viernes 03 mayo, 2024
Mujer es Más –
CULTURA VIDA

El libro que me salvó esta cuarentena

 

En esta edición especial del Día Internacional del Libro (23 de abril) que se celebrará desde casa y no en los distintos espacios que año con año le rinden tributo, como universidades, ferias, librerías… en Mujer Es Más sus colaboradores nos compartieron los libros que los han salvado durante este confinamiento.

De esta manera, rendimos honor a aquellas páginas que nos sumergen en realidades paralelas, en aventuras inimaginables o en historias de vida, pero que siempre nos invitan a la reflexión, más aún en este escenario pandémico que jamás pensamos vivir.

GILDA MELGAR

📖 Ordesa (2018), del español Manuel Vilas (Barbastro, 1962), me quedó como “anillo al dedo” ante un encierro que nos ha obligado a “vernos por dentro”. Es una catarsis y un ajuste de cuentas del autor con el pasado: su niñez, sus padres ya fallecidos y su divorcio, aunque también es una mirada nostálgica a la España de los setenta, en el marco de una familia clase media y estándar que “amaba los programas de cocina y a Julio Iglesias”.

Se trata de una obra íntima, la novela más personal de Vilas. Sin embargo, basta con leer el primer capítulo para saber que también puede ser “nuestra novela”, la crónica de nuestra niñez y el diario del dolor, el amor, las ausencias, las presencias, la falta de valor o la audacia que han marcado nuestras vidas.

Había tanto de mí ahí que, al final, este libro resultó como un bálsamo, una especie de eco en el que logré escuchar mi propia voz.

Ordesa / Manuel Vilas /España: Alfaguara, 2018.

MARISSA RIVERA

📚 Salvar el fuego, de Guillermo Arriaga, es una novela intensa, que te hace sentir, oler, imaginar, sufrir y hasta querer o aborrecer a sus personajes.

Sin duda, te hará más llevadera la cuarentena por la forma tan peculiar que tiene la narrativa “arriagarezca”, de llevarte de manera sutil por inmensos pasajes del ser humano desde lo más ruin y miserable hasta lo más noble y generoso.

En la novela vemos varios Méxicos, distintas  sociedades. Las que tienen todo, pero viven con miedo y las que no tienen nada pero son libres, sin tienen miedo. De ese México de indígenas discriminados y poderosos prepotentes. Del rigor y el control del narcotráfico y de gobiernos coludidos y  complacientes. De patriarcados, traiciones, venganzas y muchos, demasiados rencores.

También de una intensa, obsesiva, necia y sorprendente historia de amor. De esas que desgarran, conmueven y merecen ser contadas.

628 páginas que devoras y que sabes que va a terminar y no la quieres acabar. Así es Salvar el fuego, una historia de libertades mientras uno está en el encierro.

PATY BETAZA

📖 Para tratar de matar el tiempo durante esta pandemia del Covid19, una de mis tareas fue reordenar mis libros. Descubrí con mucha tristeza que muchos de ellos están amarillos y secos. Desgraciadamente me puedo desprender de cualquier cosa, pero casi nunca de mis libros.

Prefiero regalar uno nuevo. Cuál será el destino de mis libros, me he preguntado varias veces. En esas cavilaciones estaba cuando hice la pregunta a mis amigos de facebook. Agradezco que uno de mis amigos me dijo acuérdate de Fahrenheit 451. Y la verdad no me acordaba ya casi de mucho. Pero la idea fue suficiente para comenzar a releer la obra de Ray Bradbury que ya por la época de los 50 del siglo pasado, retrataba al mundo actual: un mundo consumista, hiperconectado, pero a la vez distanciado. Ahí retrata a Montag, el bombero que tiene como meta quemar los libros que ya nadie lee, pero que además algo contenían para que la tarea fuera desaparecerlos, reducirlos a cenizas.

En su horrible tarea se encuentra con gente que prefiere morir antes que ver sus libros quemados y es ahí cuando el bombero reflexiona que algo deben tener. Y así, clandestinamente se queda con algunos y va leyendo su contenido.

Fahrenheit 451 me parece un libro que ayuda mucho a entender que una sociedad sumida en la ignorancia, es una sociedad condenada al sometimiento y a la nada. Hace también una crítica a los medios masivos que no permiten la reflexión y todo es entretenimiento.

No hay como la buena literatura para ayudarnos a pasar los malos tiempos.

IVONNE MELGAR

📚 En medio del obligado confinamiento, en Semana Santa enfrentamos la siempre postergada tarea de escombrar los libreros, donde Martín y yo repasamos aquellos días universitarios en que, cada semana, comprábamos los volúmenes de la colección Lecturas Mexicanas (SEP).

Ahí nos esperaba, desde hace 35 años, la novela Los recuerdos del porvenir de Elena Garro. Y decidimos leerla juntos, en voz alta, como decía el maestro Alberto Dallal que había que leer la literatura que linda con la poesía.

En sus páginas, que noche a noche fuimos leyendo alternadamente, descubrimos una narración estremecedora, por la fuerza del pueblo que cuenta en primera persona las esperanzas burladas de sus habitantes. Y por la resignación al amor frustrado que la enorme escritora describe como signo de la desilusión mexicana posrevolucionaria.

FER COCA

📖 Quiero entender. Necesito entender qué pasa hoy y para ello, busco en el ayer respuestas.

Para encontrarlas recurro a Cárdenas por Cárdenas, una reconstrucción del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas sobre la obra del general Lázaro Cárdenas.

¿Qué hay en la mente de un hombre que tiene a cuestas la grande responsabilidad de gobernar un país como México? Quiero entender el hoy, en el que nos han llamado a una transformación tan profunda como la que realizó el General y en estos días de guardar obligatorios, reitero, busco respuestas en esa Gran Transformación de México.

