Carlos Slim decidió confrontar la postura de López Obrador en su rechazo al NAICM, comparando la obra con el Canal de Panamá.
Fue un atento aviso que, a 75 días de la elección, marcará un antes y un después en los reacomodos de la contienda.
“Está cuidando sus negocios”, reviró el puntero en las encuestas y su descalificación hizo eco entre amlovers y fanáticos.
Es la ruptura, festejaron los malquerientes de AMLO, quien como gobernante capitalino gozó del apoyo del empresario más importante de México.
Calma: el mensaje de Slim no significa un tache hacia el presidenciable. Pero habrán de equivocarse quienes pretendan desdeñar sus palabras.
Más que un enviado de Peña, como lo quiso estigmatizar Andrés Manuel, el magnate es un líder del poder económico. Y ayer le aconsejó que revise el proyecto.
Dijo más: que AMLO ahora sólo es un candidato.
Es un pertinente recordatorio para el tres veces aspirante: antes de poner vetos, hay que ir por los votos.
Sí, el voto de Slim es sólo uno. Pero contará tanto como sus palabras: “Me preocupa y me da miedo por lo que siga”.
