Edu tiene 22 años. Es la menor de una familia de cinco mujeres. Vive en Iztapalapa y es empleada de una estética en una plaza comercial por el rumbo de Buenavista.
Eduviges, será madre soltera, igual que su mamá. Una sonrisa ilumina su rostro.
El novio de toda la vida huyó apenas se dio cuenta de los antojos y mareos. Ni siquiera esperó los resultados de laboratorio. La historia es clásica. Ella no está sorprendida, ni siquiera asustada. Sabe que su vida ha cambiado. Esa figura esbelta, siempre en movimiento, coqueta, se ha transformado. Ahora, su vientre es redondo, duro; al atardecer, las piernas son lerdas, pesadas; y los senos cada vez más abultados. Se mira al espejo y sonríe.
Sabe que se acabaron las ocho horas de sueño por las noches, las tardes de cine cada viernes y las visitas a algún pueblo mágico un sábado cada mes. No habrá más compras de labiales ni bolsas de colores. Mateo no podrá usar las pijamas ni vestidos de sus primas, será el primer hombre de la familia Franco. Hay muchos gastos: el hospital, ropa, pañales y biberones.
Edu sigue sonriendo, confiada. Sabe que no es la única, la primera ni la última. Tiene razón. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 33 de cada 100 mujeres entre 15 y 54 años con al menos un hijo, son solteras; es decir, no se casaron ni vivieron en unión libre con el padre de sus hijos.
Las estadísticas muestran que entre más años tienen las madres solteras, se incrementa el número de jefas de familia, quienes se encargan de la totalidad de los gastos de manutención, vivienda y educación de los hijos, sin el apoyo del padre.
De esta manera, mientras sólo el dos por ciento de las adolescentes solteras son madres y jefas de familia, el 55 por ciento de las madres con más de 44 años tiene ese rol y el porcentaje sube a 74 puntos cuando las mujeres con hijos tienen más de 50 años.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) revela que la tercera parte de las mujeres trabaja en el sector informal y el 12 por ciento en el ámbito doméstico. Con relación al ingreso por trabajo, el 22 por ciento de las mujeres solteras ocupadas de 15 años y más gana un salario mínimo o menos por el trabajo que desempeñan; 30 por ciento obtiene hasta dos salarios mínimos y 29 por ciento logra dos o más salarios mínimos.
El machismo prevalece, aún es muy común que las mujeres ganen menos que los hombres aunque desarrollen el mismo trabajo. Y lo que es peor: muchos empleadores se niegan a contratar a madres en esta condición, lo cual dificulta el sustento económico de la familia.
Edu sabe que vive en una situación de privilegio. Cuenta con un entorno familiar favorable. Su madre y sus hermanas son una red de protección, apoyo y solidaridad. Con sus compañeros de la estética donde labora ha conseguido establecer lazos de solidaridad, finalmente son cinco años de trabajo en equipo y han crecido juntos como otra familia.
Hasta los clientes se han sumado con ilusión a la dulce espera de Mateo. Al principio llevaron toda clase de dulces y chocolates como regalo, pero después de ver el rostro descompuesto por las náuseas, se dieron cuenta que los antojos de la nueva mamá siempre deben incluir limón. Hasta el mole rojo, sí, hasta el mole. Por eso sigue sonriendo.
Todo este acompañamiento es una fortuna. La asociación no gubernamental Voz Pro Salud Mental Ciudad de México indica que las madres solteras registran mayores niveles de estrés y mayor riesgo de presentar ansiedad y cuadros de depresión ante el reto que enfrentan de ser el único sustento económico familiar y, a la vez, cuidar de los hijos.
Hay muchas mujeres que deciden, eligen ser madres solteras. Sin embargo, en algunos casos no se trata de una elección sino de una condición obligada por circunstancias como el abandono de sus parejas, incluso antes del nacimiento del hijo; el divorcio, a veces causado por situaciones de abuso o violencia; y el fallecimiento de la pareja.
En estos casos, las mujeres se enfrentan al doble reto de ser el sustento económico de la familia y de cuidar al menor, tareas difíciles de compaginar sin el apoyo de familiares y amigos.
Larga y próspera vida para Mateo. Fortaleza y apoyo para Edu. Que todas las madres solteras de este mundo cuenten con esperanza en la adversidad, lejos de la violencia, el abandono y la pobreza.
