Por. Ivonne Melgar
Uno de los rasgos distintivo del feminismo mexicano es la disciplina de sus activistas. Una disciplina que le da curso a la rebeldía nunca en tregua. Una disciplina en la insistencia de las reivindicaciones, en su seguimiento y materialización de sus apuestas.
Disciplina, sí. Porque las feministas mexicanas son empecinadamente disciplinadas. Ese es el término que describe a las mujeres que hoy abanderan desde diversos frentes públicos, sociales y políticos las causas de la igualdad.
Por eso me hizo tanto sentido la noticia del lanzamiento de Rebeldes con Causa por parte de cuatro diputadas federales que por supuesto que personifican ese emblema: Martha Tagle (Movimiento Ciudadano), Verónica Juárez Piña (PRD), Lorena Villavicencio (Morena) y Laura Rojas Hernández (PAN).
“Nos definimos como rebeldes con causa porque somos mujeres insistencialistas y resilientes, comprometidas y congruentes, dispuestas siempre a levantar la voz con inteligencia por causas justas y no callar ante lo que deba cambiar. Decidimos mantenernos articuladas con el objetivo de seguir contribuyendo a transformar el poder y que éste sirva para construir una sociedad justa, equitativa e igualitaria, que tenga como premisa garantizar a las mujeres y las niñas una vida libre de violencias y sentar las bases para la igualdad sustantiva”, se expone en su presentación formalizada este lunes.
Fue una noticia que alegró mi semana porque se trata de cuatro de las más destacadas parlamentarias de la legislatura que está por concluir y la suma de sus talentos y capacidades de construir bienes públicos abrirá nuevos espacios a las causas de la democracia paritaria.
“Nuestras causas son: democracia paritaria; igualdad sustantiva; por el derecho de niñas y mujeres a una vida libre de violencias; por el derecho de niñas y mujeres para construir una realidad en la que puedan ejercer sus derechos plenamente y en libertad”, enumeraron.
Martha, Verónica, Lorena y Laura fueron promotoras de las principales reformas que en la 64 Legislatura llevaron a la Constitución y a diversas leyes el reclamo de equidad de género.
Y, sin embargo, por razones diversas que ameritan un análisis detallado en otro momento, ninguna de estas cuatro destacadísimas diputadas será parte de la siguiente legislatura, en la que el 29 por ciento de sus integrantes habrán sido reelectos.
Pero basta señalar, por ahora, que la validación del trabajo parlamentario sigue determinada por las dirigencias de los partidos en función a la docilidad los representantes y de lo que ellos llaman “disciplina política”, entendida como obediencia.
Y pues ellas por supuesto que no pueden someterse acríticamente a “la línea” porque estarían contradiciéndose en su condición feminista y en la defensa de sus causas.
Por eso es importante revindicar la disciplina política, entendida como aquella que concreta bienes colectivos en congruencia con las misiones y los compromisos de la democracia.
Y nadie mejor que ellas para seguir cultivamos disciplinadamente la rebeldía que en todos los casos ha hecho enojar a los respectivos Club de Toby de sus partidos.
Estas son sus tareas inmediatas:
Promover la democracia paritaria en los partidos políticos. Los partidos políticos son entidades de interés público, que no deberían ser propiedad de grupos ni regirse por intereses particulares, deben rendir cuentas y ser la plataforma para representar de manera igualitaria, los intereses de la ciudadanía.
Feminizar la política, para que no haya un espacio de decisión sin mujeres, acompañar a las mujeres en cargos públicos hacer frente a la violencia política y para que, todas y todos quienes se encuentren en posiciones de poder público, se comprometan con la igualdad sustantiva.
Y erradicar cualquier forma de violencia contra las mujeres y las niñas, ya que además de lesionar la dignidad y la integridad de las mujeres, impiden el ejercicio pleno de sus derechos fundamentales.
NECESITAMOS CONCRETAR EL SISTEMA DE CUIDADOS
Otro espacio donde la disciplina feminista tiene destacadas exponentes es en la defensa de los derechos humanos y así nos lo confirmó esta semana Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México en la presentación del Informe Anual 2020.
Compartimos aquí la valiosa reflexión que la ombusperson hizo de en torno a la necesidad de concretar el sistema a los cuidados previsto en la Constitución de la CDMX.
“Otra lección advertida y reiterada desde la economía feminista, es que el cuidado es un trabajo; y es un trabajo que aporta al desarrollo social, comunitario y económico de un país. Es un trabajo invisibilizado y altamente feminizado.
La pandemia sacó de la invisibilidad esta actividad doméstica, para insistir en que debe de ser de interés público, y que requiere guardar un necesario y justo equilibrio de géneros en su participación, e involucrar de manera corresponsable a los actores públicos, privados y domésticos.
La vinculación del sistema de cuidados con los sistemas de apoyo para la vida independiente, así como con la política social, es fundamental para acompañar a las personas a lo largo de su ciclo de vida y en su diversidad.
Esta Ciudad es única en el reconocimiento constitucional del Derecho A Cuidar y Ser Cuidado. La experiencia que hemos vivido permitirá contar con un sistema de cuidados de vanguardia, si así nos lo proponemos.
Los retos que tenemos por delante se multiplican. Sin duda, la incorporación y la conciencia sobre la salud integral individual y comunitaria debe de estar en el centro”.