BÁRBARA LEJTIK

📚 Cada quien su libro y su momento, y como de verdad los libros son mágicos y vienen a ti justo cuando los necesitas, yo puedo hablar de mi experiencia.

En esta contingencia soy de un libro especial, me lo regaló Nico en navidad y me dijo como referencia que era el libro favorito de sus amigos más inteligentes.

Esta nave espacial maravillosa que en estos días me guarda entre sus paginas se llama Sapiens, de Animales a Dioses, fue escrito por un joven, muy joven filósofo e historiador Israelí de nombre Yuvel Noah Harar en 2011, traducido a la mayoría de los idiomas en 2014 y de esta manera convertido en parte de la historia del mundo.

Es un libro de respuestas, tiene todas las respuestas y yo agradezco infinitamente al destino que lo puso en mis manos, por la segunda oportunidad que tengo de aprender todo lo que ignoré en la escuela y todo lo nuevo que en cuestión de ciencia e investigación hay en él para mi.

Por supuesto que lo recomiendo, más que eso, me parece tan indispensable leerlo como cualquier decisión importante que se tome en la vida, pero reitero, hay que esperar a que nuestro libro nos encuentre.

SARAÍ AGUILAR

📖Inmersa en una cuarentena eterna, leo. No hay nada mejor para días confusos, lecturas que ocupen la mente, que no quepan miedos.¿Quién mejor que lecturas inquietantes para sembrar dudas que terminen por dispersar las existentes?

Desde niña, en angustias, evoco libros ya conocidos. Esos que me llaman por mi nombre, para decirme un secreto nuevo. Así llegué a los Cuentos Completo de Borges. A recorrer un Jardín de Senderos que Bifurcan y a echar suerte con La Lotería de Babilonia.

Y recorriendo Ficciones, remuevo un Libro de Arena, paso días infinitos en La Biblioteca de Babel. Y mientras escribo estas líneas, olvido que la realidad “no es otra cosa que un infinito juego de azares”.

MARISOL ZÚÑIGA

📚 En estos días donde la “normalidad” que conocíamos está siendo rebasada, Cuerpos políticos y agencia. Reflexiones feministas sobre cuerpo, trabajo y colonialidad. Coordinado por Cristina Villalba Augusto y Nacho Álvarez Lucena, me llevó a cuestionar esa racionalidad en la que se apoya el “orden de las cosas”. Misma que nos ha llevado a formular discusiones con nuestra propia subjetividad; y que nos ha orillado muchas veces a no aceptar la ambigüedad de las identidades y los cuerpos, y de nuestra realidad.

Cuestionar esos modelos de existencia que nos simplifican, sobre todo los que giran en torno a las construcciones de género, me otorgó un espacio de reconocimiento del que también me sentía limitada en esta marea de tensiones.

Como suele ocurrir cada vez que transito por alguna puesta feminista, con este texto se volvieron abrir brechas de acción que me sugieren que, a pesar de las dificultades y las diferencias, el futuro es posible, porque el feminismo sigue siendo ese espacio creativo y reflexivo que configura un cuerpo colectivo, capaz de replantear la realidad como la asumimos. Esta lectura me reencontró con el replanteamiento de mi propia identidad, y agencia. Al mismo tiempo me sugirió el diálogo con otras subjetividades. Sin duda, indagar en algunos de los planteamientos teóricos sobre el cuerpo, me recordó que el feminismo también se vuelve una herramienta para reconciliarse con la transitoriedad, el cambio, las nuevas ideas y la ambigüedad; aproximaciones que resultan indispensables, sobretodo en este momento donde es más evidente que no hay modelo de existencia que carezca de caducidad.

ADRIANA SEGOVIA

📖 La parte buena del encierro es que hemos podido hacer algunas cosas con más calma, como leer, para quienes es una preferencia de disfrute. Debo decir que más que un libro, la lectura en particular en el contexto del Club del libro al que pertenezco, es una de las actividades que me han ayudado en esta crisis. Este año estamos leyendo a jóvenes escritoras mexicanas. Ya tuvimos nuestra primera sesión en confinamiento en línea con el libro de Valeria Luiselli, Desierto sonoro, y este sábado tendremos la segunda con el libro de Brenda Lozano (Ciudad de México, 1981), Todo o nada (Planeta, 2015). Por cierto, tan bonito conocer a estas autoras que lo mismo lees sus novelas que sus tuits, se siente como que son tus vecinas de Ciudad y de crisis.

En esta obra, Brenda relata la relación de Emilia con su abuelo Emilio, médico de una vieja guardia no tan lejana, patriarcal, con una profunda y particular relación con esta nieta que estudia Filosofía. La etapa de esta relación que se presenta, nos acerca a una voluntad sabia de cuando un abuelo, con enfermedad grave, decide “dejarse morir”, desde un ejercicio enorme y regio de su voluntad. La otra parte es el duelo de ella por esa y otras pérdidas: “No saber dónde están los que queremos es no saber dónde está uno”. Una no puede dejar de pensar, al leer en este momento esta obra, en las y los médicos y en las personas mayores, y en los duelos. Pero sobre todo en el regalo de tener a un abuelo con enseñanzas sobre la vida, sobre la vida plena, a pesar del abandono, el desamor y el enfrentamiento del final de la vida, gracias a una pasión por su profesión, por su historia de amor y por su nieta.

La lectura nos acompaña. Pero un grupo de amigas que conversan sobre una lectura común, por los medios que hoy se puede y que, como todo el mundo, tampoco imaginó que nos saldría tan bien y que sería tan reconfortante, es de lo mejor para atravesar estos tiempos inciertos.

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