miércoles 15 mayo, 2024
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COLUMNAS HANNIA NOVELL

«EL RING DE LOS DEBATES»: La cifra negra del acoso laboral en México

 

Yalitza Aparicio es una mujer talentosa, carismática, con liderazgo. Una tarde, todo se derrumbó. Hacer lo correcto, decir la verdad, fue suficiente para quedar aislada y en conflicto con su superior y el círculo cercano de ese personaje público.

¿Era más fácil mentir y coincidir con la mayoría? Seguramente, pero nunca fue una opción. Lo que estaba en juego en esa reunión era demasiado grande para falsas vanidades y mentiras, en busca de aprobación. Se equivocó. A partir de entonces, fue apartada de los acuerdos y reuniones en las que antes participaba activamente; sin acceso a la agenda de eventos públicos ni privados, fue congelada.

El entorno laboral, a partir de ese momento fue hostil. Las miradas, las expresiones verbales, los gestos. Se vio en la necesidad de plantear sus propuestas a través de terceros, para que fueran consideradas y aplaudidas. El reconocimiento, sobra decir, fue para otros.

Vinieron los episodios de migraña, insomnio y los trastornos digestivos. Sufría. Una y otra vez se preguntaba por qué hacer lo correcto había sido un error; mirarse al espejo se convirtió en un doloroso diálogo interno:

“-Ya lo sabías. Era más fácil mentir, se reprochaba.

“-Pero mi trabajo es hablar con la verdad, no buscar la aprobación de la gente”, esgrimía.

Afuera, en la oficina, el dolor no menguaba. Persistía el maltrato, la exclusión.

Yalitza Aparicio no es su verdadera identidad. Prefiere mantenerse en el anonimato y usó el nombre de la actriz principal de la aclamada película Roma como un homenaje a las mujeres que, pese a las circunstancias, mantienen sus convicciones y siguen adelante. Pero prefieren no denunciar, callan.

20% de trabajadores han padecido acoso laboral en México: UNAM

Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) revela que al menos el 20 por ciento de los trabajadores, tanto de instituciones gubernamentales como de empresas privadas, han padecido algún tipo de acoso laboral o mobbing; es decir, se han sentido intimidados, opacados, amedrentados.

Jesús Felipe Uribe Prado, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, explica que comúnmente, las acciones negativas emprendidas en contra de los trabajadores son la violencia física y verbal, el acoso sexual, situaciones de aislamiento, difusión de chismes y hechos falsos con el ánimo de desprestigiar y consumir emocional o intelectualmente a la víctima; comportamientos que pueden ser cometidos por una o varias personas hacia alguien en particular.

¿El propósito? Destruir al empleado, presionarlo para que presente su renuncia, excluirlo del grupo de poder o satisfacer la necesidad de agredir o controlar que suele presentar el hostigador.

Y las víctimas presentan trastornos del sueño, dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, cardiovasculares, depresión, ansiedad. Resulta más fácil somatizar el conflicto laboral, que denunciar el mobbing. Al fin y al cabo, el empleo está en riesgo. Además, todavía hay empresas y oficinas gubernamentales que se niegan a reconocer la existencia del problema; cuentan con protocolos de actuación que ignoran, para no afectar la imagen pública de las instituciones ni de sus marcas.

Así es que prevalece la impunidad en los casos denunciados, porque la regulación es fallida e inconsistente; gobiernos y empresas niegan la realidad por cuestiones de imagen y de poder político; y las víctimas temen denunciar para conservar sus empleos, el salario, el pago de las colegiaturas, la hipoteca, la vacación de verano. En suma, la cifra negra del mobbing en México es abismalmente desconocida.

No soporto a las mujeres que se comportan como machos: Yalitza

Yalitza insiste en mirar hacia adelante. Reto superado, asegura. Sin embargo, hay algo que le sigue dando vueltas en la cabeza: son las propias mujeres, el mayor obstáculo para el crecimiento y el lucimiento de otras mujeres.

¿Quiénes fueron? ¿En dónde ocurrió?, insiste. Vivimos en un mundo de apariencias en donde defender los derechos de las mujeres, los niños, migrantes, indígenas y de los integrantes de la comunidad gay y transgénero es políticamente correcto, es rentable. Pero, en privado, la discriminación sigue lastimando sentimientos, trayectorias profesionales y talentos artísticos, lamentó.

Lo peor es que Yalitza trabajaba en el ámbito electoral federal, donde se dan múltiples conferencias y entrevistas sobre violencia de género. ¡Qué enorme incongruencia!

 

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