sábado 20 abril, 2024
Mujer es Más –
Gerardo Villegas COLUMNAS COLUMNA INVITADA

«EN TACTO CON GAIA. BREVARIO DE MUJERES ARTISTAS» Gertrude Stein, vanguardista de vanguardistas

 

“Einstein fue la mente filosófica creativa del siglo, y yo he sido la mente literaria creativa del siglo”. G.S.

La época conocida como el período de entreguerras, que abarcó de noviembre de 1918 hasta el estallamiento de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939, vio emerger un dramático cambio social, político e ideológico, y significó un quiebre del orden de las cosas para occidente. Asimismo, la producción de energía a partir del petróleo y la mecanización de las sociedades capitalistas propició el fortalecimiento de las clases altas, hecho que benefició a las clases medias estadunidenses y europeas, además facilitó el avance científico y artístico que sentaría las bases del futuro del siglo XX.

Una vez terminada la Gran Guerra, los artistas, los escritores y los intelectuales, como apunta el director del Museo Thyssen-Bornesmiza, Guillermo Solana, “se vieron obligados, a replantearse la idea de civilización y de ahí, clarísimamente, nació (el movimiento artístico) Dadá. Todos sus primeros miembros eran desertores o pacifistas de aquella guerra. Nació toda la revisión crítica profunda: por la derecha, con el retorno al orden; y por la izquierda, con el Surrealismo” ( https://bit.ly/2pPS2QU )

Del movimiento internacional surrealista, liderado por el poeta francés André Breton, surgieron y brillaron figuras clave de las artes y el pensamiento occidental de la primera parte del siglo pasado como Louis Aragon, Luis Buñuel, René Clair, René Crevel, Salvador Dalí, Robert Desnos, Paul Éluard, Alberto Giacometti, Michel Leiris, Rene Magritte, André Masson, Benjamin Péret, Man Ray, Philippe Soupault e Yves Tanguy, posteriormente se fueron adhiriendo personalidades del movimiento Dadá, vanguardia artística precedente, como Marcel Duchamp, Max Ernst, Francis Picabia y Tristan Tzara, ente otros.

De tal manera, los surrealistas, de filiación comunista desde 1925, ubicaron su residencia en idílica urbe parisina, donde acudieron artistas de todo el orbe para transformarla en la capital mundial de la cultura y así dar pie a una de las más interesantes “aventuras de la libertad”, evocando el concepto del filósofo franco-judío, Bernard Henri-Levy. Durante los años de auge del movimiento, el objetivo revolucionario del Surrealismo era particularmente en un principio la oposición absoluta a la estética y convenciones burguesas en la literatura y las artes, de ahí que su método de “escritura automática” representaba una rebelión contra las formas racionales establecidas prácticamente desde el idealismo alemán, aunque ese método tardó tiempo en aplicarse a las artes plásticas.

De acuerdo al filósofo estadunidense Richard Rorty, “el surrealismo fue parte de las oleadas estéticas y filosóficas que, desde el siglo XIX cuestionaron a la modernidad. Hay quienes plantean que fue tan duro su debilitamiento, que abrió paso a la posmodernidad”. (https://bit.ly/2qzY3Bk). Por lo tanto, el movimiento surrealista, del brazo de Dadá, representó uno de los momentos estelares de la cultura del siglo pasado, y su génesis y desarrollo en un periodo previo al surgimiento de los totalitarismos europeos y a la Segunda Guerra Mundial, dejaron un legado que continúa vigente en el amplio crisol de las artes de todo el mundo. 

Sin embargo, previamente a la efervescencia surrealista, de predominante presencia masculina, la escritora modernista y mecenas estadunidense Gertrude Stein (Allegheny, Pensilvania 1874), fue desde 1903, la anfitriona de un apartamento en la Rive Gauche parisina, considerado como la meca de los artistas vanguardistas de la época, y que de acuerdo a un artículo de The New York Times, es considerado como el primer museo de arte moderno del mundo.

