sábado 18 mayo, 2024
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COLUMNAS COLUMNA INVITADA

«COLUMNA INVITADA» Breve historia de la Guardia Nacional

 

Por Kenia López

Las lecciones aprendidas esta semana son diversas, la aprobación de la Guardia Nacional Civil es una de las decisiones más importantes y trascendentales que el Congreso de la Unión habrá tomado.

Desde los primeros días posteriores a la victoria electoral de MORENA, se escuchaban rumores de una estrategia de seguridad distinta, basada en la paz y en el diálogo.

Es importante señalar que, durante los doce años de campaña de López Obrador, se encargó de criticar duramente las estrategias de combate a la delincuencia de los entonces presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña, pues las tildaba de ineficientes, acusándolas de generar más violencia.

Hasta poco antes de noviembre de 2018, cuando Obrador anunció su Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024, él, sus colaboradores y seguidores, estaban muy seguros de regresar las Fuerzas Armadas a sus cuarteles, la contradicción surgió cuando decidieron desechar su promesa, optando por crear la ya tan famosa Guardia Nacional, pero ahora ésta compuesta y comandada por militares.

La pregunta es ¿qué los hizo cambiar de opinión? Si durante años dijeron estar en contra de militarizar al país, es más, en redes sociales circulan vídeos e imágenes en donde se muestra al Coordinador de los diputados de MORENA, sostener un cartel que textualmente dice “No a la militarización del país, desde que el ejército está en las calles la tasa de civiles muertos aumento 200 por ciento, 100 mil muertos, 33 mil 482 desaparecidos” e incluso también un video del hoy presidente López Obrador advirtiendo que la militarización no es la solución.

No obstante, decidieron echar a andar su proyecto, fue así como, en los primeros días de enero, sin que éste fuese debatido y aprobado en el Congreso de la Unión, López Obrador dio a conocer la convocatoria de reclutamiento para la Guardia Nacional, en la que señaló esperar la afluencia de 50 mil jóvenes, así como la incorporación de militares y marinos.

Desde aquel momento alarmó la intención de crear una estrategia de seguridad pública donde el eje central fuesen militares y marinos en las calles, principalmente había inquietud y descontento por parte de colectivos y defensores de derechos humanos, exigían ser escuchados.

Es evidente que de las principales preocupaciones de las y los mexicanos es la inseguridad, actualmente tenemos más de 40 mil desaparecidos, 1,200 fosas clandestinas, 26 mil cuerpos sin identificar y por desgracia, durante 2018, más de 34,200 homicidios dolosos y feminicidios.

Después de un análisis “exhaustivo” en la Cámara de Diputados se aprobó una minuta para reformar diversos artículos de la Constitución en materia de Guardia Nacional, lamentablemente se simuló escuchar a la ciudadanía porque ésta estaba alejada de lo que señalaron juristas y expertos en materia de Derechos humanos como el Representante en México de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab; advertían del riesgo de la seguridad pública en manos de un mando militar.

Derivado de lo anterior el Senado de la República, recibió lo aprobado en la Cámara de Diputados, desde la oposición argumentamos que era imposible acompañar la propuesta en los términos que se planteaba, por lo que pugnamos para que se escuchara nuevamente a la sociedad civil, principalmente a las víctimas.

El 08 de febrero se logró llegar a un acuerdo para llevar a cabo un ejercicio de Parlamento Abierto, y así conocer de viva voz de expertos posturas a favor y en contra.

Durante los cinco días del ejercicio, se escucharon a cerca de 80 ponentes, que dieron cuenta de diversos testimonios, estudios, análisis, e incluso personalmente victimas asistieron a la Cámara Alta de la nación para exponer su caso, asimismo se escuchó a organizaciones de la sociedad civil, defensores y defensoras de derechos humanos, autodefensas, además de servidores públicos.

El común denominador en las Audiencias Públicas fue: seguridad sí, guerra no; Guardia Nacional sí, mando militar no; no a la militarización de México.

Era evidente, la reforma necesitaba un estricto control de convencionalidad, pues ésta no podría ir en contra de los tratados internacionales que el propio Senado ha aprobado, sería una incongruencia.

Se debían considerar las recomendaciones que el Comité para la Desaparición Forzada ha emitido, así como las del Representante en México de la Oficina de la Alta Comisionada de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos, además de las del grupo de trabajo sobre detención arbitraria, desapariciones forzadas o involuntarias, asimismo las de la Relatora Especial sobre las ejecuciones extrajudiciales sumarias o arbitrarias, y por supuesto señalar las del Relator Especial sobre la Promoción y Protección al Derecho a la  Libertad de Opinión y Expresión, entre otros que se manifestaron a nivel internacional en contra de la propuesta de militarización de nuestro país, ya que todos ellos privilegiaron los Derechos Humanos.

Una vez concluidos los trabajos de Parlamento Abierto fue de sorpresa para muchos que las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos Segunda, aprobaran un dictamen sin presencia de la oposición y peor aún sin ninguna de las consideraciones referidas durante las Audiencias Públicas.

Pese lo anterior, gracias al diálogo conjunto se logró modificar el dictamen que se aprobaría en el Pleno del Senado, pieza clave fue evidentemente la cordura y la voz activa de la Sociedad Civil, pues este triunfo es sin más ni menos que de la sociedad organizada, que luchó hasta el último momento por defender la paz de México y obtener así una Guardia Civil, a todas y todos ellos les digo #SíSePudo.

Con unanimidad y 127 senadoras y senadores presentes, el pasado 21 de febrero se aprobó una Guardia Nacional con un mando 100 por ciento civil, sin adscripción a un tribunal militar, y que por cierto, tendrá la obligación de rendir un informe anual ante el Senado de la República. En cuanto a la participación de las Fuerzas Armadas, ésta estará bajo los principios de la Corte Interamericana de Derechos Humanos: extraordinario, regulado, fiscalizado, subordinado y complementario.

Lo anterior nos demuestra tres cosas: Se pueden lograr consensos en el Congreso de la Unión; en ambas cámaras hay contrapesos; y la voz de la sociedad civil es tan fuerte e importante para México que se impidió lo que todos temíamos, un país militarizado.

Ahora la Minuta se ha pasado a la Cámara de Diputados, para su aprobación, está historia continuará…

 

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