portal de internet hechizo de informe tardío y ambiguo. Evidentemente Claudia escogió y designó a los empresarios que iban a realizar la obra, en su mayoría de la comunidad judía. Toda una Reyna del Cash.
Para rematar a estas correcciones, menciono que hubo un movimiento anticorrupción en la CDMX durante ese gobierno de AMLO, y propusimos la creación de contralores ciudadanos para fiscalizar y vigilar, desde la sociedad civil, al ejercicio del gasto público en el DF y a los procesos de compras gubernamentales, así como un programa de desarrollo a pequeñas empresas mexicanas proveedoras. AMLO recibió nuestra propuesta con malestar, para variar, pero de repente dijo: “Esta bien, que se haga, pero esos contralores los voy a designar yo”. Respecto al desarrollo de proveedores, su rechazo fue total.
Desde entonces, no hay freno para la venta de concesiones y de licitaciones por parte de AMLO y su equipo. Actualmente el gobierno de Morena se distingue por no hacer concursos de licitación y por realizar la mayoría de sus compras gubernamentales por designación directa, y sin fiscalización alguna, la base del reinado del cash.