En 1968, el crítico del Times, James R. Mellow, escribió sobre la coleccionista y escritora: “Durante la mayor parte de su vida, (Gertrude Stein) fue (histórica). Al principio, a principios de mil novecientos, compartió los honores con su hermano Leo. El Stein Ménage en París (un ménage à trois que consistía en Gertrude, Leo y la compañera de vida de Gertrude, Alice B. Toklas) fue una meca para los modernos. La atracción principal era la colección de óleos y acuarelas de Cézanne, las primeras pinturas de Matisse y Picasso, las pinturas de Renoir, Manet, Gauguin y Toulouse-Lautrec, que ella y Leo habían tenido la previsión de comprar. En las paredes de su taller estaban colgadas en el techo pinturas ahora famosas, las puertas dobles del comedor estaban forradas con bocetos de Picasso. En las primeras décadas del siglo, cientos de visitantes acudieron a la exhibición de arte de vanguardia: muchos se burlaron, pero varios se fueron convertidos. Fue una escena brillante, e histórica. Para todos los efectos, Leo y Gertrude Stein habían inaugurado, en 27 Rue de Fleurus, el primer museo de arte moderno”. (https://nyti.ms/2K29gl1).

Gertrude Stein nació en Allegheny, Pensilvania, el 3 de febrero de 1874, hija de padres inmigrantes judíos alemanes de clase alta, más tarde la familia se mudaría a Viena y luego a París. De regreso a Estados Unidos, Gertrude asistió de 1893 a 1897 a la institución liberal de artes para mujeres, Radcliffe College en Massachusetts, que operaba como un colegio coordinado por el Harvard College, ahí se especializó en psicología con el célebre filósofo William James, hermano del novelista Henry James, de esa relación académica escribió Sylvi Burkhardt, “tanto Stein como James, compartieron más que solo una relación profesor y alumno. De acuerdo a la propia Gertrude, William James fue la influencia más significativa para ella, más que cualquier otra persona, y una de las más importantes de toda su vida. James tenía una habilidad casi legendaria para inspirar a los estudiantes y despertó el interés de Stein en la personalidad humana, que seguía siendo su interés dominante y predominante”. (https://bit.ly/2PVG4jw).

Durante su periodo universitario, Stein, junto con otros estudiantes, participó en experimentos de escritura automática realizados por James, ejercicios similares que a la postre servirían coincidentemente como base para la escritura Dadá y surrealista, en su último año en Radcliffe, continúa Burkhardt, “James le sugirió a Stein más estudios, ya fuera en filosofía o psicología. Él dijo: Ahora, para la filosofía, debes tener una matemática superior y no creo que eso te haya interesado alguna vez. Ahora, para la psicología, debes tener una educación médica”. Eso, por supuesto, incluía un trabajo arduo, ya que nunca tuvo la intención de obtener un título y, por lo tanto, no había completado sus requisitos de ingreso. Pero con algo de lucha y tutoría, Stein ingresó a la Escuela de Medicina John Hopkins. Entonces fue James quien le aconsejó a Stein que estudiara medicina y luego se dedicara a la psicología. Ella lo hizo, pero nunca terminó su carrera”.

En 1903, Stein se mudó a París con Alice B. Toklas, una amiga más joven de San Francisco que sería su compañera y secretaria por el resto de su vida, esta relación firme y el mundo bohemio parisino hizo que la pareja no regresara a Estados Unidos por más de tres décadas, pero durante la Primera Guerra Mundial, ambas se ofrecieron como voluntarias llevando suministros a hospitales en Francia, en ese periodo, Gertude compró su propia furgoneta Ford, y junto a Toklas, sirvieron como conductoras de ambulancias para los soldados heridos.

El primer libro de Gertrude, Three Lives, se publicó en 1909 y ésta rápidamente le envió una copia a James, pero su maestro le respondió hasta 1910 y desde un hospital en Bad Nauheim, Alemania, “leí 30 o 40 páginas y dije este es un nuevo tipo de realismo, ¡Gertrude Stein es genial! Lo haré con cuidado cuando llegue el estado de ánimo adecuado. Pero aparentemente el estado de ánimo correcto nunca llegó. Pensé que había puesto el libro en mi baúl, para terminarlo aquí, pero no lo encuentro. ¡Te prometo que se leeré en algún momento! ¡Ves que cerdo soy para que le arrojen perlas delante de él!”, respondió jubiloso James, aunque murió meses después sin poder leer la obra de su alumna.

