jueves 16 mayo, 2024
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COLUMNAS COLUMNA INVITADA

«COLUMNA INVITADA» ¡Sobrevivimos!

Por. SANDRA VIVANCO

Ya inició el 2021, hace nueve meses veíamos lejana su llegada. Los pronósticos en el tema de salud eran tan reservados por la propia ignorancia a lo desconocido del virus del Covid-19.

Este virus no solo trajo incertidumbre y miedo, sino serios problemas económicos y sociales que aún no dimensionamos, como ejemplo el rezago educativo que el sistema mexicano presentaba, aunado al casi nulo aprendizaje de la última parte del ciclo escolar pasado y con la deficiente propuesta pedagógica del ciclo en curso es indiscutible que tendremos una generación con un par de años de escuela prácticamente en cero.

La niñez de los primeros años de educación primaria no aprenderán a leer de forma convencional, con la dinámica de repetición que todas las personas que sabemos leer vivimos, recuerdan la lección: ¿Me llamo Lupe?, sigue siendo una de las clases de primer año de primaria, y el grupo entero repetíamos y aprendíamos a través de seguir a la persona mentora. Hoy en día no existe esa pedagogía, pues es prácticamente imposible, las maestras y maestros a través de una pantalla poco pueden hacer, y eso cuando para el alumnado es posible atender las clases al contar con internet y una computadora, sumado a que su padre o madre pueden dedicar tiempo para apoyarles.

Cómo se puede pensar que un niño o una niña de 6 años podría despertarse a las 7 de la mañana, lavarse, alistarse, tomar algún alimento, disponer de algún lugar de su hogar para instalar su computadora, sentarse frente a ella, prenderla, verificar que cuente con conexión a internet, ingresar a la video conferencia por alguna de las plataformas que el profesor o profesora haya determinado y tener a la mano sus libros y cuadernos, además de lápices, colores, sacapuntas y goma. Creo que nadie en su sano juicio podría considerarlo.

Es más, ni siquiera creo que un niño o niña de sexto grado lo hiciera y no por falta de capacidad, sino porque a esa edad, nos podemos distraer con tanta facilidad y más teniendo a la mano la televisión, una computadora, la cocina de la casa, así como los juguetes. Es necesaria la asistencia de una persona adulta para que los niños y niñas puedan de forma eficiente aprender.

Estamos considerando a la niñez de escuelas generalmente privadas que ofrecen este servicio de clases diarias, en menor cantidad existen escuelas públicas bajo esta dinámica, aunado a que no en todos los hogares se cuenta con equipos de computo, tabletas o teléfonos inteligentes, además del servicio de internet, que aunque es un derecho humano, no es gratuito para todas las personas. Tampoco han sido al cien por ciento accesibles las clases por la televisión abierta, si bien, se transmiten en los tiempos del Estado, lo cierto es que no todos los hogares cuentan con televisiones y en el peor de los casos tampoco cuentan con servicio eléctrico.

Por otro lado tenemos el caso económico, muchos pequeños negocios y empresas han visto el final de sus días al no poder sostener sus nóminas, eso repercute directamente en el flujo del dinero, empobrece familias, disminuye la recaudación de los municipios y las entidades, y el gobierno de todos los niveles se ve obligado a inyectar recursos para la aceleración económica, sin duda eso es crisis.

Si bien, ya sobrevivimos al 2020, el año que jamás nadie imaginó con puntos turísticos paralizados, con escuelas cerradas, hospitales llenos, crematorios a su máxima atención, familias separadas, en sí con un impasse generalizado, del que no me atrevo a culpar a nadie, lo cierto es que la resaca viene fuerte.

Debemos pues, ser resilientes, este año pasado de entrenamiento debió fortalecer nuestro sistema, no solo inmunológico, sino el sensorial para vivir despacito, respirar profundo, agradecer y bendecir. Poder abrir los ojos y tener con nosotros a las personas amadas ya es ganancia. Si los niños y niñas este año no aprenden el 2×2 no importa, mientras sigan sonriendo.

Llevemos la vida lo más en calma que podamos, sé que en el tema económico es casi imposible tener paciencia, pero de momento lo más importante es estar saludables, física y mentalmente.

En las próximas semanas escucharemos miles de spots en radio y televisión pidiendo, casi suplicando el favor de nuestro voto, razonémoslo derivado del comportamiento que en tiempos de pandemia han tenido las diferentes fuerzas políticas, con conciencia y veamos si al centro de sus propuestas están las personas y la ciudadanía, no las promesas que jamás se cumplirán. Recordemos que tenemos temas pendientes que requieren atención inmediata: servicios de salud, economía y educación.

Si sobrevivimos a este virus, también podemos fácilmente sobrevivir a las propuestas de campaña mentirosas e incumplibles, tengamos los ojos y los oídos muy atentos, veamos actitudes y escuchemos detenidamente.

Sobrevivir es una nueva oportunidad, el 2021 lo es también, aprovechémosla.

2021, tu antecesor nos trató un poco rudo, sé bueno, nosotros y nosotras lo seremos.

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