Esa es la consigna de María Rosete Sánchez, diputada federal del Partido Encuentro Social y una de las lideresas más importantes de los trabajadores en el espacio público, sector al que pertenece desde que era una niña que ayudaba a su madre a vender.
“Viví la mejor época del barrio de Tepito, la época de oro, le llamo, cuando con la fayuca, nació ahí el libre comercio, en los años 70”, sostiene la legisladora, una de las voces con auténtico arrastre popular en el Congreso.
“Tuvo tanto éxito la venta de los productos que ahí había y que venían de afuera, que atrajo las miradas de los grandes empresarios, quienes se apoderaron de la idea. ¿Qué hicieron? El Tratado de Libre Comercio. Por eso digo que el TLC nació en Tepito, porque nosotros les abrimos los ojos al mundo”, reivindica María Rosete.
Luchadora social, va de San Lázaro a las calles.
Este último viernes de marzo, acompañó a los comerciantes que se manifestaron en Eje 1 Norte y República de Argentina de la CDMX para exigir un alto a la brutalidad policiaca contra este sector.
En entrevista, con Mujeres Más, la representante del PES nos comparte sus expectativas parlamentarias.
“Después de tantos años de representar a los trabajadores en el espacio púbico y conocer en carne propia las necesidades que se tienen, las arbitrariedades que se sufren, los abusos de autoridad que se tienen que vivir en la calle, el llegar a la máxima tribuna para poder llevar la voz de ese sector es la oportunidad para poder lograr que se les reconozca, lograr la dignificación de la actividad”, define.
María Rosete emprenderá la realización de foros de consulta para construir una reforma al Artículo Quinto de la Constitución, a fin de que los trabajadores del espacio público sean reconocidos como un componente económico relevante en México.
“El corporativismo y la subordinación con la que se le ha tratado a los trabajadores de la vía pública debe llegar a su fin. Tiene que reconocerse la deuda histórica que hay con este sector. Si eso no pasa, la cuarta transformación no estaría completa”, sostiene.
Para la exlideresa del PRD, los esfuerzos políticos realizados antes correspondieron a las posibilidades del momento. Y ésta es, enfatiza, “la coyuntura propicia para lograr su reconocimiento y dignificación”.
Argumenta que la participación del sector es tan importante que ya se dieron pronunciamientos de organismos internacionales sobre la necesidad del reconocimiento al sector, “porque se le considera como parte del mercado laboral activo que realiza una actividad y un trabajo decente”.
¿Es cuestión de leyes o es un cambio político el que se necesita para reconocer los derechos que se le han regateado a este sector?
“Se tiene que entender que la figura del trabajador tradicional ya rebasó las expectativas que tiene este país. Se tiene que entender que el trabajador que está contemplado en el artículo 123 ya no es suficiente. Ya existen varias facetas de actividades productivas que generan una economía y que no están contempladas dentro de la formalidad.
“Por eso ahora, la mal llamada informalidad es un adjetivo que refleja exclusión”.
¿Ha encontrado eco en el nuevo gobierno y en sus compañeros del Congreso para remontar esa visión peyorativa?
“Necesitamos que los diputados comprendan que ya es necesario contar con una legislación que reconozca al sector, porque sólo así vamos a evitar que se le siga criminalizando y que sus trabajadores vivan, como ahora, en una situación de indefensión. Tenemos que darles certeza jurídica y social para garantizar su bienestar, considerando siempre que la legislación genera derechos, obligaciones y sanciones.
“Deberán entender, también, que lograr esta legislación constitucional no significa llenar las calles de comerciantes, sino poner orden a los excesos que ahora padecen las ciudades en México.
“Necesitamos terminar con la persecución y los abusos de autoridad que sufren todos los días muchas personas que se dedican a trabajar en el espacio público, víctimas de vejaciones y de persecuciones al grado de dejarlos en el abandono y sacrificarlos, llevándolos al arresto injustificado en separos de los ministerios públicos”.
La diputada Rosete señala que casi 55 millones de mexicanos tienen una actividad laboral, 2 millones están desocupados y más de 30 millones se encuentran en el sector informal, significando el 23 por ciento del Producto Interno Bruto de la economía mexicana, el 60 por ciento de la economía en general.
“Estas cifras nos deben de poner alertas de que ha llegado el momento de un cambio legislativo”, sostiene.
Plantea que el reconocimiento del comercio, como motor del desarrollo, no puede limitarse a los grandes consorcios y monopolios.
Y concluye: “Si estamos hablando de una Cuarta Transformación, en la que los derechos son para todos, donde los excluidos van a estar incluidos, nosotros reclamamos que se salde la deuda histórica con los trabajadores del espacio público. Que todos aquellos que se beneficiaron política y económicamente de este sector, que reconozcan sus derechos, que se elimine la idea de informalidad que se traduce en exclusión y maltrato”.
María Rosete confía en que contará con el respaldo de la mayoría de los legisladores, porque, “todos en algún momento de nuestra vida, hemos tenido la experiencia personal o familiar del comercio en el espacio público”.