Para 1913, el apoyo de los hermanos Stein a los pintores cubistas y la escritura de Gertrude cada vez más vanguardista causó una ruptura con su hermano Leo, quien se mudó a Florencia, su segundo libro Tender Buttons de 1914, evidenció el profundo efecto que la pintura moderna tuvo en su escritura. En algunos poemas en prosa, las imágenes y frases de la autora se unen de maneras sorprendentes, de manera similar a la pintura, la escritura de Gertrude estuvo caracterizada por el uso de palabras para sus asociaciones y sonidos en lugar de sus significados, y gustaba de emplear técnicas de abstracción y de un cubismo en prosa, pero gran parte de su trabajo era prácticamente ininteligible incluso para lectores educados, su obra recibió considerable interés de otros artistas y escritores, pero tristemente no encontró muchos lectores

Luego de la primera guerra mundial, mantuvo su salón de arte, aunque después de 1928 pasó gran parte del año en el pueblo de Bilignin, y en 1937, se mudó a un lugar más elegante en París, también dio una conferencia en Inglaterra en 1926 y publicó su único best seller, “he Autobiography of Alice B. Toklas  (1933), que escribió desde el punto de vista de su pareja y secretaria.

Posteriormente, Stein realizó una exitosa gira de conferencias por Estados Unidos en 1934, mientras cabalgaba por Manhattan hasta su hotel, pudo tener una idea de la publicidad que marcaría su gira por su país natal al ver un letrero eléctrico en Times Square que anunció a todos que “Gertrude Stein ha llegado”.

Stein regresó a Francia donde residiría durante la Segunda Guerra Mundial, tras la liberación de París en 1944, se publicaron sus novelas posteriores y memorias, dentro de su catálogo literario aparece la antología Stanzas in Meditation and Other Poems (1929-1933) también cuanta con libretos para dos óperas de Virgil Thomson, Four Saints in Three Acts (1934) y la ópera feminista The Mother of Us All (1947), material que puede escucharse en (https://bit.ly/33wSPF3) y (https://bit.ly/2K2u8sw) respectivamente.

Stein fue una apasionada defensora de lo nuevo en el arte, sus amistades literarias crecieron hasta incluir escritores tan diversos como Djuna Barnes, William Carlos Williams, Francis Scott Fitzgerald, James Joyce, Ezra Pund y Ernest Hemingway, y fue a este último a quien Stein le acuñó el denominativo de “la generación perdida” para designar a los escritores expatriados que vivían en Europa durante el período de entreguerras

La vida y obra de Gertrude Stein dejaron una profunda huella en el siglo XX, mujer de excepcional inteligencia y poseedora de un visionario ojo artístico, también fue inspiración para artistas vanguardistas y coleccionistas, además fue pionera en la redacción de textos de abierta orientación lésbica, en el texto “Miss Furr y Miss Skeene”, se pude leer la palabra Gay más de un centenar de veces, esta fue la primera vez que se publicó el vocablo en la literatura para designar a personas de preferencia homosexual, por ello sus textos poseedores de un estilo innovador y provocativo están por descubrirse para nuevas generaciones.

Mujer polémica por su apoyo al dictador español Francisco Franco, y al régimen colaboracionista del mariscal francés Philippe Pétain, quien había sido condenado a muerte por traición, en contraste, Stein sostenía una postura abiertamente pro inmigrante, en una entrevista de 1934 publicada en The New York Times, declaró: “Esa es la razón por la que no apruebo las estrictas leyes de inmigración en Estados Unidos hoy. Necesitamos la estimulación de sangre nueva. Es mejor favorecer una competencia sana. No hay ninguna razón por la que no debamos seleccionar a nuestros inmigrantes con mayor cuidado, ni por qué no debemos prohibir a ciertas personas y preservar la línea de color, por ejemplo. Pero si cerramos completamente la inmigración, nos quedaremos estancados”.

Stein murió el 27 de julio de 1946 a la edad de 72 años tras de una cirugía por cáncer de estómago, fue enterrada en París en el cementerio Père Lachaise, posteriormente, Alice B. Toklas fue enterrada junto a ella. De acuerdo con la famosa anécdota de sus últimos momentos, antes de ser sometida a cirugía, Gertrude le preguntó a Alice: “¿Cuál es la respuesta?” Después de que Toklas respondió a Stein que no había respuesta, Stein respondió hundiéndose en su cama y murmurando: “¡Entonces, no hay duda!”.

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