A Javier, Daniel y Marco los asesinó la narcopolítica.
Así se llama la desgracia de un país cuando sus gobiernos dejan que los delincuentes manden.
Porque el crimen organizado impone su ley, si la autoridad es cómplice u omisa.
Así pasó en 2010 en Salvarcar. Así en 2014 con los 43 normalistas desaparecidos en Iguala. Y así ahora con los estudiantes de cine disueltos en ácido en Tonalá.
Y eso lo saben los candidatos: en México hay narcos que mandan porque existen políticos que lo permiten.
Por eso el fracaso con Calderón y con Peña. Porque de nada vale matar o encarcelar cabecillas, mientras la narcopolítica anda libre.
¿Quién puede enfrentarla? ¿Margarita con la estrategia afinada del sexenio pasado? ¿El Bronco infundiéndole miedo a los criminales? ¿Anaya desmantelando sus mecanismos financieros? ¿Meade con mayor peso en la inteligencia? ¿AMLO con una aministía que nos reconcilie?
No lo sé.
Pero aterra que sus condolencias por Javier, Daniel y Marco sean palabrería y que ninguno se atreva a pronunciar el nombre de esta tragedia: narcopolítica.
Ivonne Melgar. Reportera todo terreno, va de la crónica de la vida comunitaria a la columna política. Militante en la defensa de las libertades democráticas, feminista, fanática del bolero y de los gatos. Cree que la maternidad debe ser una historia elegida y que la felicidad y el amor son una apuesta en construcción permanente.