En enero de 2019, el gobernador de Tennessee, el republicano Bill Haslam, le otorgó el indulto de cadena perpetua a Cyntoia Brown, una mujer estadunidense de 30 años que, en 2004, a sus 16 años, fue arrestada por matar de un disparo en la cabeza a Johnny Allen, un agente inmobiliario de 43 años que había contratado sus servicios como prostituta.
Brown, a pesar de ser menor de edad en el momento del ilícito, fue procesada como adulta. En 2006, el jurado la declaró culpable de homicidio en primer grado y robo agravado, y Brown fue condenada a cadena perpetua, sin posibilidad de optar a la libertad condicional hasta el año 2055. (BBC 8-01-2019).
La historia de Brown cobró gran atención en Estados Unidos en fechas previas a su liberación. Resultaba inconcebible que nadie hubiese prestado atención a su condición de víctima de trata sexual.
La infancia de Brown, según relatos oficiales, había sido especialmente complicada. Su madre tenía problemas de alcoholismo y fue rechazada por ser producto de una violación. Con apenas ocho años, Brown entró a formar parte del sistema de hogares temporales. A los 16 años huyó de la vivienda de la familia que la acogía en Nashville y terminó viviendo en un motel con un proxeneta al que apodaban Cut Throat (Garganta Cortada), quien la explotó sexualmente. Además de forzarla a prostituirse, diciéndole que había nacido para “ser una puta”, este individuo la agredió verbal, física y sexualmente, según documentos judiciales (El País 08-09-2019).
Al conocerse su historia casi 15 años después de ser condenada, la joven se ganó el apoyo de personalidades como la cantante Rihanna, la celebridad Kim Kardashian-West y la estrella de la NBA LeBron James, que popularizaron el hashtag #FreeCyntoiaBrown (#LiberenaCyntoiaBrown). Activistas asimismo alzaron la voz por una condena injusta.
Gracias a su caso, Tennessee reformó sus leyes y ahora reconoce que no existe “una niña prostituta”, sino menores víctimas de trata sexual.
El nombre de Cyntoia Brown se ha vuelto a visibilizar gracias al reciente estreno del documental de Netflix Condena y redención, el cual no hace más que recordarnos que la explotación sexual de menores sigue siendo un problema vigente.
Según BBC Mundo, en España, en la semana posterior al 17 de marzo –tres días después de que el gobierno declarase la alarma sanitaria– se registraron unas 17 mil descargas de material con pornografía infantil.
La semana siguiente, del 24 al 31 de marzo, las descargas subieron a más de 21 mil. Es decir, aumentaron casi un 25%.
Y, en México, la CNDH levantó la voz por el incremento de promoción de table dances ofreciendo servicios “ privados” a domicilio en plena cuarentena.
Al parecer, la crisis saca lo peor del ser humano. La trata sexual es muestra de ello.
